Dark Times - Harry Styles.

Capitulo 24. - Marnie y cosquilleos.

– Liva mira, yo..

– ¿Qué? – Hablé impaciente, cuándo sentí que iba a contármelo Cath se asoma con un vaso de agua.

– Voy a tomar todo esto y me voy, pero antes quiero hablar con Olivia –Dice mirando a Harry, él simplemente asiente y me lanza un guiño para salir de su habitación, sonrío como boba para después fijarme en Cath quién me mira con una cara de "te pillé"

– Cath, ya que estás tenemos muchas cosas de que hablar

– Ya sé, papá me llamó y me conto qué fuiste a visitarlo.. –Dijo cabizbaja. – Está noche voy a pasar por tu departamento para hablar

– En serio que lo siento demasiado por escuchar y demás pero la puerta está abierta –Habló Harry entrando nuevamente a la habitación. – Sólo quería avisarte que está noche voy a salir con Olivia

– ¿Qué? – Le miro incrédula – No, no me lo has dicho

– Ahora lo hago, cariño

– Cariño – Repite Cath a mi lado con una voz gruesa. — Está bien, voy a pasar por la mañana. Nos vemos tórtolos

Cath sale de la habitación y le murmura algo a Harry quién sonríe y después camina como depredador que ha encontrado a su presa hacía mí, todo lo que tenga que ver con este hombre es simplemente seducción, testosterona y seguridad.

– Tenemos un asunto pendiente –Le digo

– Lo hablaremos cuándo sea el momento ahora vamos a relajarnos. –Habló y recostó su espalda en la cama, estiró su brazo hacía mi cintura y me pego a él. Sentí un hormigueo por todo mi cuerpo, las preguntas seguían revoloteando en mi cabeza y no podía dejar pasar la oportunidad.

– Ya nos relajamos bastante –Hable y me senté en forma de indio frente a él, tenía sus ojos cerrados y soltó una risa nasal a lo que yo golpeé su pecho burlonamente. – ¡Oye! ¡Hazme caso!

Abrió sus ojos lentamente y me arrepentí de haberle pedido que lo haga, tenía a Harry frente a mí, mirándome con sus ojos hinchados, su cabello hecho un desastre pero le quedaba hermoso, su nariz no tenía ni un sólo error, su... Su sonrisa burlona, me estaba mirando. Sentí el calor subir a mi rostro y desvíe la mirada a mis manos juntas.

– Habla cariño, soy todo tuyo. –Dijo con voz ronca y esa sonrisa. Esa sonrisa que me daba ganas de comerlo a besos. Quiero comerlo como si estuviera comiendo un pedazo de carne tan sabroso que dan ganas de comer más y más, luego comer el postre lleno de chocolate en todo su cuerpo escultural y – ¿Liva? – Habló nuevamente y chasqueó sus dedos frente a mí

– ¿Qué pasa? ¿Que.. –Hablé, quién sabe como me quedé mirándolo y una vez más, y el soltó una carcajada nuevamente y el calor subió a mi rostro, otra vez. – Bueno, hablemos

– Tú querías hablar –Dice con una sonrisa pícara – Y simplemente te quedas mirándome con ganas de algo

– ¡No lo hago! – Sí, sí lo hago. Y lo estoy haciendo otra vez. ¡Basta Olivia! – Tu ríes cada dos segundos y no me concentró

– ¿Yo soy el culpable ahora? –Dice, y suelta una risita.

– ¿Qué es lo gracioso? No le veo lo simpático –Me quejé

– Es gracioso que yo tenga que ser el primero –Fruncí el ceño

– ¿Qué? ¿Estás loc.. –su rostro se acercó al mío y me besó. Un calor incomparable se apoderó de mí, y sus manos se apoderaron de mi cadera, me obligaron a subir en su regazo separándonos pero, sin dejar de mirarnos acompañado de nuestras respiraciones agitadas, continuó el beso y sus manos empezaron a moverse hacía mis muslos. Mis manos rodearon su nuca y empecé a dar vuelta el pequeño rulo de atrás, ¿por qué? no lo sé. No podía parar y la verdad no sabía como. Harry fue bajando la intensidad del beso, se separó de mí y me miró. Sentía mis labios hinchados y latientes junto con mis mejillas ardiendo. Hace mucho tiempo no me siento así cuándo alguien me besa, esa electricidad y cosquilleo con el simple hecho de poner un dedo sobre mí

– Lo sentiste –Susurra aún cerca de mis labios. Sus ojos verdes, verdes penetrantes.

– ¿El que? – logré decir

– Eso, tu sentiste lo mismo.

¿El hormigueo, el calor y el cosquilleo? No, él simplemente no puede haberlo sentido. Apostaba que sólo lo estaba diciendo para que lance sobre él una vez más, claro está. Él no es de esa clase de chicos.

– No – Me miró fijo y sacó sus manos de mis muslos, cuándo hice amago de levantarme él me agarró de la cadera e hizo un movimiento de cabeza para que no me mueva. – No te vayas –Dijo.

Cosquilleo, cosquilleo y mil veces cosquilleo.

– ¿Sigues metido en lo de tu hermano? – Hablé y su ceño fruncido apareció. No le gusta hablar del tema.

– Sí, ¿por qué? – Dijo serio – ¿Eso era de lo que querías hablar?

– ¿Cuál es tu zona? –Pregunté

– No es por zonas, mira.. es difícil –Hablo, rascándose la nuca. Levanté mi ceja y él continuó. – Ese pub, es de la zona del grupo contrario al mío, mi grupo tiene miles de lugares ¿lo entiendes?

– Entiendo, pero fue pura casualidad eso de los chicos ¿o no? –Pregunté temiendo a la respuesta

– De ellos sí, pero de que alguien te haya puesto algo en tu bebida, no.

– ¿Cómo saben que te conozco siquiera? ¿Por qué te buscan?

– Investigan cariño, también saben que tu madre es Marnie. –Habló – Me quieren muerto porqué soy una amenaza

– ¿Y cómo tu sabes que mi madre se llama Marnie?

– Porqué ya te lo dije –Habla y rueda sus ojos a lo que yo golpeó su pecho y éste levanta las manos en forma de paz – He investigado cada una de las personas que estaban esa noche y tu madre estaba

– ¿Tú sabías que ella tiene otra familia ahora y que Cath está en contacto con ella? – Hablé mirándole con mis ojos extremadamente abiertos.

– Sí, bueno sabía que tiene otra familia pero no sé quiénes son y lo de Cath porqué una vez dejó su celular y "Mamá" la estaba llamando – Dijo sincero.

Duele.

Duele saber que mi familia no habla conmigo, y Harry lo hace capaz que si no fuera por él no sabría nada.

Duele la vida, duele el alma, duele como si echarán alcohol en una herida recientemente abierta, una herida a carne viva.

– ¿Estás bien Liva?

– Sí, estoy perfecta –Dije con voz entrecortada. Cuándo quise separarme, él no me dejo, las lagrimas comenzaron a brotar – Quiero irme -Dije molesta. Molesta conmigo, molesta con mi vida, molesta con todos. Harry se paró conmigo en su regazo, toqué el suelo y cuándo iba a darme vuelta para salir me agarro del brazo, me estiro hacia él y golpee su abdomen una y otra vez susurrando que me suelte

– No quiero –susurré, y cómo siempre lo hacía. Me rendí.

Lo único que se escucha en la habitación eran mis sollozos que no cesaban y no tenía mi idea de como hacer que pare. Tapé mi nariz, no paraba. Me miraba con el ceño fruncido como si quisiera entenderme, pero nadie podía. Nadie entendía el dolor que sentía mi pecho.

Harry agarro mis débiles brazos y los puso en su hombro, bajó las suyas en mi cintura y me abrazó, haciendo que mis pies dejen de tocar el suelo.

No podía hablar, sólo sabía que el latido de su corazón cerca mío hacía que me tranquilicé, hasta que mis lágrimas y sollozos se detuvieron. Y el dolor de mi pecho se fue esfumando.

Lo único que sabía era que no quería estar en otro lado ahora mismo, solamente él podía calmarme.