A Hanny le tomó dos días acomodar todo en su nuevo hogar. El departamento de Nicholas era acogedor, no tan espacioso, lo suficiente para dos personas, muy grande para una. Su nueva habitación no podía compararse en proporciones a la suya en Florida, era pequeña y demoraron un día en arreglarla para que Hanny se sintiera cómoda, cambiando algunos muebles, instalando la nueva cama, escritorio y un closet para la poca ropa que ella había llevado, su vida estaba en Florida y solo había traído lo indispensable. Hanny sabía que volvería a casa, aun así algo en ella la hacía dudar sobre eso.
Su hermano se notaba acelerado y eso se debía a la agitada vida en la ciudad, había alcanzado a explorar un poco el pequeño barrio en donde se encontraba el edificio de cuatro pisos donde iba a vivir y que colindaba con más edificios similares, coloridos, y con grandes escaleras que permitían acceder a la entrada principal. Bastante tranquilo, pero saliendo de allí ya se podía escuchar el ruido y, ver el transito poco expedito. Había hablado con una de las vecinas, y saludado a uno que otro residente, todos amables, pero bastantes herméticos.
Hanny se había quedado en casa arreglando algunas cosas para su primer día de escuela, su nueva escuela. No sabía mucho de ella, solo lo que Nicholas le había contado esos tres años que él estaba trabajando como profesor. Solo mujeres, mucho conflicto pero buen desempeño. Su hermano no le gustaba hablar mucho, lo único que hacía al llegar a casa en Florida era dormir, comer y salir a juntarse con sus amigos que solo tenía oportunidad de ver en las vacaciones, era como si sacar el tema de su trabajo lo estresara. Por lo mismo, Hanny no quiso indagar más, tampoco le interesaba mucho.
Una vez terminado todo se sentó en el sofá y miró hacia la pared, preguntándose por enésima vez ese día si lo que estaba haciendo estaba bien, si valía la pena, si era lo correcto. Seguía teniendo sueños con su amiga, angustiantes sueños que la hacían despertar alarmada, sudorosa y molesta. En el día, el estómago le dolía, las manos de vez en cuando le temblaban y no había momento de tranquilidad en su mente, pensaba una y otra vez las mismas cosas que no tenían respuestas, en Renee, en su amigo, en Black Mist.
Era un día hermoso en la ciudad, pero Hanny no se sentía feliz, no podía estarlo. Suspiró pesadamente y antes de sumergirse en el caos de su vida, escuchó la puerta abrirse y de reojo vio cómo su hermano entraba.
—Tu uniforme—informó con una bolsa en su mano.
Hanny sonrió levemente y recibió la bolsa sacando el contenido de su interior, algo ya conocido para ella. El día anterior Nicholas y ella fueron a comprar el uniforme a la misma escuela, en la tarde. No había muchas chicas, pero si una que otra que se había quedado a estudiar en la biblioteca, o por lo menos eso le había dicho su hermano cuando ella preguntó. Todas llevaban una falda gris claro, una chaqueta azul marino y un chaleco del mismo color, además, de una blusa blanca y una corbata verde oscuro. Cuando se lo probó no le había gustado como le quedaba, por lo mismo lo había enviado a arreglar para que se ajustara más a su medida.
Tomó la chaqueta y pasó uno de sus dedos por la insignia bordada de la escuela. Tocó su cabello y recordó la visita a la peluquería después de comprar el uniforme y como sin meditarlo mucho decidió cortar su pelo, le había dolido perderlo, pero algo en ella se alivió, un peso menos encima. "Renee estaría como loca" pensó, cuando se vio frente al espejo con el cabello por diez centímetros debajo de sus hombros.
—Gracias—dijo finalmente, su hermano asintió.
—¿Tienes hambre? Pidamos algo—propuso sacando su celular, buscando algo que les apeteciera. Estaba siendo muy considerado.
En los últimos días no habían hablado mucho. El tema de Renee no se tocaba, por lo menos no a la ligera, Nicholas estaba haciendo un gran esfuerzo en que Hanny se sintiera cómoda y sobre todo, activa. Le daba su espacio para que viviera su duelo, pero no la dejaba sola para que se hundiera en su pena, temía que pudiera enfermarse.
ESTÁS LEYENDO
Los Secretos de Renee
Teen FictionHanny perdió a su mejor amiga de manera inesperada, llevándose con ella una parte de su alma y corazón. Nadie sabe qué pasó, nadie entiende el porqué y no hay esperanzas de descubrirlo. Pero ¿qué pasaría si Hanny tiene la llave de los secretos que...