Malvina:
Cuando me desperté en mi cuarto, sentí un fuego y ardor que recorría toda la cabeza provocando que esta se me parta en dos.
Mire toda la habitación en la que me encontraba, estaba en mi cuarto.
Me gire un poco a la esquina de la cama y con mis dedos acaricie un cable que le seguí hasta arriba y llegue al botón de mi mesa de noche.
Prendí la luz y aun tenia la vista sofocada en un punto fijo. Me encontré con Thiago. El estaba al otro lado de la cama sentado en una silla, observándome con el pecho al desnudo con su sonrisa traviesa.
Salte de un susto de mi cama por el inesperado encuentro, pero... Al verme, me di cuenta que estaba vestida solamente con ropa interior. Me volví corriendo torpemente haciendo cuerpo a tierra a mi cama. Me acobije entre las sabanas, estaba muy sonrojada así que le sonreí.
-Hola bella durmiente.- Me saludó burlándose, como siempre le despierto yo.- Dormiste toda la mañana y la tarde, es de noche
Bien, dije para mis adentros.
–Superé mi record.–Lo miré sarcástica.– ¿Qué pasó anoche?
–Tomaste mucho en la fiesta. Candela y yo te hemos duchado.
–Me...Duchaste... – Repetí ruborizada.
– No te iba a dejar así de mugrienta. Tus amigas no podían sostenerse. Discúlpame si me desubiqué.
–Gracias...Perdoname por la estupida pregunta, pero .. ¿Estuve con alguien anoche? Ya sabes.. En ese sentido. –Pregunté en sílabas muy apenada y la vergüenza que me consumía.
– Me debes la vida, cuide lo más importante de vos. – Guiñó el ojo.
– Te ves terrible. – Admití.
– Gracias a vos que no me dejaste dormir con tus risitas y llorisqueos.
–Discúlpame, vení a dormir. –Me corrí haciéndole un espacio. –Te hago lugar, pero por favor, fuera de las sábanas que me muero de vergüenza.
–No te preocupes. – Me dedicó una sonrisa picara mientras se metió dentro de las sabanas.– No hay nada de que yo no haya visto.
–Si... Me imagino. –Bufé incómoda y a la vez encantada de tener su cálida piel a mi lado.– Estoy terrible ¿cierto?
Cerré los ojos al pronunciar la palabra. Me mordí la lengua para evitar gritar de mi vergüenza. Thiago me abrazo hacia él y tenía su cara en mi cabello, su mentón en mi cuello.
– Sos perfecta.– Me Susurró al oído y su hermoso aliento abrasador rozó en mis mejillas.
El impacto obligo a voltearme. Sus ojos curiosos y ansiosos se adueñaron de los míos y me rodeo con sus brazos atrapándome.
Sin desviar mi mirada por un momento, con una mano acaricie sus preciosos brazos, detallando perfectamente cada curva y perfección de su cuerpo.
Levante mi vista para verle la cara pero involuntariamente mis labios se hallaron a centímetros de los suyos.
Alce mis manos en su mejilla y con mis dedos jugueteaba el cabello de su nuca. Él deslizo las suyas hasta mi cintura, acariciando mi espalda.
Se adelanto lentamente un poco más a mi rostro, estudiando mis gestos para comprobar mi aprobación. Le respondí apretándome más a él y clavando mi mirada en sus ojos.
Hundió suavemente sus labios dulces contra los míos que se deslizaban a un compás perfecto explorando nuestra boca.
Thiago se aparto tiernamente de mí, mirándome apenado.
– Yo no debí, he, Perd...
No deje que termine de hablar ni escuchar sus disculpas que eran en vano.
Busque sus labios inseguros que quedaron inmóviles, entonces fui yo la que me aparte, pero los volvieron a buscar.
El me respondió devolviéndome el beso con más intensidad y ternura. Abrí mi boca en el medio de la suya para respirar su aliento.
Sus manos rompieron el abrazo que habíamos construido, ahora cobraron postura en mi cabello y cuello.
Le amague y ambos nos reímos. Hundí mi rostro por su mejilla acariciando con mi nariz su suave piel hasta que llegue a su cuello.
Thiago se mantenía con los ojos cerrados, y yo le hice pequeños chupones morados. Sus labios me buscaron con más fuerza a los míos y los encontró.
Inocentemente me monte en su abdomen y me encorve para besarlo otra vez.
Sus manos abiertas se posaron cuidadosamente por mis glúteos y las mías dibujaron una línea recta de su perfecto abdomen hasta llegar sus labios y volver a besarlos una y otra vez.
Es todo mío, todo lo que quería, mi momento perfecto.
Sus dedos fueron deslizándose por mi espalda hasta encontrar el gancho que sostenía mi corpiño y lo desprendió. Lo deje caer al borde de la cama mientras yo estaba concentrándome en los ojos de Thiago. Mi Thiago.
El me apretó a él con un poco de rudeza, mientras besaba mis pechos.
Sin quered un gemido ahogado salió por mi boca, pero fue interrumpido por el beso de Thiago.
Me encontré comenzando a quitarle el jean que poco después lo dejamos caer con el resto de las ropas.
Sus mimos recorrieron el costado de mis piernas jugueteando con la única prenda que estaba usando. Lentamente me la retiro, mirándome.
Yo hice exactamente lo mismo deslizando mi dedo índice y luego con ayuda de mis manos lo desnude.
– Malvina...
Le volví a interrumpir con un beso seco, pero me agarro las manos y mi cara para poder hablarme.
–¿Estás segura? – Me miro preocupado.
Le acaricie contorneando su cara y le respondí:
– Nunca he estado tan segura de avanzar.
Entonces, todo fue mágico, precioso y tan autentico. No había lugar a dudas, cerré los ojos y desee que nunca terminara esa noche.
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Hola a mis queridos lectores ♥ Les aviso que esta narración que acabo de subir la modifique para que esté antes, es decir, primero que del capítulo 1 y 2, como para dar una idea de los personajes principales en la historia, como una película empieza con una escena y en el transcurso de esta se repite.
Estén atentos porque a partir del capítulo 6 y en adelante, se veran mas reflejados los sentimientos de los protagonistas.
PD: ¡¡Que hayan tenido un feliz año nuevo 2017!!
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Al borde del abismo. © #Wattys2017
Teen FictionThiago Medici, un joven que cree ser homosexual, se enamora perdidamente de Malvina Blanquesí, su mejor amiga. Junto a sus amigos, Candela Mileno y Joaquín Velledo, van a emprender la aventura de sus vidas: Recorrer la Argentina antes de comenzar l...