Fe - Apolo

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Atención, este pequeño drabbles no tiene una pareja, es solo el afecto de los hijos de Apolo hacia este, es posible que tenga algún pequeños poiler así que si no habéis leído las pruebas de Apolo por favor no leáis esto.


Losgritos de los campistas eran desesperantes, el fuego consumía todoaquello que encontraba a su paso en el campamento estuviera vivo omuerto.

Mis ojos se fijaron en los cuerpos amontonados en el suelo, al no ver a nadie curando heridos me asuste tanto que enseguida comencé a auxiliar a tantos heridos como me fuera posible pero eran tantos y yo estaba solo y asustado, mis dotes de medicina no regresaban aun y el hecho de que probablemente mis hijos hubieran muerto me asustaba mas.

De repente vi a Meg en la cima del colina del campamento siendo estrangulada por Pitón, corrió tan rápido como pudo pero nunca llego, estaba en la horrible y extensa oscuridad.

No podía ver nada, pero si escuchar, las voces de sus hijos aullando de dolor y suplicando por ayuda a su padre.

Corrió hacia las voces pero cuando encontró a sus hijos ya estaban en el suelo, en un charco de sangre, cada uno tenia un disco de piedra al lado de su cabeza, todos vestían túnicas blancas ahora empapadas en el liquido carmesí, cada uno llevaba una corona de laurel y detrás de todos se encontraba una niña de pelo negro corto con un vestido verde.

-Meg- intento decir, mas de su boca no salia una sola silaba, ella levanto su mirada y sus ojos estaban en blanco, su piel era mucho mas pálida casi rozando el ser azulada.

-por que no me salvaste?- de sus blancos ojos comenzaban a brotar lagrimas, repetía la misma pregunta una y otra vez cada vez elevando mas el tono llegando al punto de ser peor que los arboles del oráculo de Dodona.

Tape mis oídos con mis manos pero los gritos de Meg me perforaban los oídos aun tapándolos.

Desperté empapado en sudor, las sabanas estaban enredadas en mis pies y mi pecho subía y bajaba a gran velocidad, intente levantarme pero las sabanas aun estaban enredadas en mis pies así que caí de lleno en el suelo haciendo un ligero ruido.

Mire ami alrededor a ver si alguno de mis hijos se habían despertado pero todos seguían sumidos en sus sueños.

Desenrede las sabanas de mis pies y camine hasta la puerta, al abrirla sentí la brisa de la noche en la que estábamos, me senté en el escalón del porche de mi cabaña, miraba las estrellas tan brillantes como el sol pero mas pequeñas.

Mi mente volvió al sueño, los discos de piedra y las coronas de laurel, Daphne, mi primer y verdadero amor quien suplico por convertirse en un árbol para escapar de mi, el disco de piedra, mi amado Hyacinthus mi querido y amado Hyacinthus quien yo mismo mate y de su sangre hice crecer las flores que conservaban su nombre.

No fui consciente de el sonido de la puerta de la cabaña siendo abriendo hasta que alguien toco mi hombro, al girar mi cabeza encontré a Will con cara de preocupación.

-Apolo, estas bien? escuche como te dabas un golpe antes- así que escucho,debía de ser patético saber que tu propio padre, un dios caído, no era capaz de levantarse de la cama.

-siento haberte despertado- abrace mis rodillas ante el simple hecho de ser una carga, de no ser capaz de salvar a Meg, de no haber podido aceptar que Daphne no me quería, por haber matado a Hyacinthus la Única persona que me amo, la impotencia y frustración se podía sentir.

-no pasa nada- miro por el rabillo del ojo como Will se sentaba junto a el- sabes, si te sientes mal no deberías guardarlo – acarició mi espalda con delicadeza.

-como puedo estar seguro de que si lo dejo ir no dañare a nadie? - su mirada de asombro y calidez de fijaron en mis ojos, sus ojos eran tal y como los de su madre, azules como el cielo y con un toque de preocupación maternal.

-es simple, no lo sabes es por eso que debes aceptar lo que pase- hizo una pequeña pausa – ya no tienes poder obre las profecías, ya no puedes consultar el futuro cuando quieras pero a cambio tienes lo inesperado – su sonrisa era tan sincera y amable que me fue imposible no soltar una lagrima con el recuerdo de su cuerpo envuelto en sangre y hojas de laurel.

Explique mi sueño, amores pasados y razones de frustración y agonía al hijo que estaba sentado a mi lado "tengo miedo Will, que pasara si no consigo hallar el oráculo, que pasara si Meg muere por mi insolencia, que pasara si-" fui cortado por un abrazo.

Los brazos de Will me acercaban a su pecho escuchando el suave latido de su corazón "no pasa nada Apolo, vas a conseguirlo por que conozco tu ambición y destreza aun sin poderes u oráculo" acarició mi cabeza con su mano "no puedo opinar sobre Daphne o Hyacinthus, pero si te puedo asegurar que Meg no tiene la intención de matarte, solo esta confundida y asustada"

-pero .. . como- -me callo enseguida "Apolo, nunca te has preguntas cuando estabas en el olimpo como es que los semidioses sobreviven?" pregunto con la voz algo tomada "aguantamos y tenemos fe, fe en que todo saldrá bien aun cuando crees que todo esta perdido. . . así que ten fe en que lo vas a conseguir aunque todo se vea negro" solo mi cuerpo y me miro directo a los ojos "si por cualquier razón no vuelves a ser divino, que sepas que en la cabaña numero siete siempre habrá un sitio para ti" su sonrisa me hizo sentir tranquilo y que todo saldría bien.

Lagrimas corría por mis mejillas, una tras otra sin parar ni un instante,abrace al hijo de Naomi Solace, a mi hijo, a mi amigo y una de las personas por las que tenia que tener fe "puedo dormir contigo esta noche?" pregunte con la voz rota por el llanto silencioso.

-claro que si- sonrió con sus dientes blancos como las estrellas mientras se levantaba para ayudarme a mi a levantarme y entrar a la cabaña.



Buenas gente, feliz año nuevo, siento no haber subido capitulo en tanto tiempo pero no me sentía con las ganas, espero que no entiendan y espero que les haya gustado el capitulo  :)

Mil y un besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora