El mapa es para que se ubiquen donde queda San Luis, provincia que limita con Córdoba.
14
- ¿Falta mucho para llegar carajo? – Joaquín rezongaba. – ¡Me duele el culo de tanto estar sentado ya!
– Ya falta poco, no seas hincha huevos. – Le golpee en la cabeza. – Cállate que estas despertando a todos.
– Candela por favor... – Joaquín resopló.– ¡PARAAAAAA! YAAA
Malvina se despertó agarrándose la cabeza mientras se levantaba de mi regazo.
– !!AHHHHH!!! – Candela pisó fuertemente el freno y todos nos miramos asustados.– ¿¡Qué te pasa idiota!?
– Perdonen, tengo que hacer pipí. – Embozó una enorme sonrisa.
– Que hijo de puta que es. – Concluyó Malvina sacando su cabeza de la ventanilla de la trafic.– ¡¡CINCO VECES PARASTE A MEAR!!
– Es que sabes que no puedo retener. – Chilló Joaquín desde lo lejos.
Todos nos agarramos la cabeza y nos miramos. Malvina iba a articular una palabra pero hizo una mueca divertida. Nos entendimos al vernos y nos echamos a reír por lo de Joaquín.
Joa, llega corriendo subiéndose los pantalones pero tropieza al subirse al carril y todos nos agarrábamos la panza de la risa.
Se recompone y nos dedica una mirada fulminante.
– Espero que esto te aliente a no mearte tan seguido. – Le di un golpe en la frente.
Candela arrancó el motor de la trafic y continuamos.
A unas horas despierto al sentir el tacto de alguien sobre mi cabeza jugueteando con mi cabello. Sonrió al ver Malvina despierta observándome.
– Creo que ya llegamos Thi. – Me sonrió como toda una diva.
Me hubiera gustado congelar ese momento para siempre. Malvina se veía tan natural y bella, toda desaliñada con el cabello enredado, una remerita que mostraba sus hombros y una pollera hasta los pies.
Tomé mi teléfono y le saque una foto sin que ella se dé cuenta. La apreté contra mi pecho.
Eran casi las siete de la tarde hasta que Candela frenó y busco la mirada de Joaquín donde tomo su mano y le beso.
Con Malvina también observamos el momento y eran una pieza de rompecabezas que encajaban a la perfección.
Cande, nos miró por el espejo retrovisor luciendo su sonrisa envidiable.
– Llegamos. – Pronuncio con elegancia.
Todos nos bajamos del auto corriendo y riendo como idiotas al frente de algunos turistas.
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Al borde del abismo. © #Wattys2017
Teen FictionThiago Medici, un joven que cree ser homosexual, se enamora perdidamente de Malvina Blanquesí, su mejor amiga. Junto a sus amigos, Candela Mileno y Joaquín Velledo, van a emprender la aventura de sus vidas: Recorrer la Argentina antes de comenzar l...