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El día estaba siendo duro para todos los asistentes de la sala, el juez estaba deseando dar la sentencia y poder irse a su casa, Arthur rezaba para que lo suspendieran aunque sabía que quedando solo una declaración, era imposible anular el juicio. Allison aún temblaba aunque ya habían pasado varias horas desde que habían empezado, Justin en cambio no sabía si quería que acabase o que fuera anulado, le daba pánico la sentencia.

Arthur dejó de hablar y anduvo hasta su asiento en silencio, su declaración había sido fuerte, nadie se esperaba que pudiera narrar todo desde un punto de vista en el que dejara a Allison como la mala de la película.

"Me sedujo, sabía que era yo desde un principio"

"Yo nunca quise que esto pasara"

"Ella era la que cuando era pequeña me decía que quería vivir junto a mí, solo hice lo que prometí"

Las miradas se centraron en Allison cuando fue llamada al estrado. Solo tenía que decir la verdad y todo saldría bien, pero eso no hacía que el miedo no se apoderara de ella. Necesitaba llegar rápido a la silla si no quería caer en medio de la sala delante de todos. A lo largo del día había recorrido ese mismo tramo 2 veces, una cuando su abogado necesitó su apoyo para presentar las pruebas y otra para responder a todas las preguntas del abogado de Arthur.

Cuando estuvo colocada buscó con la mirada a Justin, pero justo antes de encontrarle, vio al moreno que había estado evitando durante todo el día. Arthur la sonrió débilmente, lamiéndose los labios justo antes de volver a cubrir su rostro con sus manos.

-¿Se encuentra bien?- preguntó el juez en voz baja para que solo ella pudiera escucharle.

-Sí, acabemos con esto ya, por favor.

Su defensor comenzó a andar despacio por la estancia, mirando a los ojos a todos los que le observaban, gesticulando y exponiendo su discurso con todo detalle.

-Dicho eso, Señorita, ¿Puede recordarnos por qué, el acusado, dejó de trabajar para su familia?

Todas las miradas se centraron en ella. Si no explicaba bien sus razones, podría pasar de ser víctima a acusada en un segundo.

-Yo se lo pedí a mi padre

-Explíquese- insto el juez escuchando con atención

-Yo ya estaba recuperada y él no hacia otra cosa que estar siempre muy encima mía. Había días que hasta se quedaba a dormir en mi casa para que cuando mis padres se fueran a trabajar ya estar conmigo. Era agobiante

-Entonces, se podría decir que estaba obsesionado con usted desde hace tiempo ¿no?

El abogado de Arthur se levantó dando un golpe en la mesa, provocando que la pregunta fuera anulada al instante, cosa que Allison agradeció, porque aun sabiendo que se lo iba a preguntar, no se había preparado ninguna respuesta.

-¿Por qué no denunció antes? Los primeros mensajes son de hace más de seis meses

-Pensé que se cansaría- expuso sonriendo falsamente- creí que era un niño que estaba jugando, pero cuando empezó a contarme todo lo que yo hacía cada día, me asusté- una lágrima recorrió su rostro haciendo que Justin se moviera inquieto de su asiento, listo para echar a correr hacia ella- lo intente varias veces, pero era como si leyera mi pensamiento, siempre que estaba decidida me contaba mis planes y me amenazaba.

Ahora todo tenía sentido, poco antes había descubierto que Arthur tenía cámaras y micrófonos escondidos por toda la casa, había contratado a simples obreros para que las instalaran en cualquier ocasión que tuviera, una lámpara rota, la lavadora, la instalación del televisor. Aquel era el arma secreta de su abogado, no había contado a nadie sus planes, por eso cuando la pareja observo la cantidad de cds que tenía en su poder, con toda su vida, no solo se alarmaron por lo que podían ver, si no por saber desde cuando había estado observándola en silencio.

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