Capítulo 10

3.8K 388 37
                                    

Corro hacia los vestidores en donde sé que Jared se encuentra. El equipo estaba ahí.

– ¡¿Pero qué rayos?! –Grita uno de los chicos poniéndose su camiseta. Trato de no ver a ninguno de ellos por mucho tiempo.

– ¡Jared! –Grito mientras avanzo.

Escucho los murmullos de desaprobación y otros comentarios que no me agradaron para nada.

– ¡Jared! –Vuelvo a llamarlo.

Alguien saca la cabeza y veo su cabellera castaña.

–Demonios ¿por qué no contestabas? –Pregunto histérica.

– ¿Pero qué haces aquí? –Su cara es de desconcierto, se tapa con una toalla mientras se acerca y grita que todos hagan lo mismo.

–Es... –respiro profundo–. Es algo importante.

Frunce el ceño. – ¿Tiene que ser ahora? estoy...

–Ahora –suplico, al ver mi cara de preocupación y asiente.

–Me pondré algo, espera afuera.

Salgo con el corazón en la boca. Estoy asustada, muy asustada. Jared sale y me enderezo.

– ¿Qué pasa? estás pálida.

–Tienes que cancelar la fogata, tienes que hacer algo. – Digo rápidamente.

– ¿Qué? –Jared sonríe desconcertado–. ¿Abby estás bien? –Me toca la frente y yo le quito la mano de un manotazo.

–Escucha, es importante...

–No sé lo que te sucede –me corta tajantemente–, pero me parece que no es tiempo de estar bromeando –niega con la cabeza–. Nos vemos luego.

Se da la vuelta para volver a entrar a los vestidores.

– ¡No! –Lo agarro del brazo–. Va a morir gente sino lo detienes...

–Estoy harto Abby –Dice enojado–. Estás exagerando, primero lo del incendio y ahora esto. Déjame decirte que eres una origen no una psíquica –se suelta de mi agarre–. Este es mi juego, esta es mi noche y me parece que es egoísta de tu parte hacer esto a minutos de mi momento.

–Pero...

–Basta –sentencia y entra de nuevo a los vestidores.

¿Qué...? Jared nunca me había tratado así y ahora, justo ahora no era el momento de hacerlo por primera vez.

¿Qué puedo hacer? puedo ir a casa de los Thompson... Sí, voy a ir por ellos.

Empiezo a correr otra vez. Busco el auto de Natalia y me doy cuenta de que no está. Busco mi celular, hay alrededor de diez mensajes de ella.

Los reviso "¿Dónde estás?", "te estoy esperando", "¿por qué no has salido?", "tengo que ir a cambiarme y volver a tiempo", "¿holaaa?" y muchos más, el último era de "ya me voy".

Tengo tanta desesperación dentro que quiero llorar. Me voy a casa prácticamente corriendo.

Para cuando llego, media hora después, me dirijo a casa de los Thompson.

Lilith que me sorprende verla en su casa cuando abre la puerta.

–Abby –dice con voz cálida y dulce–. ¿Cómo estás?

–Bien, bien. Eh... perdona mi descortesía, pero necesito ver a los chicos –señalo detrás de ella con la cabeza.

–Oh no cariño, no están.

Infierno Helado © [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora