Capítulo 4

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Editado: 27/ 04/ 2021

Clases privadas, amiga nueva.

[Escuela Konoha, Himawari]

Por el día de hoy Metal y yo decidimos llegar temprano a la escuela, ahora mismo estamos en el patio de atrás tomando el desayuno bajo la sombra de un árbol, tomando un bocado de su pan me empuja con su hombro.

—Entonces... ¿Te gusta o qué?

—No es que me guste, —niego con vergüenza —él solo es algo llamativo así que me da algo de curiosidad saber un poco sobre él.

—Pero te gustan sus ojos.

—Son lindos, —le doy la razón — ¿A caso no los has visto? Son atrapantes... fugaces y algo feroces...

—Ahora podrás verlos de nuevo... él viene para acá.

Sorprendida viajo hacia el lugar que Metal mira comprobando que no miente, Shikadai viene en esta dirección mientras toma un café y observa los alrededores; sin decir palabra solo llega ante nosotros tomando asiento mientras se quita sus audífonos, su mirada sube primero hacia mí y luego hacia...

—Hola, es un gusto conocerte —tiende su mano —soy Shikadai Nara y tú eres... Metal Lee ¿no?

—Si —toma su mano —buenos días.

Él sonríe —Sabes, mi padre me pidió que te ayudará un poco con matemáticas, dice que sueles perderte mucho en su clase...

—Si... bueno... —Dice apenado —de verdad soy malo con los números, pero... —sujeta mi hombro —Hima me dará clases durante esta semana, solo necesita un poco de tiempo para acostumbrarse al modo de enseñar de tu padre.

—Si, —doy un asentimiento —ahora que ya tengo la forma puedo mostrarle con mas facilidad, además así te estaría quitando la molestia de tener que enseñarle a mi amigo.

—Bueno, —sonríe asintiendo —gracias, lo digo de verdad, así serán un poco menos las personas a las cuales enseñar, —suspirando se inclina hacia atrás —supongo que ahora me voy, —se pone de pie tomando sus cosas —igual si necesitas ayuda en algo no dudes en preguntarme.

—Si, gracias.

—Si, tienes razón —posa su mirada sobre él —tiene unos lindos ojos, hasta parece no ser un bravucón y... —se recarga de mi cuerpo riendo —te gusta.

— ¡No lo hace! —expreso avergonzada.

—Su trasero tampoco esta nada mal, ¿No lo creen?

—Bueno... si, además ese pantalón es muy pega... —vuelvo la mirada a nuestro lado.

Ambos gritamos totalmente sorprendidos por la aparición de Mitsuki a nuestro lado, nuestras miradas se cruzan con incredulidad y entre nuestra sorpresa puedo volver en mí; no me había percatado de que Mitsuki había tomado asiento a nuestro lado, ni siquiera lo mire llegar...

—Lo siento, —ríe sujetando su nuca —no debí llegar sin avisar.

—Casi me da un paro cardiaco —exhalo un suspiro.

Él ríe — ¿tu amigo está bien? Se ha puesto blanco...

Vuelvo la mirada a Metal que se encuentra completamente paralizado, suspirando golpeo su nuca causando que termine desmayado sobre mis piernas; Metal es... un miedoso extremo, con el mínimo sonido por la noche esta que puede morir de terror. Después de acariciar su cabello vuelvo la mirada a Mitsuki.

— ¿A qué hora llegaste?

—Cuando el de buen trasero y ojos encantadores se fue...

— ¡Yo no dije eso!

Un delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora