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Justin abrazaba a Allison mientras esta lloraba descontroladamente, su mundo se había parado al pensar en qué podía pasarle a la chica, nunca había conducido tan rápido y sabía perfectamente que se arrepentiría de haber dejado a un paciente en la consulta y haber salido corriendo.

-Tranquila, y nada te pasará- susurro acariciándola el pelo suavemente

-Es....estaba... estaba ahí

Con toda la dificultad del mundo, Justin consiguió convencer a Allison para salir del recinto e irse a un lugar más tranquilo.

-Vamos a mi casa- dijo Justin en el momento en el que subieron al coche- en otra ocasión me hubiera encantado decir eso.

La chica rió débilmente secándose aún las lágrimas, perpleja por lo que acababa de pasar, había sido perseguida por un desconocido y había llamado a otro desconocido para sentirse segura, si no lo estuviera viviendo diría que era pura ficción y que en cualquier momento se levantaría alguien de una silla de mimbre y chillaría "¡Corten!".

El viaje fue rápido, pero efectivo, aunque no hablaron, se centraron en observarse mutuamente, con miedo de descubrirse mirándose a hurtadillas. Los dos se sorprendieron de lo diferente que eran a través de la cámara. A Justin le sorprendió lo frágil que parecía la muchacha, su rostro mostraba seguridad y egocentrismo, pero si observaba atentamente sus ojos se daba cuenta de que todo eso no era más que una máscara de la realidad, y que simplemente era una chica que deseaba ser feliz, en cambio ella, se fijó más en la tranquilidad que desprendía su acompañante mientras conducía, como tarareaba en bajo todas las canciones que sonaban en la radio, como chupaba sus labios cuando los notaba débilmente secos y como aquellas lagunas mieles que tenía como ojos se fijaban en ella cada vez que se movía, como si tuvieran miedo de que en cualquier momento se rompiera en dos.

-¡Para!- chillo ella asustando a Justin, quien se hizo a un lado aparcando en doble fila- Deje caer mi bolso por algún lado de esta calle- informo

- Espera aquí, iré yo

-Pero...

-No me hagas encerrarte en el coche- advirtió serio

Cuando comenzó a andar recorriendo toda la calle, palmo por palmo, se dio cuenta de que si ella estuviera a su lado hubiera sido mucho más seguro, no habían salido del barrio donde la habían perseguido y él era tan estúpido de dejarla sola cuando sabía perfectamente lo fácil que era forzar la cerradura de la puerta e incluso romper el cristal.

Con los nervios a flor de piel recogió el bolso del suelo y comenzó a correr de vuelta a su auto, rezando interiormente porque ella aún siguiera ahí, y lo estaba, cuando llego, se encontró a Allison acurrucada en el asiento de copiloto, jugando con la radio, y temblando débilmente.

-Ya estoy- informó cuando entro en el coche- ey, tranquila

Allison sabía que hasta que no se fuera lejos de ese lugar, no se le quitaría esa sensación de ser observada, aunque en cierto modo sabía que aunque se fuera del país la seguirían observando.

-Gracias- susurró agarrando el bolso y mirando en su interior

-Deberíamos ir a la policía

-¿Qué?

-Deberíamos ir, ¿Qué pasa si ese hombre era un violador? Podría atormentar a otras chicas

-Ni si quiera sé si me estaba siguiendo a mi- chillo Allison poniéndose aún más nerviosa.

No quería avisar a nadie, solo quería irse a casa, tumbarse en la cama y despertar seis o siete meses más tarde.

-Hace unos minutos estabas segura de que te seguían

-Pero ahora no

-¿Qué me ocultas?- podía ver la inseguridad y el temor en sus ojos, no hacía falta haber estudiado para saber que estaba mintiendo, aunque en ese caso, ayudaba bastante el titulo colgado en la pared.

-¿Y qué más te da? No me conoces, pudiste haber sido hasta tu

Sus años de experiencia le decían a gritos que ella no diría nada, estaba en estado de shock, aún no comprendía que era lo que había sucedido, quién había estado siguiéndola desde que había salido de clases, pero algo le decía que tenía una débil sospecha.

-Tienes razón- expuso Justin comenzando de nuevo a conducir- será mejor que te lleve a casa y estés sola. ¿Dónde vives?

-¿Sola? No quiero estar sola- susurro Allison comenzando a temblar y a llorar.

A Justin la situación le recordó a su hermana pequeña, cómo cuando sus padres la castigaban, se aferraba a su pierna y le suplicaba que fuera con ella a su habitación, que se autocastigara y jugara con ella, hasta que sus padres la permitieran salir del lugar.

-¿Quieres que me quede contigo?- ella asintió efusivamente- ¿Quieres ir a tu casa o a la mía?- ella le señalo- pues no se hable más, pongamos dirección a mi casa.

Lo poco que quedaba de trayecto lo pasaron riendo como niños, Justin cantaba como si la vida le fuera en ello, haciendo que Allison riera por las muecas que hacía, lo que provocaba que Justin siguiera haciendo tonterías y tenía muy claro que lo haría una y otra vez si con ello provocaba que ella sonriera como lo hacía en ese mismo instante.

-Siento interrumpir esta increíble actuación- expuso él mientras ella dejaba de tararear- pero hemos llegado.

Allison bajó del coche asombrada, ante sus ojos se levantaba una casa de dos pisos, con un increíble jardín adornado por unas pocas flores y un césped recién cortado, las ventanas tenían pequeños adornos en dorado y en el porche había una mecedora digna de las películas del oeste.

-Hogar dulce hogar- dice Justin mientras abría la puerta

La casa no estaba muy adornada, casi no tenía cuadros colgados y los que tenía eran simples paisajes y alguna que otra foto familiar, las paredes estaban pintadas de un marfil que hacía resaltar los muebles blancos y negros, la barandilla de las escaleras era dorada a juego con las ventanas y el techo de madera.

En cuanto se cerró la puerta tras ella, algo se estrelló en sus piernas, gruñendo e intentando llamar la atención con sus intentos de ladridos. Allison miró hacia su pierna, encontrándose a un cachorro de poco más de 4 meses, mordiendo sus zapatos y mirándola fijamente.

-Hola- susurro acariciando su cabeza, gesto que hizo que el animal se tumbara boca arriba y cayera rendida a sus pies.

-Esther- expuso Justin, ella le miro extrañada sin saber a qué se refería- se llama Esther

Este alzo a la perra acomodándola en sus brazos, el animal hizo un ruido muy parecido al ronroneo de un gato, quería dejar claro lo feliz que era en ese momento y lo a gusto que se encontraba entre los brazos de su dueño.

-¿Quieres algo te tomar? Creo que tengo chocolate caliente hecho

Allison acepto siguiéndole a través del lugar, cuando se encontró en la espaciosa cocina, él le entrego a Esther y comenzó a sacar platos y vasos de entre cajones que a simple vista era indetectables.

Ella observó cada movimiento de su anfitrión, en algún momento se había quitado la chaqueta del traje y se había arremangado la camisa enseñando parcialmente sus tatuajes. Siguió mirándole hasta que sus tazas con el chocolate se encontraban delante de ella, esta estaba segura de que había contado 10 lunares y 1 cicatriz, empezaba a preocuparse por su capacidad de observación

-Justin, encantado- dijo Justin mientras se sentaba y la ofrecía la mano, ella le miro extrañada- Nunca nos hemos presentado como Dios manda

Los dos rieron cayendo en cuenta de que era la primera vez que se veían en persona.

-Allison- susurro estrechándole la mano- para lo que usted le ofrezca.



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