Justin despertó a mitad de la noche sudando e inquieto, no recordaba que había estado soñando, pero sabía que nada bueno, notaba su corazón latir tan fuertemente que temía que saliera de su pecho, su rostro estaba mojado, lo que le informaba de que había estado llorando, sus manos temblaban y se frustraba cada vez más al no recordar que le había hecho estar así.
Miro hacia el otro lado de la cama, encontrándose a Allison profundamente dormida, su melena despeinada adornaba la almohada y sus labios formaban un tímido puchero que hizo que Justin quisiera besarlo.
Se levantó despacio con miedo de despertarla y se dirigió al baño, necesitaba calmar su cuerpo y estaba decidido a tomar una larga ducha fría. Agradeció no llevar nada más que un bóxer puesto, aún estaba cansado y le daba demasiada pereza tener que desvestirse por completo, cuando antes se tranquilizara, antes volvería a la cama.
En cuanto se deshizo de la única prenda que adornaba su cuerpo, entró en el plato de ducha y abrió el grifo. Le fue imposible no saltar en cuanto el agua fría cayo de golpe en su cuerpo y dudó de no haber pegado un grito, se había despejado de golpe.
-Mala idea, idiota- susurró girando rápidamente el grifo para buscar el agua caliente
Sus músculos se relajaron, pero su mente no, pequeños flashes se proyectaron en sus ojos, imágenes desordenadas de las cual no estaban seguro cual eran reales y cuales producto de su imaginación.
Allison desnuda suplicándole que la besara.
Allison sudando y gimiendo como nunca la había escuchado.
Besándole.
Tocándole.
Montándole.
Las imágenes seguían reproduciéndose una tras otra, desordenadas, sin sentido alguno, pasaban de la cocina al salón, de susurros a gritos, de pedidas a suplicas, todas y cada una de ellas estaban provocando que el agua le abrasara y su sangre empezaba a acumularse en su entrepierna. Justin bajo la mirada mirándose con atención.
-¿En serio? ¿Ahora? ¿No te cansas nunca?
Justin rodeó su miembro con sus largos dedos y, con lujuria, empezó a acariciarse con movimientos elegantes y fluidos. Su pesado escroto estaba tenso y duro, tenía la mirada fija en sus movimientos, y pero no estaba viendo nada, estaba concentrado en el erotismo de sus pensamientos.
El rubor inundó sus mejillas como si alguien le estuviera mirando fijamente, sus pupilas se dilataban cada vez más, haciendo desaparecer el brillante color miel de sus ojos hasta que solo quedó una débil aureola alrededor del negro.
No podía apartar la mirada de los azulejos que tenía en frente, estaba tan concentrado que se imaginaba a Allison con él, mirándole con deseo mientras él se acariciaba con tanta fuerza que parecía doloroso, no obstante, era evidente el placer que le provocaba la fricción.
Poco a poco a medida que la tensión iba aumentando, las imágenes se iban ordenando, y le fue muy fácil descubrir que todo aquello había sido real y que solo había ocurrido unas horas atrás, se relajó un poco pensando que cuanto acabara no se sentiría mal por haberse tocado pensando en un sueño, si no reviviendo el momento.
"-¿Podrías estar todo el día sólo con pantalones?- preguntó Allison cuando se dirigían de la mano hacia la habitación
-¿Te gustaría?
-Me gustaría más si estuvieras desnudo- contestó ella en cuanto entraron en el cuarto
-A mí también me gustaría que lo estuvieras tú, pero tranquila, me voy a encargar en seguida de ello.