Capítulo 31

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No sé qué es lo que debería sentir. Tal vez emoción, miedo, felicidad, enojo... no lo sé, simplemente no siento nada. O tal vez si, quizás la mezcla de todas esas emociones me hacen sentir nada.

Todo ocurrió muy rápido, siento que no debió pasar de esa forma ni tampoco este día, hay cosas más importantes en qué centrarnos ahora.

Pero ahora me siento perdida, por un momento me asustó la actitud de Jesse, me entristeció el que dijera esas últimas palabras porque siento como si no me conociera, como si no supiera que lo elegiré a él a pesar de saber la verdad pero cuando hoy sus brazos me sostuvieron no me sentí en casa, no me sentí bien y al ver lo que le causó a Caín me hizo querer gritarle.

Caín. Ahora lo comprendo todo. Su comportamiento, sus palabras y miradas, mi propia alma gemela me ayudó a despertar mi poder. No puede ser, estuve tan ciega, tan centrada en otras cosas que nunca noté lo que sentía por mí, hasta ahora. Pero no siento nada, no puedo sentir nada más que gratitud hacia él. Y todo por Jesse, él es el único al que quiero, mi amor por él es único e incomparable y creo que no hay espacio para nadie más, no de esa forma. Pero no puedo evitar sentirme mal por Caín, está solo con el recuerdo de las muertes de sus padres aún fresca en su mente y sé que eso lo atormenta.

Tal vez pueda acercarme a él, no de forma amorosa sino como una amiga cercana, algo que sea sano para ambos. La conexión va a estar ahí siempre, sé que la roca no es demasiado fuerte como para ocultarlo por mucho tiempo, el otro día sentí algo en el entrenamiento con Caín, eso fue a causa de la conexión.

Mamá toca la puerta de mi habitación. Habían pasado varias horas desde que todo sucedió y sabía que mamá me conocía lo suficiente como para saber cuánto tiempo necesitaba de soledad y cuanto no.

Camina hacia la cama quitando sus zapatos y se mete a la cama conmigo hasta que se hace de noche. No dice nada, ni yo tampoco y para cuando ella se duerme yo ya he tomado una decisión.

Dejaré este asunto en segundo plano, lo discutiremos cuando volvamos de la guerra pero para mientras no puedo distraerme con esto. Lo haré, aunque tenga que distanciarme un poco de Jesse en el proceso de estos días, al fin y al cabo cuando regresemos, él y yo nos iremos.

Casi no duermo, de hecho no iba a hacerlo pero me recordé a mí misma que era necesario hacerlo, necesitaba fuerzas y energías para el gran día.

Me despierto con los brazos de mamá a mi alrededor, bostezo y me escabullo con cuidado para no despertarla justo en el momento en que tocan la puerta.

Lo primero que pienso es "por favor que no sea Jesse" necesito tiempo.
Pero no es él, es Isabel. Por la manera en que mira sé que o escuchó todo o ya se lo contaron.

–Hey. – Dice. –¿Estás bien?

Tuerzo el gesto. – Si, pero no quiero hablar de eso. Mejor dime ¿qué hay que hacer hoy?

–Mejor ve a alistarte, estaremos ocupadas toda la mañana, tarde y noche.

Suelto aire, hoy sería un día pesado pero no tanto como los días que se vienen.

–Creo que eso me ayudará a distraerme.

–Eso y yo, no creas que te dejaré caer sola. – Sonrío.

–Gracias, ahora entra, tengo que alistarme.

Hoy todos vamos de traje de combate. Amo tanto este traje.

Quince minutos más tarde estoy lista y mamá sigue dormida así que le dejo una nota diciendo que estaré atendiendo unos asuntos pero que si me necesita le diga a James que me busque.

Infierno Helado © [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora