¿Se imaginan la sensación cerebral de sentir como tocan el gong en su cabeza?
así me siento yo, ni más, ni menos.
- ¿Demián?
Tierra llamando a Demián, responde Demián, responde.
gemí.
joder.
- sigo vivo...
- un día vas a tener que pagarme por todo lo que me haces sufrir, en especial, esa línea inminete de peligro que siempre te gusta acariciar y seducir.
- ésto no fue planeado ¿qué tal salió?
- terrible, casi se me sale el corazón.
exhalo, frunzo el ceño.
- me duele la cabeza... mucho.
- tienes que descansar, fue por el golpe, estarás mejor cuando hayas dormido lo suficiente.
- no estamos para dormir por el momento, linda, tenemos que irnos de acá.
niega con la cabeza, aquí viene una bronca.
- no vamos a ir a ningún lado, guapo, te vas a quedar acá hasta que estés mucho mejor.
si no es porque me siento medio muerto, me pondría a protestar, pero dadas las circunstancias, lo acepto, me rindo y me desparramo en la cama, no me voy a mover de aquí.
- tu ganas morenita... ya no estoy para éstas cosas, ven aquí.
- ¿qué? no, esa cama es solo para ti, para que descanses de forma cómoda.
- no hay más comodidad que tú aquí, Lucciana, no me hagas rogarte, no me siento bien.
ladea la cabeza y me besa la frente.
- tú ganas...
se sube conmigo a la cama, apoya su cabeza en mi pecho.
- ¿qué pasa?
- ¿crees que Isaac esté bien?
- el tipo es bravo, tiene que estarlo.
- bueno, es que la cosa no está fácil...
- nadie dijo que la vida era fácil, somos expertos en complicar todo ¿estás segura que no podemos irnos? ya que hablamos de complicaciones.
- no, no podemos irnos.
- mañana que salga de aquí y se termine ese gong golpeando fuerte mis neuronas, nos vamos a ir a la playa a comportarnos como una pareja normal.
me mira con las cejas muy elevadas.
- Demián Pradda hablando de normalidad... eso si que es atractivo.
- yo soy atractivo, Cruzeiro.
ESTÁS LEYENDO
▬GUILTY PLEASURES ▬PARTE 3.
RomansaDemian se encuentra en una encrucijada debido a su lejanía de Gema estando tan cerca de ella, en busca de su redención, hará hasta lo imposible por volver a tener el corazón de la mujer cuya presencia le es vital para sentirse vivo.