Allison iba de camino a casa, había tenido una mañana bastante ajetreada, cuando Justin había salido de casa dirección a la prisión había decidido acompañarle hasta la mitad del camino, el chico estaba nervioso y tenía miedo de que tuviera un accidente. Había conducido despacio, casi intentando alargar lo máximo posible el momento y cuando Allison se bajó del coche, le había visto acelerar en un tramo pequeño.
No tenía nada que hacer en ese día, ambos tenían el día libre y aunque Justin tenía planeado su día con antelación, ella no tenía ni idea de que hacer.
Se planteó empezar a ir al gimnasio, pero cuando se puso a hacer la mochila de deporte, decidió que no, luego pensó en ir de compras, necesitaba alguna que otra prenda, pero lo rechazó al darse cuenta de que no conocía a nadie a parte de Justin y sus compañeros de trabajo, para que la acompañaran. Optó por ir a supermercado y volver a casa con intención de preparar alguna receta rara que encontrara por internet.
Caminaba empujando el carrito de la compra, el cual estaba completo de distintos alimentos, no sabía cuales iba a utilizar y cuales se quedarían en la nevera hasta su fecha de caducidad, pero dudaba entre varios platos y no tenía intención de decidir hasta el último momento. Maldijo no haber llevado el coche, en el momento en el que el cajero le había dado 5 bolsas llenas, no estaba muy lejos de casa, pero pesaba demasiado y los tacones no ayudaban.
-¡Hola Arthur!- expuso sonriente cuando este la abrió la puerta del portal-¿Qué tal va la mañana?
-Bien, no hay mucho jaleo, es un miércoles tranquilo, aunque el ascensor se ha roto- informó señalando el cartel donde exponía la avería.
-¿Cómo? ¿Tardaran mucho en arreglarlo? – Se encogió de hombros mientras tomaba las bolsas de sus manos- No hace falta que me ayudes.
Arthur hizo un gesto con la cabeza para que Allison anduviera delante de él.
-Son muchos pisos para que subas con todo esto.
La chica le sonrió agradecida mientras comenzaba a subir escalón por escalón. Al final si iba a hacer su rutina de ejercicio diaria.
-¿Todos los pisos son iguales?- preguntó a medio camino.
-Si te soy sincero- susurró- no tengo ni idea, Clay me enseñó lo esencial.
Rieron animadamente mientras seguían subiendo. Allison no paraba de pensar en porqué tendrían que vivir en el último piso y se recordó que cuando Justin volviera, tenía que echarle la bronca por no haber pensado en posibles averías del ascensor.
-Estoy pensando muy seriamente en mudarme a una de estas casas hasta que el ascensor esté arreglado.
La subida se les estaba haciendo eterna, cuando más subían más lejos veían su piso.
-Solo queda un piso, ¡animo!
Fue a replicarle cuando el sonido de una llamada entrante la distrajo.
-Amor- contestó mientras buscaba las llaves en el bolso y subía los últimos escalones.
-¿Dónde estás?- la voz de Justin sonaba nerviosa y ajetreada, pero no la dio importancia, demasiadas emociones para un solo día.
-En casa, acabo de llegar al portal- expuso- se ha roto el ascensor...- informó con pena. La puerta se abrió fácilmente y entraron rápidamente- ¿Qué tal la visita?
-Voy a casa, no te muevas
-¿Puedes dejarme las bolsas en la cocina?
Arthur asintió sonriente.