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Asmodeo miraba por el enorme ventanal de ls casa en la que se quedaba por esos días, esperaba una de las mas esperadas llamadas de su vida, era uno de los primeros pasos de su venganza contra su peor enemigo, Robert Lightwood, este le había robado la oportunidad de hacer de Rusia uno de sus blancos comerciales gracias a una traición para desenmascarar a su grupo; ahora mismo sus hombres buscaban el arma con la cual dispararía; posaba sus ojos sobre las luces de la ciudad de Brooklyng, su anhelado próximo destino comercial; el celular comenzó a sonar, lo llevó a su oído y una sádica sonrisa se formó en su pálido rostro al oír a su informante del otro lado de la linea.

- Tenemos al chico - avisó Meliorn, - ¿Lo llevamos a "la cueva"?

- No, este es diferente, tráiganlo aquí, lo colocaré en el sótano, no se tarden - dicho eso colgó el celular.

- ¿Padre? - Asmodeo sintió el impulso de cerrar a los ojos ante la enorme cantidad de brillo que su hijo desprendía, desde las puntas del cabello hasta la chaqueta de cuero negra y dorada.

- Magnus, ya regresaste de la fiesta veo, y...milagrosamente temprano.

- Me aburrí, por otro lado, ¿De qué hablaban tu y tus informantes? - Magnus hablaba con un tono de superioridad en la voz aunque por dentro rogaba que no fuera otro secuestro, odiaba irse a dormir con la idea de que otra persona estuviera sufriendo y asustada por culpa de su padre.

- Solo mi venganza querido hijo, muy pronto tu y yo estaremos en la cima, Robert Lightwood caerá, creeme.

Una fingida sonrisa socarrona apareció en el rostro de Magnus mientras se giraba para ir a su habitación, estando en la enorme habitación soltó con rapidez y fuerza todo el aire contenido en sus pulmones, odiaba esa vida, pero aún siendo mayor de edad, no podía garantizar su seguridad personal si se alejaba de su padre y la mafia, lo intentó cuando tenía diecinueve, pero lo encontraron y su padre lo golpeó brutalmente, no lo había golpeado así ni cuando le confesó que era bisexual. Concía a Robert Lightwood, era un investigador de redes mafiosas, según sabía, hubo un tiempo en el que el hombre y su padre habían "negociado", pero al parecer solo había sido una cortina de humo para capturar a Asmodeo, por un tiempo incluso estuvo feliz de que casi capturaran a su padre, pero este y sus hombres lograron escapar a tiempo gracias a información filtrada, pero no lograron recuperar el dinero que fue confiscado en su antigua base, desde ese entonces su padre había buscado venganza, y al parecer, estaba por conseguirla.

Quitó el pasado de su mente y se dispuso a cambiar la ajustada ropa por pantalones mas holgados y una camisa púrpura.

Quería llamar a sus amigos; los verdaderos, Catarina y Ragnor, no los hijos de socios de su padre, como Jonathan o Camille, incluso Raphael, aunque este último era mejor persona que los otros dos.

La dulce voz de su amiga resonó al segundo pitido al otro lado de la linea, - ¡Magnus!, ¿Qué tal la fiesta? -

- Aburrida, los ricos son un asco en las fiestas.

- No todos, tu eres rico y todos se la pasan diciendo lo geniales que son tus fiestas.

Rió un poco; Catarina era amiga suya desde secundaria, habían trabajado juntos un tiempo en una empresa de diseño como empleados, era antes de que su padre le dijera que no necesitaba trabajar para obtener lo que quería, pero le gustaba ir de vez en cuando a ayudar a Cat en el trabajo o salir con ella y Ragnor.

Vivir sin miedo [Malec]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora