Soñé con el beso. Todo se repitió nuevamente en mi sueño, con la diferencia de que era yo quien lo iniciaba. Gruñí cuando me despertó la luz, incluso intenté volver a dormir pensando en que tal vez volvería a soñar, pero no. Así que me levanté de la cama y en cuanto lo hice sentí mucho frío, era como dormir con aire acondicionado, o vivir en Alaska...
Me meto en la ducha y por suerte el agua salía caliente, en cuanto me termino de alistar tocaron la puerta. Es Jesse, usa una camiseta color blanco y una camisa manga larga a cuadros encima, sus jeans y unas botas militares. Se mira realmente apuesto.
Estoy segura de que me he ruborizado, siento como mi cara arde y empeora cuando lo veo sonreír en mi dirección, su sonrisa es contagiosa.
–Hola –dice con voz risueña.
–Hola.
Por unos momentos sólo nos quedamos así. Jesse frente a mí con sus manos metidas en los bolsillos de sus jeans y yo viéndolo sonreír en silencio.
–Hola –vuelve a decir.
Su rostro es de diversión. –Hola –contesto sonriéndole también, es contagiosa.
Siento como si en mi estómago hubiese fuego.
– ¡Hola! –Saludan a sus espaldas y reconozco la voz de Zack. Deja de sonreír y rueda los ojos. Yo también reacciono y miro a Zack y Sebastian sonriendo, mejor dicho. Burlándose del momento.
–Hola –esta vez es Sebastian, haciendo ojitos de chica. Me hacen reír pero al mismo tiempo me hacen sentir un vacío.
– ¿Qué hacen chicos? –Se acerca Zack apoyando su peso sobre el de Jesse.
–Yo... venía a avisarle que el desayuno estaba listo –Jesse me mira y luego a los chicos.
–Umm –murmura Sebastian de manera pensativa–, claro. Bueno, bajemos –me hace señas de que lo siga. Zack y él caminan delante y Jesse me espera.
–Yo hice el desayuno –responde con tono orgulloso.
– ¿En serio? –Asiente en mi dirección–. Bueno, espero que sacaras buena mano en la cocina de tu mamá.
–Hago los mejores pancakes.
–Ya veremos, ¿no quemaste nada?, ¿verdad?
–No, lo apagué de inmediato –alza sus manos y moviendo los dedos de los que salieron un humo frío.
–Las ventajas de ser un origen de hielo. Puedes apagar el fuego.
Me mira sonriente. –Y tú derretir el hielo.
Inclino la cabeza. –Técnicamente aun no puedo hacer eso.
–Pero podrás.
–No sé ni cómo lo haré, temo no controlarlo.
–Lo harás, eres fuerte.
–Mmm –lo miro de reojo–, creo que eres bipolar. Antes habías dicho que no lo era, que era débil y lenta.
–Ambos sabemos que no lo eres.
Desayunamos en el comedor, por segunda vez en mi vida vi a Zack utilizar sus poderes, recibió un regaño de Lilith.
–No puedes ir usando tus poderes por cosas así –había reclamado.
Zack se había cruzado de brazos. –El azúcar estaba lejos.
El azúcar había volado sobre mi cabeza hasta llegar al otro extremo de la mesa en la que se encontraba Zack.
Ellos aún no creían el hecho de que siguiera ahí. Según ellos, no muchos se quedaban a su lado después de saber la verdad. Y no podía entenderlos, eran personas maravillosas. Sin embargo yo me quedé, mamá también y de alguna forma supongo que Jared igual.
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Infierno Helado © [Libro 1]
Fantasy(Historia ganadora en el concurso Delivery Awards en el género de fantasía) Los orígenes están aquí, la lucha entre el bien y el mal se acerca. La pregunta es ... ¿A qué bando perteneces? El amor y la amistad se pondrán a prueba, al igual que el d...