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En treinta minutos, Magnus había limpiado por completo a Alec, había humedecido con agua helada las zonas donde estaban las ajustadas sogas y había colocado cubos de hielo sobre los amoratados y heridos labios del ojiazul, inventaría algo para excusar que el menor ya no estuviera tan maltratado como ántes.

Miró el reloj de su muñeca y marcaba que faltaba poco para las tres de la mañana, estaba cansado, pero temía y odiaba la idea de tener que dejar a Alec en ese lugar y expuesto a que lo lastimaran...de nuevo.

Colocó un vaso con agua en los  labios del menor y dejó que bebiera todo el contenido de este, aún había horribles marcas que eran imposibles de quitar con agua o hielo, como moratones en el rostro y cuello, cortaduras en los labios, rostro y manos y lo mas preocupante para el moreno, la cantidad de sangre que había perdido Alec, se notaba que estaba débil, su cabeza se mecía de un lado a otro sutilmente y sus hombros estaban bajos.

- Aguanta, mañana te sacarán de aquí y te ayudaré en lo que pueda...sólo resiste...

- Estoy...bien, puedo hacerlo...- su voz se oía como un susurro somnoliento.

- Mirarte es...impresionante, es increíble ver a un ángel sobrevivir en las llamas del infierno...

Alec levantó la cabeza y observó a Magnus, su visión se estaba tornando borrosa, pero podía distinguir los brillantes ojos del mayor, verlo así de preocupado le hizo pensar en su familia ¿Cómo estarían ahora mismo?, seguramente destrozados y asustados, Isabelle, Jace... Y Max, aquel pequeño al que tanto cariño le tenía...los extrañaba demasiado, y pensar que ese sólo era el comienzo le hacía preguntarse, "¿Seré lo suficientemente fuerte para pasar por esto?", la primera señal de calor real llegó a su cuerpo de una imperceptible manera cuando una gota de agua caliente resbaló por su mejilla...

- ¿Alexander...? - Magnus colocó su mano en la mejilla del menor y con su pulgar secó temeroso las lágrimas.

- Mi familia...mis hermanos...mis padres, quiero verlos...-

- No te culpo por llorar, no te culpo por sentir miedo, no te culpo por ser...humano, pero tienes que ser fuerte, si, será un largo camino, pero tienes suerte de que ahora seas una de mis prioridades, tenía intenciones de escapar, pero, ¿Por qué no hacer algo bueno antes de irme?...- a medida que hablaba el moreno se había levantado del suelo lentamente y ahora miraba desde arriba a Alexander, se puso en alerta cuando oyó la reja de afuera abrirse, recogió las toallas y el vaso y cubrió nuevamente los ojos y boca del ojiazul.

- Te veré mañana....y...recuerda que, el dolor te hace fuerte...-

Dicho eso, la puerta se cerró y la soledad reinó en el sitio de nuevo, las palabras dichas por Magnus daban vueltas en su cabeza "el dolor te hace fuerte", pero para él, solo era vital ser fuerte en presencia de otros, dejó sus lágrimas salir y sentía como se perdían en el paño que cubría sus ojos, si, se daría el lujo de llorar aún cuando sabía que un poco de agua no lgraría extinguir las feroces llamas de el infierno.

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Magnus oía a su padre y al señor Belcourt hablar en el primer piso, ambos estando ebrios habían interrogado nuevamente al de ojos azules y seguramente le habían golpeado, ahora, ya de mañana, Magnus se ocultaba las ojeras por no haber dormido casi nada la noche anterior con maquillaje, quizá tuviera que ayudar a Alec, pero el maquillaje era algo que se daba naturalmente en él, cuando terminó, bajó al primer piso y oyó mas claramente a su padre.

- ...el idiota de Robert Lightwood ya activó las alertas en la ciudad, tardará a lo mucho cinco días en activarse en todo el país, tráeme un pasaporte falso para el niño, hoy mismo lo sacaremos de aquí, a lo mucho mañana por la mañana, no quiero perder tiempo, llama a Jonathan, que se encargue de el niño...

Vivir sin miedo [Malec]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora