Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.
-Dalai Lama-
No, no siempre es fácil. Dejar ir a alguien requiere coraje. Porque dejar ir a alguien es dejar ir una parte de ti, una parte que quizás no volverá jamás. Y peor aún; hay personas que llegan tan dentro de tu ser, que cuando de marchan no vuelves a ser igual.
-Anónimo-
Capítulo 8: Un fantasma del pasado vuelve.
Sherlock y Hermione habían cumplido un año de noviazgo en ese tiempo han pasado por mucho, hoy es el cumpleaños de la pequeña o no tan pequeña Layla y es que está cumpliendo un año de vida, donde una permisiva Hermione consentía en demasía a Layla y ella amaba a Hermione. Mientras ellos estaban en la fiesta en un aeropuerto de Londres una mujer de cabellos y ojos negros bajaba de un avión, tenía una postura arrogante y con ojos inteligentes.
-Dentro de poco nos volveremos a ver Sherlock-dijo la mujer.
Por su parte Hermione jugaba con Layla sin saber lo que se avecinaba a su relación. Layla estaba llena de regalos y para ser una pequeña era muy intuitiva con los sentimientos de las personas que la rodean, el regalo que más le gustó fue el de tía Mía que era un gran panda de peluche su tamaño era de un metro y medio.
-Hermione, adoramos que quieras a nuestra hija pero como vamos a meter ese muñeco-dijo una preocupada Mary sobre el espacio.
-No te preocupes yo te ayudaré a recoger todo y acomodar al peluche-dijo sonriendo Hermione.
Y así fue luego de tanto juego y gritó Layla cayó rendida en su cama, Hermione, John y Mary limpiaron toda la casa y acomodaron todos los nuevos juguetes de Layla. Al terminar ellos se dejaron caer en el sillón rendidos para ver a un tranquilo Sherlock observándolos y una Kitsune moviendo perezosamente la cola.
-Sherlock si estabas aquí ¿por qué no nos ayudaste a limpiar?-dijo molesto John.
-John sabes que eso de la limpieza es inútil y si estoy todavía aquí es porque mi novia se ofreció a ayudarlos con la limpieza de la casa-dijo aburrido Sherlock.
John negó con las cabeza para ver a una Mary sonriendo y una Hermione tranquila.
-Bueno, ya terminamos todo aquí, así que nos retiramos-dijo una cansada Hermione.
-Gracias Hermione por ayudarnos con todo-dijo realmente agradecida Mary.
-Fue todo un placer-contestó una feliz pero cansada Hermione.
Sherlock tomo sus cosas y las de Hermione y fueron a casa. Hermione sentía como si algo fuera a pasar pero no le tomo más importancia, le propuso a Sherlock que si quería dormir en su apartamento, por su parte Sherlock no se opuso a la idea por lo que fueron a la habitación de Hermione y se recostaron a dormir, más Hermione continuaba con esa sensación por lo que se apegó más a Sherlock.
-¿Sucede algo?-preguntó Sherlock viendo como su novia lo abrazaba apretadamente.
-Pensarás que soy una tonta pero siento como si algo malo fuera a ocurrir... como si fuera a perderte-dijo titubeando Hermione escondiendo su cara en la curva del cuello de Sherlock, él solo atinó a abrazarla y darle un poco de confort.
Los días continuaron con su rutina acostumbrada para Hermione, pero para Sherlock todo cambio radicalmente con un caso de recuperación de información para Mycroft y la sencilla razón tenía nombre y era uno que recordaba muy bien Irene Adler o mejor conocida La Mujer. Ella había vuelto y lo había envuelto de nuevo en una de sus tretas la diferencia es que está vez él no estaba solo tenía a Hermione.
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Como convivir con Sherlock Holmes por Hermione Granger
AcakLuego de la guerra Hermione necesita salir del mundo mágico. Una serie de eventos hace que Hermione termine viviendo en el apartamento 221C de Baker Street. ¿Que sucede cuando conozca a su vecino? ¿Nacerá el amor? ¿Hermione podrá guardar su secreto...