Era la última noche que íbamos a pasar en el campamento, decidimos que íbamos hacer un fogón al lado del río, así que los chicos preparamos la leña y las chicas iban hacer de comer.
Con Joaquín pusimos dos troncos grandes al lado de la fogata para sentarnos cerca del fuego.
– ¿En que quedaron con Candela? – le pregunté a Joaquín.
– Nada, somos novios boludo, no lo puedo creer todavía. – Se reía.
– Bien ahí hermano, seguí así, cuídala he.
– Si brother, esta noche no voy a dormir en la carpa así que, ya sabes.
– Que crack que sos, ojalá duren mucho. – Le sonreí.
A la leña la rociamos con un poco de nafta y tiramos un fosforo y las llamas comenzaron arder.
Nos sentamos y sonreíamos, la verdad que el fuego en una noche re estrellada transmite buena onda, las chicas venían corriendo a los lejos y Candela saluda a Joaquín con un beso muy provocativo, dejándolo desear un poco más.
– Ya trajimos los sándwiches. – Guiño el ojo Malvina.
– Che que lindo que esta esto del fogón. – Añadió Candela.
Cande insinuaba subiéndose un poquito la pollera por arriba del muslo, y luego volvía a bajársela, mirando a los ojos a Joaquín, y él se mordía los labios.
Yo y Malvina nos reíamos con discreción, porque esto parecía un juego de la seducción en vivo y en directo.
– ¿Qué vamos hacer después de la fiesta de egresados? – Candela desvió el tema... – En dos semanas terminamos la secundaria chicos... – Dijo lo último con nostalgia.
– Tenemos que recorrer a la Argentina, es un país realmente hermoso. – Dijo Malvina.
– ¿De mochileros? – Joaquín estaba confundido.
– Ya tenemos trafic, no sería de mochileros específicamente. – Sonreí.
– Chicos yo me voy a vivir a Misiones en menos de un mes, esto es solamente una locura... – Malvina puso los ojos en blanco.
– Entonces tenemos un mes para recorrer la Argentina. – Sonrió Candela buscando los ojos de Joaquín.
– Esto es imposible, chicos... – Malvina se puso de pie. – Esto no es más que un sueño.
– No te vayas a Misiones, te necesito. – Todos se quedaron en silencio mientras Malvina me miraba a los ojos. – Te necesitamos. – Me corregí.
– No puedo prometer nada... – Hizo una mueca.
Candela se abalanzo hasta Joaquín y le comió la boca en la mitad de la conversación, con Malvi nos quedamos un poco sorprendidos porque no la habíamos visto venir.
Joaquín la agarro entre los brazos besándola, diciéndole cuanto la amaba al oído y se la llevó al complejo.
– Me parece que se van a despedir la última noche en el campamento. – Sonrió Malvina.
– La van a despedir con lujuria. – Le devolví la sonrisa.
– Te lo prometo. – Me quede colgado en su mirada.
– ¿Qué cosa? – Dijo ella.
– Que no nos vamos a morir sin recorrer la Argentina de pies a cabeza. – Le dedique mi mejor sonrisa.
– Te quiero tanto Thiago. – Me abrazo y me estremecí de nuevo.
Esta vez rompí el abrazo que habíamos construido porque por más vergonzoso que parezca, estaba poniendo a prueba mi virilidad y la estaba aprobando con un diez, intente disimularlo poniendo ambas manos ahí bajo.
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Al borde del abismo. © #Wattys2017
Ficção AdolescenteThiago Medici, un joven que cree ser homosexual, se enamora perdidamente de Malvina Blanquesí, su mejor amiga. Junto a sus amigos, Candela Mileno y Joaquín Velledo, van a emprender la aventura de sus vidas: Recorrer la Argentina antes de comenzar l...