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Esperó, y esperó, el reloj de muñeca que llevaba marcaba las dos de la madrugada con veinticinco minutos, Magnus oía las voces de los hombres en la sala, agradecía que Jonathan estuviera dormido, de lo contrario no toleraría estar esperando arriba mientras podrían estar dañanado a Alexander.

Cuando dieron las tres, por fin oyó a los hombres desaparecer de la casa, bajó en silencio cerciorándose de que no había nadie en la casa, cuando lo comprobó, tomó una toalla y la humedeció, luego corrió al sótano.

Al abrir la puerta observó al chico estremecerse y comenzar a respirar fuertemente.

- Tranquilo, soy Magnus...

El pelinegro se relajó y asintió sin verlo gracias a las vendas, Magnus se colocó en cuclillas frente al chico y con cuidado quitó la venda de sus ojos  sintiendo casi al instante un cosquilleo en su cuerpo al ver nuevamente esos profundos ojos azules.

Luego quitó la venda de su boca y tomó la toalla que estaba a un lado, en vista de que Alec estaba atado, Magnus comenzó a pasar la húmeda toalla por todo el rostro del ojiazul, observando como la tela blanca se teñía de un color escarlata cuando entraba en contacto con su piel.

- ¿P-Por qué haces esto...? - logró susurrar Alec.

- Te lo dije, vivo el mismo infierno que tu, este es un lugar plagado de dolor ajeno manifestado en gritos de agonía, donde la luz es solo una leyenda y la libertad es algo en lo que muchos dejan de creer después de un tiempo aquí - la musicalidad poética y un tanto macabra de las palabras de Magnus alertaron a Alec ¿Acaso nunca saldría de ahí?

- ¿Qué sucederá ahora...? - se estremeció un poco cuando la toalla pasó por su cuello.

- Eres importante para su plan, supongo que tratarán de alejarte de aquí lo mas que se pueda, pero no pueden levantar sospechas, lo que te recomiendo es que hagas todo lo que ellos te digan, no te resistas a menos que ponga tu vida o integridad en peligro, no trates de escapar, esto no sirve aquí, yo te ayudaré, no sabes a cuantos he querido ayudar, pero nunca fue suficiente, almenos estás aquí y no en "ls cueva"...-

- ¿L-La cueva?

Magnus se estremecía al pensar en aquel lugar, con olor a sangre y agonía, era una cabaña a las afueras de la ciudad, en aquel sitio tuvieron lugar las muertes mas espantosas y crueles causadas por su padre, había instrumentos de tortura por todos lados, desde tablones con clavos hasta varillas de hierro que se calentaban al rojo vivo y luego se colocaban en la piel del secuestrado.

- Eso no importa ahora, mañana ellos querrán sacarte de aquí, lo mas probable es que te lleven a New York o Boston, yo estaré contigo, me encargaré de que no te hagan daño.

Magnus había colocado la mano en la fría y húmeda mejilla del ojiazul, pasó la toalla por sus amoratados labios y se humedeció los suyos, Alec tragó con dificultad y miró los labios del moreno, ¿Por qué estaba pensando eso? ¿Por qué no quería escapar?, tenía que concentrarse en hacer todo lo posible por salvarse, y nada ni nadie se lo iba a impedir...

¿O si?

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- ¡Cálmate Isabelle!

- ¡¿Cómo demonios quieres que me calme si mi hermano está secuestrado y mi otro hermano está en el hospital?! - Isabelle había estado histérica desde que los llamaron del hospital diciendo que Jace tenía una bala en el costado derecho de su torso y otra en la pierna, y algo aún mas inquietante, habían secuestrado a Alec.

Maryse trataba de calmar a su hija, Robert estaba en el hospital con Jace y ya había alertado a todo su equipo, sabía que esto era obra de Asmodeo, se lo había dicho, "buscaré mi venganza en donde mas te duela Robert Lightwood"

Isabelle dejó de gritar y se dejó caer sobre los brazos de su madre llorando a mares y sollozando con fuerza, - Quiero verlo, quiero abrazarlo, quiero decirle que todo estará bien...- lloró con mas fuerza mientras su madre la abrazaba.

La puerta se abrió dejando ver a Robert Lightwood con una expresión melancólica, se acercó a su hija y la abrazó fuerte, - Lo encontrarán, me encargaré de dirigir la búsqueda, no tienes de que preocuparte, encontraré a tu hermano, lo prometo...-

Un pequeño sollozo se oyó desde las escaleras, al girar, Izzy vio al pequeño Max, sus ojos grises hinchados y llenos de lágrimas, ella siempre había pensado que se parecía mucho a Alec tenía un carácter maduro para su edad, pero en esos momentos, su actitud de niño salió a la luz, asustado y confundido.

- Ven aquí cariño - Izzy se puso en cuclillas y abrió los brazos, el pequeño no tardó en lanzarse a los brazos de su hermana dejando que el agua salada y tibia que caía de sus ojos humedeciera la blusa de la chica.

- Todo estará bien, lo juro -

Al menos eso esperaban...




Hola!!, ya se que es súper corto, pero ayer entrene todo el día y cuando desperté, no podía moverme, así que básicamente estuve todo el día muriendo :)

Espero que les guste, voten y comenten ✌

Vivir sin miedo [Malec]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora