Capítulo 6

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Editado: 27/ 04/ 2021

Incomodidad, competencia amistosa.

[Escuela Konoha, Himawari]

El miércoles ha llegado y con ello... una nueva oportunidad de verlo; se supone que hoy tenemos educación física a segunda hora, pero al parecer nuestro profesor tiene algo en casa y debe retirarse temprano por hoy así que... ¿Adivinan quienes tendrán clases con los de segundo? Así es... mi grupo. Y claro, no podemos olvidar que a la salida tengo las clases de matemáticas con Shikadai... sinceramente no he pensado sobre la pregunta que quiero hacerle y eso me tiene un poco inquieta; con un suspiro sin ganas veo como todas mis compañeras se cambian por la ropa de deportes mientras yo espero a que el salón de clases se vacíe para poder cambiarme... pero entre mi tristeza puedo ver una amplia sonrisa dirigirse a mí, Yodo avanza con las manos dentro de su sudadera rosa.

—Vamos ya Hima.

—Espérame un momento por favor, siempre me cambio al final —confieso avergonzada.

— ¿Por qué? —toma asiento a mi lado — ¿Por qué haces eso?

Agachando la mirada puedo escuchar como algunas chicas ya hacen comentarios sobre mis pechos... y aunque siempre lo han hecho sigo sintiéndome incomoda con ello... ellas siempre hablan de mis pechos ya que son tan... grandes, no me siento por el tamaño de mis senos, pero es algo molesto e incomodo que sigan hablando de ello. Incomoda subo mi mirada a Yodo quien se levanta posando las manos en su cintura para inclinarse a mí.

— ¡Por dios, solo son una bola de envidiosas! —se gira a ellas — ¿¡Qué!? ¿Les duele no tenerlas tan grandes como las de ella?

De pronto mi cuerpo se congela, con un movimiento rápido Yodo ahora se encuentra detrás de mí sujetando mis pechos y dándome una extraña sensación que se mezcla perfectamente con mi vergüenza, entre susurros trato de apartar sus manos, pero de un momento a otro siento levantar mi blusa dejando mis pechos descubiertos ante la vista de mis compañeras que se juntan incrédulas y molestas en la parte trasera del salón; descubriendo mi rostro las observo llena de vergüenza, pero todas nos quedamos en blanco cuando la puerta corrediza se abre dejando ver a Shikadai... su tranquilidad de pronto le pinta las mejillas igual o más rojas que las mías, sin dudarlo desvía la mirada al suelo mientras cubre sus ojos con su mano.

—El profesor dice que se apresuren...

La puerta se cierra al segundo, todas y sin excepción nos hemos quedado en blanco, a nadie le dio tiempo de reaccionar para nada, pero... creo que sus ojos solo se posaron en mí. Totalmente ida seguí cambiándome, yo no era la única, la mayoría solo caminamos como un cuerpo sin alma... casi nadie había terminado de vestirse aún.

— ¿Qué tanto te apena? —cuestiona tranquila —él no miró casi nada, me sorprende que sea tan caballero como para desviar su mirada al segundo.

—Soy... la única a la que miro en tan vergonzosa escena...

Al llegar mis ojos atrapan rápidamente su silueta que acompaña a sus amigos de siempre... apenas lo encuentro nuestras miradas se cruzan y tan rápido como nos encontramos decidimos evitar la mirada del otro. ¿Por qué justo me tuvo que ver a mí?... ¡Quiero morir! Simplemente debería tragarme la tierra y no dejarme volver a ver sus hermosos ojos verdes.... ¡Y aun peor, mas tarde debo ir con él a la biblioteca! Solo él y yo solos... de verdad necesito desaparecer en este instante.

— ¡Muy bien! —da un silbatazo — ¡Necesito que formen equipos de hombre con mujer ahora mismos chicos, tenemos que hacer algunos estiramientos antes de comenzar con lo mas duro!

Un delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora