Capítulo 2 Falta de ataraxia

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Quedé despejada en un profundo sueño en el cómodo sofá de la sala tras haber terminado algunas de mis tareas. Minutos después me desperté agitada tras el portazo que había soltado mi madre al entrar. Fue sorprendente el hecho ya que mi madre, Michelle Morgan, era una mujer muy cuerda y estable, la cual sabia manejarse en situaciones de tención. Esta reacción creó en mi una gran curiosidad ya que esto no solía suceder antes, o al menos no que yo recuerde o haya visto. Cuando ésta ya estaba en la cocina traté de acercarme para averiguar cuál era el motivo de su enfado. Mi intención era preguntarle acerca de su reacción pero al estar más cerca noté que estaba atendiendo una llamada telefónica, se que no está bien escuchar detrás de las paredes, pero esta vez no tenía de otra...tras un momento de silencio se escuchó su voz diciendo:

-Lo he visto allá. Lo he visto donde aquella. -dijo solloza.

Silencio...

-Había escuchado los rumores pero nunca pensé que fuese cierto -pude dar una ojeada hasta donde ella estaba y vi que de sus ojos brotaban lágrimas y era de esperarse porque según lo que escucho se trata de una traición, más bien una infidelidad.

No pude aguantar lo que escuchaban mis oídos y me escurrí silenciosamente por el pasillo hasta llegar a mi habitación. No tenía ni una sola lágrima en mi cara lo cual daba a relucir todo lo contrario ya que dentro de mi sentía como si se quemara algo, como si hubiera un incendio de dolor dentro de mi, aún no podía creer que mi padre, Júnior Cadenas, le haya hecho esto a mi madre, o más bien nos haya hecho esto a toda la familia.

Cuando me sentí un poco más calmada decidí bajar por algo de agua. Para mí mala suerte ella se encontraba ahí, aún rota, sintiéndose desdichada y vacía. Trate de consolarla pero en el momento en el que sintió mi presencia en la cocina seco sus lágrima y disimuló el hecho de estar llorando. No supe que hacer así que decidí seguir su juego.

-Hola hija, me alegra verte. -dijo con una sonrisa forzada.

-A mi también Mamá, como estás? -dije intentado que me contase algo.

-Estoy bien hija sólo que he tenido un largo y pesado día, el cual nunca olvidaré ya que... -Corta la frase
y hace un gesto que me hizo entender que ella no quería que me enterara de lo que pasaba.

-Deberías ir a descansar. -dije con un tono suave y tranquilizador.

Al parecer atendió mi sugerencia y se fue a su recámara o quizás sólo no quería que la siguiera viendo del modo en el que estaba. Me preocupa dejarla sola, pero ella debe desahogarse.

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Al siguiente día, tomé mi mochila con algunos utensilios y mi cámara fotográfica. Cuando me siento agobiada suelo desahogarme con la fotografía, es una de mis pasiones así que suele tranquilizarme.

Pensé en llamar a Yusy, pero creí que era mejor estar sola, además sabía que si la llamaba le contaría todo lo que ha pasado y creo que es algo familiar y personal. Así que salí a aventurarme hacia paisajes exóticos y novedosos que capturar, estaba cansada de ir al mismo parque y capturar las mismas tomas. Tomé rumbo hacía las Colinas Enrroscadas, ya me habían comentado acerca de ese lugar y creí que era la mejor opción para el día de hoy, sabía que allá no me encontraría con nadie conocido.

Estando allá, fotos iban y fotos venían, de pronto cruzó una madre con su bebé por delante, la vi tan ilusionada con la criatura que no pude evitar fotografiarla, y definitivamente esa ha sido la mejor foto del día completo. Luego de varias fotos más, tomé asiento en un banco que había en el lado lateral e inconscientemente empecé a recordar lo que había pasado la noche anterior pero algo me saco de mis pensamientos, por un momento creí haber visto a ese tal...uuummm no logré recordar su nombre, eso se debe a que soy olvidadisa, pero fue a ese chico del otro día, podría estar casi segura de que ha sido él, pero su reflejo desapareció entre las demás personas así que me dediqué a ver todas las fotos que había tomado, muchas del hermoso paisaje en el que me encontraba, otras de personas que me parecieron interesantes...como a la décima foto todas mis dudas quedaron confirmadas ya que detrás de la madre con el bebé se encontraba él, sí era él, el chico del cabello carbonizado. Nunca pensé que podría toparme con él en este sitio pero a veces la vida sorprende. De pronto sentí a alguien a mi lado que me dijo: muy bonita foto!

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