Capítulo 29: "La verdad"

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Hanny no sabía qué hacer, como reaccionar. Tenía tanta rabia guardada en su interior por causa de él que siempre pensó que al verlo lo golpearía, pero no pudo. Y no porque no quisiera, sino porque se notaba que él ya la estaba pasando mal. Ese no era el Andrew que conocía, el chico seguro, preocupado y atractivo que conocía, era una cosa que caminaba sola, como si el alma se la hubieran arrebatado.

Lo primero que hizo fue abrazarlo, Andrew le correspondió el abrazo, le costaba decir alguna palabra, Hanny lo hizo callar y le dio pequeños golpecitos en la cabeza, para que sintiera que no debía explicar nada, ya todo estaba dicho.

—Gracias por traerlo—le dijo a Alphonse.

Andrew se separó de ella.

—¿Sabes todo? —asintió—Hanny, yo...

—Guarda tus fuerzas, las necesitarás.

Gael se acercó a ellos, y saludó con un gesto de cabeza a Alphonse, quien no dudó en acercarse a él. Hanny seguía alentando a Andrew, tratando de sacarle aunque sea una pequeña sonrisa, lo logró, pero fue algo muy poco convincente.

Antes que pudieran ir a otro lugar a conversar, la puerta se volvió a abrir, y todos pudieron ver como Ethan y su madre entraban a casa. Él parecía nervioso y su madre no traía la mejor cara de todas, era obvio que estaba enojada.

Cuando los tres se vieron, se armó un silencio incómodo. Nadie reaccionaba.

Ethan dudó por un momento que ese hombre fuera su hermano, pero al verlo más detenidamente, se dio cuenta que ese chico demacrado era precisamente su hermano mayor. Corrió a él a abrazarlo, a pesar de todo lo extrañaba, no podía creer lo demacrado que estaba.

A Andrew se le cristalizaron los ojos, no podía moverse solo del miedo que le producía enfrentar toda la mierda que había dejado. Trató de explicarse, pero al igual que Hanny, Ethan no lo dejó.

—Esto es solo el principio hermano. Ahora arregla la mierda que dejaste—Andrew asintió y después de mucho tiempo pudo esbozar una sonrisa.

—Lo haré—miró a la muchacha. —Hanny, gracias.

—No te preocupes, ahora—miró a Esther—debes aclarar las cosas.

Esther Reeds se acercó a él, negó con la cabeza con una mano sobre su boca sorprendida por la apariencia de su hijo.

—Andrew, ¿qué te pasó, hijo? —tocó su hombro, revisó de reojo la casa, se notaba frustrada—¿Por qué estamos aquí? —se detuvo al ver a Gael, frunció el ceño—¿Tú? —se cruzó de brazos—¿Qué es todo esto?

Ethan no le dio ninguna explicación al momento de pedirle que lo acompañara, eso la molestó y en todo el camino discutieron, pero él no reveló nada.

Charles se hizo presente haciendo que su hija se pusiera a la defensiva. Miró a sus hijos, a Hanny, y los demás como si estuvieran a punto de hacerle daño, se alejó un poco de ellos.

—¿Qué planeas? ¿Por qué trajiste a mis hijos aquí? —increpó a su padre.

—No soy yo quién debe responder eso. Pero si me necesitan estaré en mi despacho—le dio la espalda y no volteó a pesar de que ella le insistía.

Hanny se acercó hacía Gael, debían dejarlos solos para que hablaran, ellos tres sobraban allí.

—Creo que merecemos explicaciones—le dijo Gael a Alphonse—. Tú sabías todo, ¿no es así? —él asintió en respuesta, pero no dijo nada.

Hanny aclaró su garganta para llamar la atención de todos.

—¿Quieren que los dejemos solos? —preguntó preocupada.

Los Secretos de ReneeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora