Capítulo 16 Preguntas

20 4 0
                                    

Al llegar al hotel nuevamente, nos dirigimos directamente a la habitación, estábamos cansados y necesitábamos descansar.

-Qué crees que estas haciendo? -Pregunta mientras levanta una ceja estando recostado de la puerta y con los brazos entrecruzados.

-Creo que me estoy acostando para descansar, es algo obvio. -Respondo sarcástica.

-Pensé que teníamos algo pendiente. -Dice con mirada pícara.

-A ver, necesito que me refresques la memoria. -Digo sentándome en la esquina de la cama.

Neizan caminaba hacia mí sin despegar su mirada de la mía y con cada paso mi corazón se aceleraba. Estando a una sola brecha de distancia tomó mis manos y las colocó sobre su pecho cálido; seguía bajando mis manos en un recorrido tentativo por su abdomen definido. Sus manos sostenían las mías guiándome a conocer su torso y justo encima de su correa se detuvo haciendo que mi corazón se detuviera por un instante cómo si hubiese tenido un estornudo.

-Traviesa por qué tienes esa cara?

-Que cara? -Me hago la desentendida.

-Sabes por qué te hice esto?

-Me lo puedo imaginar pero quisiera que me aclararas tú la idea. -Suelta mis manos y coloca su boca cerca de mi oído.

-Quiero... -Susurra. -Quiero que me cumplas lo que me has prometido.

-Vale, pero aún no me has recordado que es lo que te he prometido.

-Te ayudare a recordar. -Se despega y camina hasta la mesita de noche, abre la gaveta y dura un rato buscando como si quisiera crear un ambiente misterioso y curioso; y vale que lo está creando. Encuentra lo que estaba buscando y lo esconde tras su espalda.

-Que tienes ahí detrás?

-Es un objeto que te ayudará a cumplir tu promesa.

-A ver, dame una pista.

-Su nombre comienza con la letra C.

-Carta?

-No.

-Cacerola?

-No! Qué te haría pensar que es una cacerola? -Pregunta sarcástico.

-Bueno esa es la pista que me has dado, sólo una letra! -Respondo riendo.

-Inténtalo otra vez, es un objeto que retiene o guarda cosas.

-Qué tipo de "cosas"? -Pregunto haciendo las comillas con mis dedos.

-Cosas. Ok, vamos a hacerlo así. Tu me dirás la textura que podría tener el objeto y yo te digo si estás en lo correcto o no, así sabrás más rápido de que se trata.

-Bien. Es grande?

-No.

-Es largo?

-No

-Es mediano?

-Creo que si.

-Es transparente? Es blando? Es húmedo? Es elástico?

-Creo que ya estás de mal pensada. -Me mira picaramente. -Ya te mostraré lo que es. Cierra lo ojos.

-Bien. -Pone el objeto sobre mis manos.

-Ya puedes abrirlos.

-Te voy a matar! Todo este tiempo estuviste hablando de mi cámara?

-Si mal pensada, y te estabas yendo por otro lado.

-Ese era tu objetivo! No mientas!

-Tal vez. Pero lo que se es que quiero que cumplas tu promesa. Quiero mis fotos.

-Aquí mismo?

-Claro! Qué mejor lugar que una  habitación en un hotel junto a un ángel en Brasil?

-Bien. Recuestate sobre la cama y posa para mi.

-Con gusto.

Debo admitir que nunca había fotografiado a un hombre estando sin camisa. Ok nunca había fotografiado a un hombre estando a solas.

Neizan posaba tal cual un profesional, su mirada era fuerte y atrayente, su cuello se alargaba de manera natural, su cuerpo se deslizaba sobre la cama con total singularidad.

Cada toma era perfecta, hasta pensé en preguntarle si antes se dedicaba al modelaje, no me sorprendería, él tenía las aptitudes para serlo.

Era una sensación sin igual el estar fotografiando a Neizan, era como si en cada foto él dejará una parte de él, como si su esencia se derramara para mi.

Después de 60 minutos de una que otras fotos concluimos.

-Ven a ver las obras de arte que has introducido en mi cámara. No conocía esa faceta tuya!

-No me des todo el crédito a mi. Aquí la artista eres tú. -Dice tocando mi cintura.

-No seas tan modesto.

Nos sentamos a revisar cada una de las fotos y como había dicho antes, realmente todas eran perfectas, tanto así que no dudamos en salir a revelarlas de inmediato.

*******

Michelle

Desde que Ángela se fue es cierto que Yusy ha permanecido a mi lado y me ha estado cuidando, pero por otro lado Júnior, mi esposo, sólo me ha dado una migaja de sus días. He tratado de sentarme a hablar con él con respecto a la situación que estamos viviendo pero lo único que ha hecho es evitarme.

La noche anterior salió faltando sólo media hora para la media noche, le pregunté hacía donde se dirigía pero como era de esperarse me ignoró.

A la mañana siguiente Yusy fue a comprar algunos alimentos, así que me encontraba sola en casa, hasta que Júnior llegó como a la mitad de la mañana.

-Se puede saber dónde te encontrabas? -Digo tratando de no hacer mucho esfuerzo.

-Se puede saber por qué me pides explicaciones? -Responde furioso.

-Quizás por qué soy tu esposa.

-Eso no te da derecho a cuestionar todo lo que hago. Pero si tanto quieres saber, estaba con unos viejos amigos.

-Aaahh viejos amigos, a eso se debe ese hedor a alcohol.

-Si, nos tomamos unas cuantas copas, algún problema?

-Y esas copas te llevaron a que alguien te desabrochara la correa y por estar borracho nisiquiera te acordaste de arreglarte para presentarte frente  a tu tonta esposa, cierto?

-No te metas en mis asuntos! -Tras concluir esa frase levantó su mano dejando una bofetada en mi rostro, tan fuerte que me hizo caer al suelo a ahogarme en un mar de llantos. Nunca había pasado esto, si habían habido unas cuantas discusiones hasta en altos tonos pero nunca me había levantado la mano para pegarme. Esto estaba tomando otro giro, otro nivel, estaba saliéndose de control, está conociendo una nueva faceta del dolor.

Yusy hizo entrada.

-Michelle que te ha pasado?

-No es nada, sólo es que me sentí nostálgica y terminé derrotada en el suelo.

-Lo de las lágrimas lo entiendo, pero tienes un lado de la cara todo rojizo!

-Me lo cause al caerme de golpe al piso, no medi las consecuencias. -Trato de mentirle.

-Pues debes tener más cuidado. La próxima vez vete a llorar a tu habitación, así te tiras en la cama y no te partes la cara. -Dice sarcástica.

Al menos logré que me creyera, no quería que se enterara de lo que había sucedido y estaba sucediendo dentro de estas cuatro paredes, aunque no iba a ser tan fácil lograrlo, ya que era algo obvio, ella se mantendría conmigo durante todos estos días así que sentiría la tensión que se desarrollaba en aquellos encuentros.

Detrás de MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora