Capítulo 8 Arrebol

23 7 2
                                    

Justo cuando sus labios casi rosaban con los míos y uno de sus risos caía sobre mi frente, me separé escurridiza de su agarre, sentía que no era el momento debido, aunque ganas no me faltaban por besar aquellos labios carnosos y llenos de vida, decidí aún no dar ese paso, así que salí del jardín, buscando la manera de irme sin tener que darle explicaciones, pero el lugar era un poco retirado así que no hubo escapatoria.

-Ángela perdón si te moleste con lo que hice, sólo...sólo me deje llevar, perdón por eso! -dijo cabizbajo.

-No...No te sientas mal, es sólo que he tenido unos cuantos problemas y eso no me dejo fluir! -dije tratando de levantar su ánimo.

-De todas formas te pido perdón, no debí apresurarme, -replicó. -ven no te dejaré ir sola, no sabrías como regresar o al menos se te haría difícil -dijo abriendo la puerta del copiloto para que yo hiciera entrada, sin más que decir sólo asentí con la cabeza y me adentré en su auto.

Se que había arruinado la noche, durante todo el camino veía su cara de preocupado y avergonzado, no quería que se sintiera mal, sólo que no me sentía dispuesta a hacer lo que se avecinaba en ese momento.

Al fin llegamos a casa y no hubo ni una palabra de despedida ya que el momento estaba tenso, sólo tomó de mi mano y prosiguió a dejar un suave beso en mi mejilla, luego de esto salí de su auto y caminé hasta mi casa. Como toda una chica en proceso de enamorarse, quedé pegada tras la puerta, suspirando y recordando todo lo que había sucedido en aquella cita, mi primera cita legal, aunque no haya llegado a concretarse, había sido maravilloso. No había pasado ni un minuto cuando recibí un mensaje de parte de Neizan.

"Quizás hoy sea el día que te tocará conocer a esa hermosa flor que descubrí, sólo tienes que pararte frente al espejo"

Ese mensaje me motivo a salir por él nuevamente, me impulsó a terminar lo que había dejado inconcluso, moví mi cabellera tratando de lucir aún mejor de lo que ya estaba y abrí la puerta emocionada, pero para mi sorpresa ya había arrancado, lo vi a lo lejos, así que no me quedo más que volver a mi habitación y dejar volar mi imaginación.

*********

Era una mañana de viernes cuando fui a visitar a mi madre al hospital, se veía un poco pálida, pero no tanto como ayer, cuando entré estaba dormida, así que no me molesté en despertarla, preferí dejarla descansar, no quería que se alterará nueva vez, al menos no en mi presencia. Duré aproximadamente una hora pasando mi mano por su cabello, acariciando su cara, mirándola dormir, aún en la situación que estaba se veía bella, nunca me había detenido tanto tiempo a admirar la belleza de mi madre, sí estaba consciente de que lo era, pero nunca me había percatado de observarla como lo hacía, pobre de mi Papá no sabe de lo que se pierde.

Decidí regresar a mi casa ya que mi madre seguía durmiendo, al llegar vi un auto estacionado en frente, después de quedarme observando varios segundos noté que era el de Neizan, me acerqué y ahí estaba él, dentro del auto.

-Hola, a qué se debe tu visita? -dije sonriendo tímidamente.

-Aaammm...la verdad es que creí que habías quedado con una mala imagen de mi por lo de anoche, así que vine a conversar contigo acerca de eso. -dijo cabizbajo.

-Ya tranquilo tontito, ya olvidalo! -dije riendo.

-Bueno si es cierto que me has excusado, déjame recompensarte! -dijo con una sonrisa intrigante y llena de ternura.

-Pues...eso depende de cómo me recompensarás!

-Ven, subete!

Me deje llevar por la situación y correspondí a su petición. Nos dirigimos hacía un pequeño pueblo que quedaba cerca, al llegar allá, subimos una montaña, travesía que nos llevó más de una hora!....Íbamos riendo como tontos en el camino y hablando acerca de lo que nos gustaba, entre otras cosas.

Finalmente llegamos a la cima y descansamos, nos sentamos en un espacio lleno de flores regadas en el suelo a causa de que habían caído de el árbol que le quedaba al lado.

-Que bueno es descansar! -exclamó cayendo al suelo

-Bueno si estás cansado lamento decirte que fuiste tu él de la idea! -dije riendo.

-Debo admitir que si, pero no me arrepiento, todo para estar a tu lado. -dijo mirándome a los ojos.

-Neizan!!!! -exclamé al ver la hora en mi reloj, ya iba casi a oscurecer, ni siquiera me había percatado de que era tan tarde -Ya va a anochecer!!

-Y que pasa?, ahora te convertirás en chica lobo o algo así!? -dijo riendo.

-Jaja que linda broma! - dije sarcástica. -Acáso no te preocupa lo que acabo de decir?

-La verdad es que no, para eso vine preparado. -explicó mientras arrastraba su mochila hacía el -Qué crees que hay aquí? -Preguntó mientras sacaba unas sabanas, alimentos y otros utensilios más.

-Wooo realmente me tienes sorprendida, creía que sólo llevabas agua y quizás frutas, pero no todo eso!

-Ven acá, -dijo llevando mi cabeza hasta su hombro. -deja que te recompense y disfruta conmigo este hermoso arrebol. -asentí con la cabeza.

-No lo había notado, en verdad es una muy buena vista, ya habías estado aquí?

-De hecho si, no se si has notado que disfruto de las bellezas de la naturaleza...por eso estoy aquí contigo, me gusta, al igual que tú! -exclamó con una sonrisa que creo que podría cubrir su cara entera, era muy amplia, había sinceridad en sus palabras.

-Neizan...

-Shhh... -dijo poniendo su dedo en mis labios. -no tienes que decirme nada aún.

En silencio miramos como anochecía y luego sólo quedaba la media Luna y las estrellas alumbrado nuestros ojos. Neizan tendió las sábanas y nos acostamos en el suelo, sentí un poco de frío, pero este se desvaneció cuando Neizan me pegó hasta su cuerpo y me regaló un fuerte abrazo que luego se fue volviendo delicado y suave. Nos quedamos mirando y contando las estrellas como dos niños de cinco años, la ternura de esa escena se podía oler a kilómetros de distancia.

-Neizan... -dije levantando el torso y apoyandome en mi brazo. -Ammm...

-Puedes decirme lo que sea querido ángel! -Mientras terminaba esa frase me fui acercando a él, sentí la necesidad de hacerlo, apoye mi mano libre en su pecho y susurré en sus oídos.

-Quisiera...quisiera que me besaras! -Tras esto se agrandaron sus ojos y no demoró en acostarme nuevamente, tomando él mi posición anterior. Tomó de mi mejilla y lentamente se iba acercando hacía mi rostro, nuestras miradas estaban unidas y mientras más se acercaba más se aceleraban mis pulsaciones. Justo cuando estaba tan cerca que podía sentir su respiración cerré mis ojos, quería disfrutar de cada segundo que esto durará, quería olvidarme de todo lo demás y sólo sentir el cariño que se me daba, fue ahí cuando sentí sus dulces labios contra los míos, los cuales jugaban en un sube y baja de amor, próximos a enredar los cables de electricidad que impulsaban nuestros latidos. Mientras me besaba tomé de su cabello haciendo así más duradero el beso, su lengua se deslizaba dentro de mi boca como un pececillo en el agua, la velocidad aumentaba y disminuía constantemente como los cambios de un carro. De pronto se terminó aquel emocionante e inolvidable beso, aquel que nunca se compararía con ningún otro, al despegar nuestros rostros, quedamos perdidos en nuestras miradas, las cuales pedían más, está vez fui yo la que inicie el juego nuevamente, tomandolo del cuello y retomando todo lo que había sucedido segundos atrás.

Detrás de MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora