Capítulo 4

9.8K 466 154
                                    


Después de un rato salí por algo de beber y una botana, los chicos estaban viendo un partido de fútbol, así que ni se dieron cuenta de que pasé por ahí.

Regresando a la habitación de Dylan lo vi muy concentrado cortando papeles, cuando se concentraba hacia ese lindo gesto, fruncía el ceño y sacaba la lengua. Siempre me reía de él y a veces le tomaba fotos, porque en realidad se ve tierno, pero nunca le dije eso.

–Gracias por ayudarme, no tenías por qué– comento mientras me vuelvo a sentar, coloco la botana y los vasos en el piso. –Ellos no tenían que haber hecho eso, la verdad estoy disfrutando esto. Siempre te ayudaba con tus bromas hacia Matt, era divertido– me sonríe mientras toma su vaso.

–Sí, todo era más fácil en ese tiempo– sonrío con nostalgia y antes de poder decir algo tocan la puerta.

–Maddie, ¿podemos hablar?– Vaya manera de arruinar mi buen ánimo.

–Dile que me fui– le susurro a Dylan y él rueda los ojos. – Vamos Maddie, sabías que un día tendrías que enfrentarlo, ve, eres fuerte princesa– sonrío ante su apodo, me inclino para abrazarlo y después me levanto.

–Sí, Scott, ya voy– tomo un respiro profundo, oh Dios acompáñame.

Salgo de la habitación y cierro la puerta detrás de mí, sin decir nada caminamos hasta llegar a mi habitación, él cierra la puerta, yo me cruzo de brazos.

–¿Y bien?– lo incito a que hable.

–Haré esto rápido– toma aire –. Quieropedirteperdonysabersipodemoshablarsobrenuestroro mpimientoysequetefalleperoquierootraoportunidadyatedejeescaparunavesynovolveraapasar.

–¿¡Qué?!– alargué la "e" porque claramente estaba confundida. –Lo siento, no fui el mejor novio, y claramente lo eché a perder, pero en serio la he pasado muy mal sin ti. Y no quiero que esto sea nuestro final, por favor te pido que me des otra oportunidad.

–No– contesto de inmediato.

–¿No? ¿Ni siquiera lo vas a pensar?

–¿Qué debería pensar Scott? Que el chico que me engañó ha cambiado, pero cambió en estas pocas horas porque según recuerdo me diste la bienvenida con una chica en la fiesta– él se rasca la nuca nervioso –. Scott, por favor, no me creas estúpida cómo para pensar que te iba a perdonar al primer segundo que dijeras algo.

–Maddie, por favor, tienes que creerme, quiero ser mejor para ti, y ahora estaremos juntos casi todo el tiempo, a diferencia de antes...

–Así que, ¿a eso le echas la culpa? ¿Qué no estábamos juntos todo el tiempo?– río con molestia.

–Maddie, no me voy a rendir, te quiero de vuelta– se acerca y desdobla mis brazos para tomar mis manos.

–Yo no– me zafo de él y doy un paso para atrás –. No te quiero de regreso en mi vida, me hiciste daño y tu perdón después de meses no sirven de nada, así que ahorra saliva y lárgate de aquí. Estoy segura que estaba tan roja que mi cabello combinaba con mi rostro. Él sin decir nada asiente con la cabeza y camina hasta la puerta, se queda de espaldas por unos segundos, estaba a punto de estamparlo contra la puerta pero en eso habla: –Te recuperaré.

Sale y cierra la puerta. ¡Agh! Tomo mi almohada y ahogo un grito en ella, me quito y veo manchas negras, es mi rímel, estoy llorando, ay no puede ser.

Me prometí que nunca lloraría más por él o por lo que había pasado, estoy muy enojada, ¿Cómo se atreve a venir a decirme eso? Nunca llamó cuando se mudó aquí. ¿Qué cambió? –¿Maddie?– Veo a Dylan entrar y cerrar la puerta detrás de él, ve que lloré, bueno técnicamente sigo llorando –. Ow, ven aquí– se acerca con los brazos abiertos listos para un abrazo.

–De seguro me veo horrenda– comento separándome un poco de él.

–Aunque no me guste que llores, aún así te ves hermosa– dijo dándome un beso en la frente –. Recuerda que él no vale tus lágrimas, nadie lo vale, eres una gran chica, hermosa, inteligente, simpática, y la lista sigue. El punto es que no debes dejar que de nuevo te afecte, sé que no es fácil ya que sé que dolió mucho, pero yo siempre estaré para ti.

–Muchas gracias, Dylan, en serio que estoy agradecida con Dios por tu vida, has sido lo mejor que me ha pasado– él sonríe con ternura y me abraza de nuevo.

–Te quiero mucho princesa.

–Yo más.

*

–Oye, y el último chico, ¿es lindo?– me pregunta Emma, mi mejor amiga desde que tengo memoria.

–Mmm se podría decir, pero su personalidad no ayuda mucho, se la pasa molesto todo el tiempo, y cree que no les haré nada. –Vaya que se sorprenderá– ríe –. Pero lástima, es el único con el que podrías andar.

–Emma, no me mudé para ligarme con los que vivo–ruedo los ojos aunque no me pueda ver.

–Lo sé– resopla –, es algo que yo haría.

–Exacto, que por cierto te extraño demasiado, he pasado unas horas aquí y ya no aguanto, y eso que viví toda mi vida con dos hombres.

–Aw, yo también te extraño Maddie, pero no te preocupes, será mejor de lo que te imaginas, en unos días te sentirás mejor. –Tienes razón, gracias Em. Pero no te desharás tan fácil de mí. –No me digas eso– ríe y yo igual.

–¿Maddie?– Nate asoma su cara con la puerta entreabierta, volteo a verlo.

–¿Ese es el nuevo chico?– Emma se hace presente.

–Espera– le digo a Emma dejando mi celular en la cama para levantarme.

–¿Qué pasa?

–Quería saber si me acompañarías por la cena, compraremos pizza, y no tiene servicio a domicilio, así que pensé que tal vez quisieras acompañarme.

–Oh, suena bien, te veo en la entrada en cinco minutos. –Perfecto– me sonríe y se va cerrando la puerta. Regreso a la cama y tomo mi celular.

–Me tengo que ir Emma.

–¿Ese es el chico?– Musito un "mhm" ante su pregunta –. Pues no suena para nada molesto, suena a que está guapo.

–¿Cómo podrías saber eso?

–Tengo un sexto sentido– comenta y yo río –. Es más, podría decir que le gustas.

–Sí claro, le gusta la chica pelirroja que prepara bromas.

–Eres única chica, recuerda ponerte perfume, háblame cuando puedas, te quiero.

–No me digas qué hacer, y yo también te quiero.

Colgamos y tomo algo de dinero de mi cartera y dudo por un segundo, pero me pongo poco perfume, no es que no me guste oler bonito, es que basta con poco para que se mantenga por unas horas.

Salgo y veo a Nate en la entrada, se espera a que pase primero; como todo un caballero abre la puerta, y al llegar al auto hace lo mismo.

–Si nuestra habitación huele así de bien, haber casi quemado tu escuela fue la mejor decisión que pudiste haber hecho– me sonríe de lado y dicho esto arranca. ¿Emma tendrá razón?

¿Le gustaré?

Viviendo con Ellos (Parte Uno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora