karma -solangelo-

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Lagrimas corriann por las mejillas de un chico corria en mitad de la tempestad, sus lagrimas se mezclaban con las gotas de agua que caian del cielo como cuchillas.

La sensacion de no poder mas, de querer llorar, de quere gritarle a todo aquel que pase que se valla al infierno.

Estaba solo en mitad de aquel aguardiente lluvia que le hacia sentir peor de lo que ya se sentia.

Su amante, su alma gemela, su todo y ahora su nada, hay miles de formas de llamar a una persona asi, pero ya es tarde pues ya no tiene esa persona.

Mientras seguia corriendo se tropezo y callo al asfalto raspandose las manos, las rodilla y piernas, ensangrentado el muchacho se levanto y continuo corriendo hasta llegar al bosque mas cercano.

Al acentrarse a este las sombras se apoderaron de su vision, veia cosas pero no le importaba, continuo corriendo y sollozando.

Al llegar a la zona mas profunda del bosque se desplomo en el suelo, continuo llorando hasta que no pudo mas desmayandose en el acto.

Las sombras y monstruos que habitaban en su mente se apoderaron de el, llevandole a un sueño tan profundo que podria haber muerto de no ser por el agradable y calido tacto de otra persona.

Al abrir sus ojos no pudo ver nada mas que oscuridad y el silencio solo lo hacia mas aterrador, por una ventana entraba la luz de la luna y en el borde de la cama un chico de rubios cabellos apoyada en sus propios brazos durmiendo se encontraba.

Algo alterado intento levantarse sin despertar al chico pero enseguida se dio cuenta de que su intento de huida fue fallido.

Frotandose lo ojos como un niño de cuatro años le dedico una suave sonrisa "hay, con que ya despertastes" susurro con una melodiosa voz.

-quien eres y donde estoy?- pregunto aterrado el chico

-cuando estaba paseando por los bosques de los alrededores de casa me encontre contigo desmayado en el suelo- explico brevemente mientras se acomodaba la ropa - estas en mi cuarto, te atendi las heridas que resguardabas bajo la chaqueta y baje tu fiebre- a continuacion se sento al lado del chico pelinegro dandole una orgullosa sonrisa.

El pelinegro se abrazo a si mismo recordando lo pasado hace tan solo unas horas, ¿por que decidio arriesgarse llevando a un pleno desconocido a su morada? ¿quien en su sano juicio haria algo asi?

-gracias . . . Creo- agradecio mirando por el rabillo del ojo al chico rubio

-puedes descansar aca hasta que sea de mañana, no hay nadie en la casa excepto nosotros, sientete libre de marchar cuando gustes- el que parecia ser algo mas alto de los dos se levanto del borde de la cama- si necesitas algo estare en el salon- al decir esto salio de la habitacion dejando al pelinegro en la soledad de nuevo.

¿Por que estaba siendo amable con el? ¿por que estaba sintiendo un leve cosquilleo en sus mejillas? ¿por que la sensacion de melancolia le inundaba ahora?

Eran algunas de las preguntas que corrian por su mente una y otra vez, mal al cabo de un corto tiempo quedo dormido y se encontro con sus monstruos de nuevo, a excepcion de que en ese momento algo comenzo a brillar en el, comenzaba a tener el corage de luchar contra aquello que lo consumia, brillava por la esperanza, la felicidad, la tristeza, por todo aquello que de repente comenzo a abrumarle gracias a las palabras del rubio.

No habia sido un discurso de subida de moral, ni nada por el estilo para ser sinceros. Pero aquel gesto que hizo por el, aun siendo un desconocido, ayudandarle curarle y cuidarle, le dio la esperaza de que no toda la humanidad es tan egolatra y mugrienta como el creia.

A lo mejor ya dejaria de estar solo, a lo mejor ya dejarian de mentirle, jugar con sus sentimientos los cuales cada dia abrio mas a su pareja quien le dio una cuchillada por la espalda.

De alguna manera ya le daba igual.

De alguna manera queria, necesitaba aprender a remendar las heridas de su corazon y aprender a que no todo esta perdido.

Mil y un besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora