t w e n t y

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— Rápido, ahí... Ahí — grité enterrando mis uñas en sus hombros mientras este penetraba fuerte dentro de mi.

— Quiero que grites mi nombre, eso es excitante ¿sabes? — este soltó un gruñido y solté una risita.

Este llevó su mano a mi abdomen apoyándola así penetrandome más y más fuerte, mordí mi labio y gemía mas alto.

— ¡Calum! — grité mientras mis piernas temblaban, aún no me corría pero estaba cerca.

— Vamos al baño corre princesa — este me cargo de nuevo y fuimos al baño, el me recostó en la tina de baño y sonrió.

— ¿Seguro de que ambos cabemos aquí? — solté una risita y este se agacho a mi altura, llevo sus dos dedos a mi clitoris y lo frotó con mucha fuerza de lado a lado, apoyé mi cabeza en el fondo y cerré mis ojos con fuerza.

— Quieres estar conmigo solo para esto ¿cierto bebe? — este susurró y ahora frotó en círculos rápidamente mientras arqueaba mi espalda y mordía mi labio muy fuerte.

En eso sentí como expulsaba todo, había salido un chorro, sentía un poco de vergüenza, no sabía que era esto. Nunca me había pasado. Pero se sentía de lo mejor.

— Me encanta princesa — este besó con mucha energía y sus manos apretaron mis senos.

— No te vayas, por favor — susurré y le empujé para que entrara a la tina de baño.

Acaricié su cuello y bese sus labios con mucha fuerza.

— Sabes que te esperare hasta que te gradúes, te amo Valerie — este susurró y sonreí.

— ¿Por qué eres así? Eres el único que... No se como explicarlo, Calum. No me dejes sola por favor — hice un puchero y este torció sus labios.

— No quiero dejarte princesa — este susurró y besó mi frente. — Pero yo no hago las reglas

Murmuró por último y se levantó de la tina de baño. Salió por la puerta y fruncí el ceño, me levante igual y seguí sus pasos.

— ¡Calum! — exclamé y corrí a mi habitación, allí se estaba arreglando. — ¿Te vas ya? Me dejaste con ganas — me senté en su regazo jugando con los botones de su camisa, este mordió su labio y besó la punta de mi nariz.

Le abracé con mucha fuerza y apoye mi cabeza en su cuello. Cerré mis ojos y sentí sus manos en mi cintura.

Este con delicadeza se levantó de la cama y le vi marcharse por la puerta.

— Por lo menos eso fue una buena despedida. Genial. — resoplé y este me miró, por último me guiñó el ojo y se fue.

Todo esto estuvo raro.

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