No sé dónde estoy, ni como me encuentro, si estoy viva o muerta, solo sé que tengo miedo. La cabeza me duele a millón y respiro con dificultad. Trato de abrir los lentamente acostumbrándome a la claridad del lugar.
Lo único que veo es el azul cielo que hace que mis ojos se cristalicen por tanto brillo. Escucho a alguien gritar y pasos acercándose, trato de levantarme pero estoy muy dolorida, opto por gritar pero al comienzo solo me ale un susurro insignificante.
-Ayuda... ayuda... ayuda- Repito como puedo y de la nada ese cielo tan hermoso es reemplazado por unos ojos del mismo color, un azul claro penetrante, unos labios carnosos y una cara de ángel- ¿Estoy muerta?- Pregunto al ángel frente a mí y él sonríe sin muchas ganas.
-No hermosa, yo te salvaré de eso- No puedo evitar sonreír por su apodo hacia mí, es obvio que estoy cochina, acabo de pasar por una guerra, es casi un milagro que este viva, bueno por ahora, realmente me siento fatal- Te voy a cargar, sé que te va a doler, pero es rápido ¿sí?.
Me limito a tratar de asentir, cosa que hace que mi cuello duela en más cantidad, cierro los ojos con mucha fuerza, siento como pasa sus manos por detrás de mis rodilla, y la otra por mis hombros, cargándome así en brazos como una recién casada entrando a la habitación con su marido para celebrar su luna de miel.
-Descansa hermosa, vas a estar bien dentro de poco- Dice el sujeto y yo solo trato de dormir, me siento en paz en sus brazos, el vaivén que produce la caminata produce tranquilidad y sin más caigo en un profundo sueño.
(...)
Escucho un leve pitido constante que me llama la atención, poco a poco se escucha más cerca, me siento cómoda, como si estuviera en una cama, abro los ojos y vuelvo a ver a esos hermosos ojos azules, al percatarse de que he despertado sonríe como si fuera la gloria.
-¿Dónde estoy?- Pregunto algo desorientada, no sé nada de nada, pensar hace que me duela todo, y solo quiero ver esos ojos que me dan un alivio tremendo.
-Voy a llamar al doctor para que te examine- Dice y sale por la puerta, sin contestar a mi pregunta, cosa que me frustra un poco, en este momento lo único que quiero son respuestas no que me dejen sola en un lugar que no conozco.
La puerta se abre nuevamente haciendo ver a un doctor y al chico que posee mis ojos favoritos.
-Hola señorita, veo que ya ha reaccionado, eso me alegra- Habla el doctor y me da una sonrisa cálida- Le haré algunas preguntas, para saber el estado en el que se encuentra y poder darle el diagnostico- Yo asiento dándole permiso a que comience con su interrogatorio- ¿Cómo se llama?
- Ana Leticia Wolf- ¿Recuerda lo que sucedió?- Nuestro país ha sufrido un ataque de guerra- ¿Quiénes son sus padres y dónde están?- Mi padre es Rodolfo Wolf y vive conmigo, pero debido al ataque no sé dónde está ahora y mi madre es Melisa De Wolf ella murió hace 3 años- Respecto a su padre, lamento informarle que ha fallecido, el ataque pudo con él, lo lamento.
Yo asiento y suelto algunas lágrimas, sabía que él no podría soportar tanto, ya era muy aciano, pero sé que ahora está junto a mi madre y están en un lugar mejor, cuidándome desde el cielo.
-¿Qué edad tiene?- Tengo 23 años- ¿Trabaja?- Si en una biblioteca en el Centro- ¿Tiene hermanos o hijos?- No ninguna de las dos cosas- ¿Cuál es su dirección actual?- Vivo en el Centro, calle 13 del Meyer en la casa 12-09- Veo que todo está en orden, no ha perdido la memoria y eso es bueno, debe estar un poco dolida por los impactos y eso es todo, otra cosa Señorita Ana, su casa ha sido demolida, el ataque fue dirigido más que todo al Centro y no ha quedado nada en buenos estados.
Se retira de la habitación del hospital y yo cierro mis ojos, tratando de pensar de que todo es un sueño y que voy a despertar pronto encontrándome todo tal cual hace un par de días antes de esta tragedia.
-Tengo miedo, ¿qué voy a hacer ahora?- Hablo aun con los ojos cerrados, obviamente hablo conmigo misma, por lo tanto no espero respuesta alguna, pero cuando escucho su voz abro mis ojos como platos y pego un brinco, se me había olvidado su presencia.
-Puedes vivir conmigo hermosa, no te preocupes, lo importante ahora es tu bien estar y tu salud- Dice tomando mi mano y dejando un beso en mis nudillos. Lo miro confundida y decido hablar.
-Oye, no te recuerdo o tal vez estas equivocado de persona, pero no te conozco- él sujeto me mira directo a los ojos y me sonríe.
-Sé que no me conoces, y yo tampoco a ti, pero no cambia el hecho de que quiera que nos conozcamos- Dice levantándose y soltando mi mano, siento un extraño vacío en mi estómago porque me ha soltado, deja un beso en mi frente reconfortante y vuelve a hablar- Voy a ordenar todo para que te den de alta y nos podamos ir, ya vuelvo hermosa- Dice y se va.
Tengo miedo, no sé si es correcto que me valla con un extraño, pero no tengo a nadie, ni nada, no tengo casa, ni amigos a quienes recurrir. No tengo escapatoria, pero a la vez me agrada la idea de irme con ese hombre, del cual no sé nada, pero siento que lo conozco y que es correcto confiar en él.
2 horas después ya estoy caminando por los pasillos del hospital, tomada de la mano del chico que ahora sé que se llama Aaron, nos subimos a una limosina y no puedo evitar pensar que es un mafioso o algo parecido.
-Aaron, ¿quién eres?- Digo con nerviosismo en mi voz, él nota eso y coloca una sonrisa tranquilizadora en su perfecto rostro para calmarme y transmitirme buena vibra.
-Hermosa, te voy a decir todo- Comienza a decir y yo lo miro atenta- Mi nombre es Aaron Astor, mi padre es el Rey del país, bueno era el Rey, el falleció en la guerra, eso quiere decir que ahora yo soy el heredero.
Mi asombro es notorio en mi rostro, el me mira como tratando de leer mi mente, la verdad es que yo odie al Rey pasado, y sé que prácticamente esta guerra fue causada por las tonterías del mismo y los descuidos, por andar dándole fama al sujeto frente a mí.
-Sé que mi padre no fue el mejor en su trabajo, pero prometo que yo si lo seré- Dice como si supiera lo que estaba pensando- Le debo mucho a este país, por eso me haré cargo de él.
-¿Por qué me ayudas?- Digo casi en un susurro apenas audible, el me mira y me toma de las mejillas con ambas manos.
-Porque desde que te vi, indefensa en esos escombros me entraron unas ganas de protegerte de todos y de todo, eres hermosa Ana, solo te quiero cuidar- Dice y me deja un casto beso en la frente.
Yo no digo nada, la verdad no me considero hermosa, puede ser porque nadie aparte de mis padres me lo mencionaron, o por el hecho de que nunca tuve novios o amigos, no es que estuviera buscando, pero nunca me sentí "hermosa".
-¿Me vas a cuidar?- Digo rompiendo el silencio que se formó en el carro, él me toma de las manos y deja un beso en los nudillos de cada una, provocando que me sonroje, me mira a mis ojos, y después a mi boca, me pongo nerviosa y muerdo mi labio inferior, eso a él no se le escapa y cierra sus ojos como que si lo que estuviera viendo fuera horrible o una especie de tortura hacia su persona.
-Siempre- Contesta y me abraza, como si tuviéramos la confianza más grande del mundo y nos conociéramos desde hace años, por alguna razón yo le correspondo gustosa el abrazo, estoy consciente de que estoy sucia y cochina, y él lleva un traje muy elegante, tal vez después lo deje sucio y oliendo mal.
-Señor Astor hemos llegado al castillo real- Anuncia el chofer haciendo que nos separemos. Aaron asiente y me mira.
-¿Lista para una nueva vida?- Pregunta y yo solo sonrió y asiento.
¡Ay Dios! ¿Qué me espera ahora?...
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HOLA CHICOS Y CHICAS LECTORES Y LECTORAS, COMO ESTÁN?
PUES YO ESTOY DE MARAVILLA, ME ENCANTA ESTA HISTORIA Y ESPERO LES GUSTE A USTEDES IGUAL, SI LES GUSTA O NO DÍGANMELO EN LOS COMENTARIOS, VOTEN Y RECOMIENDEN LA HISTORIA POR FAVOR.
LOS AMO Y HASTA EL PRÓXIMO CAPÍTULO... XOXOXO
Ari <3
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Soy...Reina?
De TodoNo les ha pasado, ¿qué ya están tanto tiempo en la oscuridad y no quieren volver a la luz? Por miedo a fallar, y no ser lo que los demás esperan de ti. Mi vida era humilde, no era perfecta, pero si tolerable, mi familia y yo vivimos en un país gobe...