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Dos semanas después


—Buena suerte, me consigues el número de alguna chica que conozcas ¿si? —Sam dio unas leves palmadas en mi espalda y reí.

—Como si alguien quisiera salir contigo —solté una carcajada para luego abrazarlo dándole entender que era una broma—. Sabes que eres guapo pero a tu manera —reí y este hizo una mueca.

—Extrañaré tus insultos y tus llamadas a las tres de la mañana llorando, "No he estudiado y no entiendo el punto B, Sam" —este imitó mi voz e hice una mueca para luego pellizcar su brazo.

—Calla, eso cambiará —murmuré entre dientes para luego reír.

Finalmente nos despedimos y entré al auto para después verlo alejarse. Bueno, el auto se alejaba. No quería dejar mi casa, sé que extrañaría a Sam y a la escuela, si, extrañaré hacer bromas y divertirme.
Solo son seis meses Valerie, no es para tanto. Podrás divertirte también con esas mocosas "rebeldes" en ese internado.

Cerré mis ojos y espere llegar. Según papá el trayecto duraría unas tres horas. ¡Demonios, porque ese jodido internado queda tan lejos!




(...)




Abrí mis ojos ya que me despertó la bocina del auto, al parecer aún seguía en el auto, solo que papá había tocado la bocina para que le abrieran las cercas del estacionamiento del internado.

¡No, por favor!

—Hemos llegado Valerie, arreglate un poco, ¡mira tus cabellos! Aplícate un poco de rubor, pareces enferma —mamá exclamó y rodé mis ojos, no soportaba que me hablara luego de decidir en dejarme abandonada en este jodido internado de personas dementes, ya hasta el director tiene cara de pedófilo.

Eche mi cabello hacia atrás e hice caso omiso, me aplique un poco de rubor y mascara, luego le di un poco de color a mis labios y salí del auto.

—Esta muy corta Valerie, muy mal — papá observó mi falda y suspire.

—Solo hay chicas, calma. ¡Dejen de quejarse por favor! —exclamé apoyando mis caderas en el auto esperando a mamá.

—Listo, todo está organizado, no falta nada —mamá me entregó mis dos maletas y mi bolsa, las agarré y suspiré mirándolos fijamente.

Solo esperaba un "Regresarás con nosotros porque extrañaremos a nuestra única y querida hija"
Pero no.

—Adiós Valerie, por favor, esfuerzate. No queremos quejas —papá besó mi frente y entró al auto para luego encenderlo.

Miré a mamá, se le veía que estaba un poco desanimada.

No sé por que pero me sentía mal por ella, todo lo que le hice sufrir, como llamadas de la escuela o quejas. ¡Pero que cosas digo! ¿A esta hora es que me arrepiento?

—Perdón mamá, espero salir mejor de este internado, se que lo elegiste por mi bien. Te lo agradezco —le abracé fuerte para luego besar su mejilla.

—Yo solo quiero lo mejor para ti Val, te extrañaremos cariño —esta murmuró y asentí.

—¡Bye! — alargué agitando mi mano y esta entró al auto.

Vi el auto alejarse y cuando por fin lo perdí de vista suspire mirando a todos lados, chicas entraban y salían o incluso lloraban.

Sentí una mano en mi hombro, me voltee sorprendida. Era el Sr. Irwin, eso se esperaba de un hombre que parecía un pedófilo.

—Bienvenida señorita Johnson —este me dio una sonrisa y le sonreí de vuelta, solo quería ser amable.

—¿La llevo a su habitación? —este agarró mis maletas y rodé mis ojos—. En minutos la llevaré con alguien para que le enseñe las instalaciones del internado y le entregue su horario, pero ahora sigamos caminando —este hablaba mientras caminaba, al parecer me estaba agradando un poco, no era tan aburrido o malo como pensaba.

—Muchas gracias Sr. Irwin — le sonreí cuando llegamos a mi supuesta habitación. La número 96.

¡Habían más de 100 habitaciones!

— Con gusto, en poco vendrá el profesor...— este dejó de hablar para chequear en su teléfono y asintió luego—. El profesor Hood para que le enseñe las instalaciones y eso —este apagó su teléfono y me dio una sonrisa amplía para luego cerrar la puerta de mi nueva habitación.

¿Quién será el profesor Hood? ¿O... Que materias enseña?

whips;5sosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora