Capítulo 17 Rosas

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Realmente aquella vez de confusión con lo que me pedía Neizan me hizo sentir un poco incómoda; sentí que me insinuaba dar el siguiente paso, pero la verdad es que no estoy de acuerdo con eso. Desde pequeña mis padres me inculcaron la idea de llegar virgen al matrimonio y hasta hoy he seguido sus consejos. Puede ser que al casarme sea toda una promiscua, pero por ahora llamenme virgencita.

-Necesito que vengas a ver esto Ángela! -Exclama Neizan.

-Espera un momento. -Respondo buscando algo en mi bolso.

-No quiero esperar. -Concluye tras tomarme en un suave jalón de brazo hasta adentrarme a la habitación. Se nota ansioso.

-Debe ser algo muy importante para que estemos corriendo. -Digo sarcástica.

-Lo es.

Neizan toma del manubrio y abre la puerta. Había visto fotos en Facebook y otras redes sociales como Instagram lo que me había preparado, ósea no era algo tan original que digamos, pero al ser para mi todo se volvía especial. Era un tipo de sorpresa romántica que hacen las pareja mayormente los 14 de febrero, ya que la mayoría no son muy detallistas en el resto del año, pero por suerte a mi me tocó un galanaso que se esmera en hacerme felíz. Si, pueden envidiarme.

Sólo a la luz de las velas se escuchaba el sonido de las luciérnagas. Velas aromáticas endulzaban el ambiente, pétalos de rosas rojas decoraban las sábanas blanquecinas, botellas de vino recorrían la mesita.

-Puedes relajarte, tomar asiento, acostarte, ser tu, ser mía quizás, sólo son opciones. -Dice un tanto nervioso, lo que me hizo reír.

-Tomaré la segunda, gracias.

-Bien. -Dice y se queda paralizado bobamente como si estuviera observando algún tipo de chocolate, el cual estuviera loco por comerse.

-Y?, Sólo te quedarás ahí mirándome?

-Perdón, perdón, me perdí en tus ojos. Tenía la llave pero no el cerrojo.

»Ven, esto no es todo lo que tengo que mostrarte.

Toma de mi mano y me lleva a la parte derecha de la habitación la cual estaba cubierta por una cortina roja que cubría lo que estaba detrás de la misma. Justo antes de traspasar aquella cortina pone una benda en mis ojos y se coloca tras mi espalda. Siento su respiración, lo cual hace que mis pelos se erizen de a poco. Siento sus labios dejando suaves besos en mi cuello haciendo mi pulso acelerar. Siento sus manos en mi cintura haciendo mi corazón agitar.

Se aleja modernamente y me impulsa a dar pasos hacia delante. Quita la benda y me pide que aún no habrá lo ojos. Empieza a sonar una melodía que estimula mis oídos y me eleva hacia una esfera de tranquilidad. Oigo sonar letras de amor conjugadas en nota musicales que desvanecen cualquier dolor. Entre tarareos escucho: "Abre tus ojos". Veo a Neizan cantar mientras toca un piano de cola negro. Todo este tiempo pensé que había puesto a sonar una radio o lo que sea que expulse sonido, pero era todo lo contrario, estaba cantando para mi. Fue una sensación muy especial, sentí hasta ganas de llorar, mis ojos se cristalizaban y las gotitas querían salir y ser derramadas, llorar de felicidad, llorar de alegría y paz. Mientras cantaba una sonrisa  no se borraba de su rostro, lo hacía con tanta pasión que enamoraba verlo. Era un privilegio escuchar a Neizan cantar una canción para mi, mi corazón saltaba de alegría.

-Esta canción la escribí para ti! Espero que te haya gustado! -Dice aún con las manos puestas en las teclas del piano.

-Yo...Aamm, -Sale una lágrima. -Aamm no se que decir.

-Sólo di que me quieres.

-Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero una y mil veces lo repito, te quiero. -Me arrojó hacía el, sentándome sobre sus piernas brindandole un apasionado beso en respuesta de lo que acababa de pasar.

Neizan me levanta y mis piernas abrazan su cintura mientras mis labios siguen acariciando los suyos. En menos de segundos mi espalda se encontraba sobre las suaves telas blancas decoradas de rosas. Mi blusa desapareció en instantes. Su mano jugaba en un zigzag sobre mi abdomen y descansaba sobre uno de mis senos cubrido por un poco de tela y algodón. Sentía mis latidos acelerarse cada segundo, una sensación extraña recorría mi cuerpo, un cosquilleo de pies a cabeza sacudida mi sensibilidad. Caricias y roses se esparcian y la excitación crecía. Sangre apresurada corría por mis venas haciéndolas notar. Mieles de placer se derrochan hasta que de momento volví en sí.

-Para.

-Qué?, qué pasa?, hice algo mal? Te lastime? -Dice posicionandose sobre su brazo izquierdo dejando todo el peso sobre el.

-No, no es eso, sólo es que...-Salgo de debajo de él y tomó una mejor posición sentada en la cama.

-Puedes hablar mi ángel. -Dice en tono suave.

No se que decirle así que salí corriendo de la habitación hasta que llegue a la piscina, quite mis sandalias y me senté a la orilla dejando mis pies mojarse. Quedé pensando, el agua relaja mis tensiones y me ayuda a pensar, de hecho, la única manera que tengo para desestresarme es nadar, es como si volara, me siento libre al hacerlo.

Quizás sólo no encontré las palabras para explicarle mi punto de vista con respecto a lo que sucedería en aquella habitación si me hubiese quedado unos minutos más.

No pasaron ni cinco minutos cuando voltee a ver y Neizan ya había bajado a buscar una explicación aunque con cara de pena.

-Puedes abrirte conmigo. -Dice al sentarse a mi lado y toma de mi mano.

-Esta bien. -Digo en un suspiro. -La razón por la cual salí avispada es... es que soy...soy virgen.

-Entiendo. -Dice soltando mi mano y bajando el semblante. -Crees que no soy el indicado!

-No es eso, es sólo que...no se si me entiendas pero...ese paso sólo estoy dispuesta a darlo luego del matrimonio. Si, se que pensaras que soy anticuada, pero eso es lo que me han enseñado desde niña y es parte de los valores que llevó conmigo. No debo fornicar.

Tras concluir de decir las palabras anteriores me abraza fuertemente como si estuviera orgulloso de lo que acababa de decir. Gira mi rostro hacia él y me da un tierno beso en la frente.

-Por cosas como estas es que me encanta estar a tu lado.

-En serio?, esperaba una respuesta negativa. -Digo frunciendo el ceño.

-Como habría de hacerlo?, es tu manera de pensar y me gusta que elijas y decidas lo que quieres hacer, que te impongas y demuestres quien eres en realidad...aunque tampoco es para que tomes el mando. -Dice sarcástico y suelta una risa.

-Siempre terminas siendo un payaso! -Exclamó riendo.

-Y siempre terminamos riendo!

-Eso es cierto. -Digo dejando un suave beso en sus labios.

-Qué tal si subimos a la habitación?, ya es un poco tarde. -Dice poniéndose de pie y alargando su mano para que la tome. Lo miro de manera extraña. -Tranquila, es sólo a dormir. -Dice riendo.

-Si es así, acepto. Por cierto desafinaste en medio de una estrofa cuando cantabas. -Lo miro con cara de burla recostada de su hombro mientras caminamos.

-Te estás burlando? -Dice levantando una ceja.

-En realidad si. -Digo riendo. -Naah es mentira, lo hiciste perfecto, fue lo que  más me gustó de toda la noche.

-Gracias, es parte de mi.

-Modestia donde estás?, Te necesitamos aquí! -Vocifero sarcasticamente.

-Sshhh vas a hacer un escándalo! -Susurra.

-Ok. Calmaré mi loca interior.

-Sólo la interior? -Levanta una ceja.

-Ok las dos!

Subimos hasta la habitación, tomé mi teléfono celular y vi que habían tres llamadas perdidas del número de Mamá. Traté de comunicarme con ella pero me dirigía al correo de voz. Me acosté preocupada por no saber que estaba pasando en mi casa.

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