Jesse Thompson se cierne sobre mí sin aplastarme, su cuerpo frío más el suelo medio húmedo me hacen temblar. No puedo disimular el alivio en mi rostro cuando descubro que es él y o un cazador o uno de esos hombres de hoy.
– ¡Maldición! –Exclama medio sorprendido y medio enojado–. Casi te mato, tú no deberías estar aquí.
Quito su mano bruscamente de mi boca. – ¿Y tú sí? Casi me matas de un susto idiota –miro la posición en la que estamos–. ¿Puedes quitarte? me estás aplastando.
Jesse mira hacia abajo mientras se da cuenta que sigue sobre mí, se levanta rápidamente y yo hago lo mismo, mi espalda duele demasiado cuando lo hago, y se debe a que él es fuerte y rápido pero mi cuerpo sigue siendo humano, frágil por eso un golpe como este me duele lo suficiente como para torcerme un poco. Miro a mi oscuro alrededor, todo está en silencio salvo por nuestras respiraciones.
–Estás loca –lo escucho murmurar.
Lo miro mal. –Me refiero a que no deberías estar sola aquí –su ceño se frunce y se lleva una mano a su oscuro cabello–. ¿Qué pretendías hacer?
No voy a decirle por dos razones. Primero: Puede que arruine mi plan y segundo: Mi plan se escucha demasiado estúpido en voz alta y conozco muy poco a Jesse, pero sé que me restregaría ese hecho en la cara. Porque, ¿Quién sale de noche a buscar pistas sobre un posible asesino?
–Bueno, no soy la única loca, tú también estás aquí –levanto la mano señalándolo.
Me alarmo por un momento ¿y si más Thompson estaban aquí? Mi voz tiembla mientras pregunto.
–Digo ¿estás sólo verdad? –Seguro mi expresión es de horror porque me mira raro.
–Sí, estoy sólo pero podría decirle a tu madre yo mismo sobre encontrarte en medio del bosque.
– ¡No! –exclamo demasiado alto y él se acerca maldiciendo.
–Baja la voz –su tono es de molestia.
Miro otra vez hacia atrás y a mis lados. –Lo siento sólo... no digas nada.
–Bien, entonces vuelve a casa, no voy a estar cuidándote.
–No te lo estoy pidiendo –me cruzo de brazos–, vine aquí por mi cuenta y me voy por mi cuenta.
Jesse niega la cabeza mientras ríe. – Aún no tienes tus dones, van a matarte.
–Entonces quiero saber quién lo haría. Vine aquí por eso.
Un momento ¿Qué hace realmente aquí? él fue uno de los que estuvo de acuerdo con que un origen novato fue el causante de todo esto.
– ¿Qué haces aquí? ¿Qué buscas?
No me mira así que me planto frente a él, me mira serio.
–Vine a lo mismo que tú, sólo que con un mejor plan, claramente –contesta con voz gruesa y poco amable.
–Entonces sabes que no fue un accidente –ignoro su evidente comentario como si no fuera verdad.
–No lo fue –niega lentamente con la cabeza.
– ¿Y por qué estás sólo? tus hermanos también son orígenes, así que podrían ayudarte a investigar.
–Vuelve a casa Abby –su mandíbula se tensa–, no voy a cuidarte –me da una mirada intimidante antes de empezar a caminar.
Su ropa negra se camufla perfectamente con la noche, su paso es masculino y lento pero en un abrir y cerrar de ojos desaparece.
Vuelvo a estar sola.
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Infierno Helado © [Libro 1]
Fantasy(Historia ganadora en el concurso Delivery Awards en el género de fantasía) Los orígenes están aquí, la lucha entre el bien y el mal se acerca. La pregunta es ... ¿A qué bando perteneces? El amor y la amistad se pondrán a prueba, al igual que el d...