Capítulo 1 Nefelibata

70 8 0
                                    

Todo parecía de un sueño, pintado de colores y con un toque de plenitud y armonía. La diferencia entre la realidad y la fantasía soñada al parecer no era muy amplia. Mis metas y propósitos se iban cumpliendo uno tras otro, todo lo que una chica nefelibata podría desear. A nivel académico era una de la mejores, mis relaciones amistosas y familiares iban en buen pie y muy pronto conocería al que llamaría "el amor de mi vida" o mi "primer amor", sin embargo, yo, Ángela Cadenas ni me imaginaba tan siquiera lo que me preparaba el futuro.

Una tarde de sábado como cualquier otra, cielo despejado y clima estable, junto con mi "un poco loca" amiga Yuseiry, a la cual de cariño le decía o le apodaba: Yusy, decidimos salir a dar una vuelta para liberar el estrés de la semana ya transcurrida. Mientras íbamos caminando sin ningún rumbo al cual llegar nos topamos con un chico alto, piel blanca, cabellera negra y rizada por lo cual Yuseiry decidió llamar su atención diciéndole: "Hey rizitos de carbón!", a lo cual quede un poco avergonzada ya que era algo tímida. De pronto este chico reaccionó a la un tanto divertida frase de Yusy de la siguiente manera: "Gracias por tu 'halago'". Sin más preámbulo cada quien siguió su camino.

-De donde te salió esa frase tan ridícula?

-Bueno pues de una clase de Literatura...estábamos tratando el tema de figuras literarias y recuerdo que entre ellas estaba la metáfora, de ésta dieron un ejemplo que era rizitos de oro, por el cabello rubio rizado de una niña, así que decidí poner en práctica mis conocimientos previos con este chico que acaba de pasar...

-Ni más ni menos me ha tocado una amiga por lo visto muy aplicada en la clase.

-Tampoco exageres, lo he hecho porque he visto como lo has mirado cuando venía en frente de nosotras!

-Aaah no inventes, claro que no he hecho tal cosa, de hecho venía platicandote acerca de aquel beso con Anthony.

-Apuesto a que ni siquiera a Anthony has mirado de la manera en que miraste a este chico! Además noté lo tensa que te pusiste!

-No vale la pena discutir contigo, al final siempre tienes la razón, aunque no la tengas sabelotodo!

-Mi consuelo es que se que en esta ocasión si la tuve y te lo demostrare!

-Esta bien chica Cupido!

Tras unas que otras vueltas y caminatas interminables de algún modo y por alguna razón terminamos cruzandonos nuevamente con aquel chico de cabello carbonizado, como le había llamado mi amiga, pero esta vez no venía despistado, ésta vez venía con la intención de socializar con nosotras, al menos eso insinuaba aquella sonrisa que llevaba puesta sumandole a eso su intrigante mirada mientras se dirigía hacia nosotras, por un momento me quedé frisada ante tales ojos color café, los cuales hasta ahora había notado, de pronto sentí un disimulado pero doloroso pellizco de parte de Yusy haciéndome volver a la realidad, al parecer tantos años de amistad no habían sido en vano, ya ella me conocía...

-Hola, como estás rizitos de carbón?

-Estoy bien, y aunque debo aceptar que me causó gracia tu original apodo prefiero que me llames por mi nombre, soy Neizan, un placer conocerlas...sus nombres?

-Yo soy Yuseiry y ella es...

-Yo soy Ángela -Interrumpo respondiendo tímidamente y cabizbaja.

-Pues mucho gusto, hace rato que las veo dando vueltas sin parar, le molestaría que las acompañara?

-No hay problema. -Respondió Yusy sin pensarlo.

Tras veinte minutos más seguimos caminando y conversando todo lo que a tres desconocidos les alcanzaba para hablar, o más bien a dos ya que yo casi ni opinaba, como les había dicho era muy tímida para ese entonces. Al término de una media hora decidimos regresar a casa y éste nos acompañó, no se porque le dejamos si tan solo hasta ahora era un desconocido, pero había algo en él que nos inspiraba confianza. La última parada fue en mi casa y allí el se aventuró a preguntar:

-Será que tendré otra oportunidad de volver a ver a estas bellas damas? -Yo sonrrojada no pude decir tan solo una palabra así que Yusy fue quien contestó.

-Ya veremos, quizás el destino se encargue de juntar a este trio de desconocidos nuevamente!

Mirando hacia atrás se despidió haciendo ademanes y no me quedó más que entrar a casa suspendida en mis pensamientos. Así me la pase hasta que me di cuenta que era inútil seguir pensando en este chico novedoso del cual hasta el momento sólo sabía su nombre. Luego de esto decidí revisar mis tareas que tenía pendientes, volviendo al estrés del cual quería huir a través de aquel paseito de tarde.

Detrás de MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora