Los dos se quedaron embobados a escasos metros el uno con el otro, sin saber qué hacer, ambos estaban esperando que fuera el otro quien diera el primer paso.
Allison había tardado varios minutos en encontrar a Justin entre toda la gente que esperaba a los pasajeros de su vuelo, en cambio, él llevaba observándola desde que puso un pie en el suelo.
-Hola- dijo Allison acercándose al rubio.
No parecía la misma, su largo cabello había sido cortado por la mitad, dejándose caer poco más largo que sus hombros, lo que la hacía ver más joven y risueña.
-¿Qué tal el viaje?
-Agotador, me ha tocado un señor al lado que no paraba de contarme su vida y la de su hijo- expuso- si el viaje hubiera durado dos horas más hubiera bajado casada, tenlo por seguro.
Justin agarró las maletas quitando un gran peso de encima a Allison.
Los dos eran conscientes de la incomodidad de la situación, pero habían pasado muchos días y muchas cosas y ninguno sabía como arreglarlo.
Allison no se fiaba del todo del rubio y este nunca había estado más nervioso.
Anduvieron en silencio hasta el land rover negro de Justin
-He pensado que podrías quedarte en mi casa, hasta que encuentres algo, si quieres claro.
Allison asintió observando atontada la cantidad de gente y luces que había en la ciudad.
-Lo primero de todo es encontrar trabajo, si vivo contigo, quiero pagarte el alquiler
-No- respondió rápidamente- no voy a cobrarte
-No voy a abusar de ti, es tu casa- Allison observó como el rubio apartaba la mirada de la carretera y la miraba serio mientras negaba con la cabeza- quiero ayudar en los gastos- Justin volvió a negar- ya encontraré la manera.
-¿Y tus estudios?
-Hablé con el Señor Collins, le dije que por asuntos personajes tenía que mudarme, pero quería seguir mi año académico, así que me dijo que podía estudiar a distancia, aunque para la graduación tengo que ir.
-Para cuando te gradúes, esperemos que todo esto haya acabado. ¿Te volvió a hablar?
Toda la poca comodidad que se había formado se esfumo a la velocidad de la luz. Allison se movió incomoda en el asiento y Justin pudo observar cómo se tensaban todos y cada uno de sus músculos.
-Si
-Me gustaría ver las conversaciones- susurro el rubio mientras esperaba a que el semáforo se pusiera en verde
-¿No me crees?
El sistema de alarma del interior de Allison se puso en marcha, y sus ojos se llenaron de lágrimas.
-¡No!- rectificó al instante- solo quiero ver que dice, cómo se expresa, quizá pueda averiguar algo.
-Leas lo que leas, no me juzgues por favor.
Justin asintió y encendió la radio para dar por zanjada la conversación.
Comenzaron a tararear todas las canciones que ponían en la cadena, intentando ignorar la incomodidad del momento.
Cuando Justin aparcó en el garaje de su piso, Allison saltó del coche deseando volver a sentir sus piernas y entrar en el domicilio, así podía sacar algún tema de conversación que no fuera preguntar cómo se llamaba la canción que sonaba.