Demian se encuentra en una encrucijada debido a su lejanía de Gema estando tan cerca de ella, en busca de su redención, hará hasta lo imposible por volver a tener el corazón de la mujer cuya presencia le es vital para sentirse vivo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ustedes conocen las bodas, no hubo nada extraordinario en la mía, Thiago le pidió matrimonio a Rubí, Demián y yo nos fugamos antes de que terminara la fiesta y volamos lejos de Manchester, en realidad, buscamos un lugar mucho más tropical para pasar nuestra luna de miel.
- oye, Lucciana, no le veo nada divertido que tengas las tetas de fuera.
- es una playa nudista.
- me vale un cuerno, no quiero que muestres tus tetas, son mías.
me subí el sostén rosa que Demian había adquirido para mi, fruncí los labios.
- quítate el bañero, Demián.
elevó las cejas.
- ni de broma, estoy loco, pero no soy un depravado, además dudo que quieras que las chicas aprecien algo que es tan tuyo.
tiene razón, me les tiro de palomita a golpes, así está mejor.
- está bien, tú ganas, voy por una bebida ¿quieres algo?
negó con la cabeza mientras se volvía a tirar en la playa. Caminé hasta la barra y me pedí una piña colada.
- hola, bonita.
ni siquiera le hice caso al tipo que me hablaba.
- con mucho hielo, por favor.
la chica preparó mi piña colada y me la ofreció.
- muchas gracias.
le ofrecí el billete para pagarla y el tipo me detuvo la mano.
- yo invito, por favor.
- oye, amigo, no me gusta que me inviten mis bebidas sin mi consentimiento.
- suele ser así la primera vez siempre, la segunda, te apuesto 10 dólares a que cederás.
abrí un poco la boca.
- te apuesto el doble a que vas a tener problemas si me sigues molestando.
elevó las cejas, sintiéndose desafiado.
- ¿cómo te llamas, bonita?
elevé la mano y me la tomó con poca delicadeza, la miró con atención.
- solo quiero saber tu nombre, tu número de suite y si estás disponible ésta noche.
le miré molesta, me zafé de su agarre, tomé mi bebida y caminé fuera del lugar, y como tenía que ser, me siguió.
- vamos, no te hagas del rogar, bonita, te va a gustar te lo garantizo.
comencé a ponerme nerviosa, y mi pánico aumentó cuando un hombre más se acercó al primer cretino y miré en dirección a Demián y ya no estaba.
