Capítulo 6 Tiempo

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Me tiré al piso, donde estaba mi madre, tomé de su brazo y empecé a abrazarla. Tras salir del shock pude notar que no había sangre derramada como esperaba. Me levanté para ver desde arriba que no estaba equivocada, busque alrededor de todo su cuerpo y para mi suerte ésta no tenía ninguna herida, al parecer sólo se había desmayado por el impacto y el susto. Mis ojos se llenaron de alegría y se dibujó una sonrisa en mi rostro. Empecé a moverla para ver si la despertaba pero ésta no reaccionaba ante mis deseos de intentar reanimarla. Empecé a desesperarme pero justo cuando comenzaba a pensar que las cosas volvían a estar mal de alguna manera llegó la ambulancia. Los paramédicos hicieron entrada, tomando a mi madre y montandola sobre la camilla.

-Qué es lo que tiene? Cree que estará bien? -Pregunté agobiada.

Nadie me respondía, cosa que me preocupaba aún más. Salieron con ella en la camilla hasta adentrarla en la ambulancia, no me quería separar de Mamá así que entré juntamente con ellos en la parte trasera.

Llegamos al hospital, aún no me separaba de ella, agarraba su mano que se sentía un poco fría, y sentía como a su paso me enfríaba el alma. Tan sólo pensar que en esta ocasión mi madre podría morir me causaba taquicardia. Sólo pude llegar con ella hasta la puerta de cuidados intensivos ya que no me permitieron seguir luego de ahí. Tomé asiento en un banco que me quedaba cerca y sentí las lágrimas correr por mi mejilla. Sentí la necesidad de llamar a Papá, lo hice, le comenté la situación y al final de unos 20 minutos ya se encontraba en el hospital, al verme no dudó en abrazarme, me vio destrozada y sentí como él se desplomó ante tal situación, se que habían estado pasando problemas entre mis padres, pero ese lado humano de cada quien hacia que se sintiera como yo, o quizás era la culpa la que lo hacía sentir de tal modo.

Más tarde se nos acercó un doctor que al parecer venía a hablarnos acerca de nuestra madre y por la cara que traía no eran ni muy buenas ni muy malas noticias.

-Hola, son los familiares de la Sra. Morgan? -dijo mirándonos atentamente.

-Si, yo soy su esposo y ella es su hija, que tiene para decirnos? -dijo preocupado.

-Su esposa ha tenido un preinfarto -dijo dirigiéndose a mi Padre -Debo decir que si hubieran llamado más tarde quizás no hubiera resistido. -Al escuchar eso mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente, traté de ser fuerte pero no pude, esto había llegado muy lejos, imagino lo doloroso que tuvo que ser para Mamá. Lo que me consuela es que hasta ahora puede respirar y no se nos ha ido.

-Al menos esta viva, podemos pasar a verla? -Pregunte cabizbaja

-Hasta ahora no ya que se encuentra en cuidados intensivos. Les vendré a avisar dentro de aproximadamente una hora, la están terminando de estabilizar y la trasladarán a otra habitación donde sí podrá recibir visitas. -dijo intentando animarnos.

-Esta bien, gracias por la informaciones.

Nos volvimos a sentar, quedamos en silencio, al parecer la consciencia de Papá estaba activada dentro si haciendo que no pudiera salir ni una sola palabra por su boca, por otro lado, yo no encontraba la calma, estaba de aquí para allá, caminando de un lado otro. La espera se me hacía una eternidad y mil pensamientos pasaban por mi mente, quería estar cerca de ella y consolarla ya que ella no me había dejado hacerlo en todo este tiempo. Al término de una hora y media el Doctor que nos atendió anteriormente regresó para avisarnos que podíamos dirigirnos hacia donde se encontraba Mamá. Gentilmente nos acompañó hasta aquella habitación y antes de entrar a ella nos pidió que no la hiciéramos hablar. Mamá estaba toda conectada de aparatos y le habían puesto suero. Me acerqué a ella y me recosté de su brazo, traté de hablarle pero recordé lo que nos había pedido el Doctor, sólo me quedé acariciando su pelo rubio y lacio que lucía tan hermoso como siempre, aunque al fijarme en sus ojos no podía decir lo mismo de ellos, estos se veían cansados y agotados, al parecer llevaba días y noches en velas sacando lo que llevaba dentro, sin ningún consuelo, ni siquiera a mi me daba cabida para consolarla, estaba reduciéndose poco a poco en su interior hasta que explotó, si tan solo supiera cuál es la razón para que una mujer tan cuerda cayera a un grado tan grande de desesperación. Mi papá sólo se encontraba inmóvil sentando en el sofá amarillo que estaba del otro lado de la camilla, nunca lo había visto tan frío, parecía que todo mi mundo había cambiado de la noche a la mañana.

Solo nos permitieron una hora para estar con ella, cuando se acabó el tiempo pasó el mismo Doctor a avisarnos que ya debíamos salir, de paso aprovechó para darnos el estado de salud de Mamá.

-Debo decirles que la paciente hasta ahora se encuentra estable, su infarto fue leve y actuamos a tiempo así que la infartada podría seguir con su vida normal, pero por ahora la mantendremos aquí durante dos semanas para monitorear su progreso. -Ante eso pude sentir un ligero alivio.

-Me parece perfecto, estaremos viniendo a visitarla.

El doctor nos informó acerca de las horas de visitas y demás. Regresamos a casa donde había pasado aquel suceso, al estar en ella podía volver a sentir todas esas emociones, pero traté de tranquilizarme así que subí hasta mi habitación para luego darme un baño. Cuando entré vi mi celular sobre la cama, lo tomé para revisarlo y habían algunos mensajes, unos de mis amigas Winibel y Oscarina, y otros de compañeros de la Universidad, el último que pude notar fue el de Neizan, estaba hasta al fondo, al parecer ya hacía tiempo que me lo había mandado. Decía:

"Espero encontrarte en el lugar de encuentro que planificamos, estoy ansioso por verte, quiero volver a mirar tu cara de ángel, y sentir que vuelo con tus alas"

No puedo negar que ese mensaje me sacó una sonrisa y al menos me sirvió de levanta ánimos para el día que había tenido. No quise responderle para mantenerlo en la intriga.

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