EL DIARIO

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Entro a casa y todo estaba en completa oscuridad.  Aun no restablecían el servicio de luz.  Subí a mi habitación y me acosté y como estaba tan cansado por todo lo que me sucedió durante el día me quedé dormido casi de inmediato. 

Al otro día me desperté y recordé que había soñado con la chica del hospital... Pero no con la rubia, sino con la otra...sí... Con la fea....

...¿Cómo es que se llama? Ppuufff...no recuerdo su nombre.

Entonces me acordé de su libreta y me dispongo a buscarla.  Ya que la tengo en mis manos vuelvo a recostarme y lo abro...comienzo a leer buscando el nombre de la chica y así como por arte de magia lo recuerdo: NOELIA.

Cierro los ojos y comienzo a recordar el sueño: ella estaba en un salón de clases, era la maestra y yo su alumno.  Yo era su único alumno.

Me ordena que pase al frente y escriba ahí lo que ella me iba a dictar. Tomé el gis y le dije: estoy listo.

Esperé por un rato que ella dijera algo pero no escuché nada. Volteo para ver qué pasaba y la miré que estaba en un rincón del salón sentada en el piso. 

Se había quitado el vestido y con él se cubrió todo el cuerpo. Solo se le veían los pies y un poco una parte de la cara.

Quise acercarme a ella pero del techo cayeron unas rejas de acero que me impedían seguir caminando.

Yo le gritaba pero ella jamás me hizo caso.

Así le estuve gritando sin éxito alguno y de ahí ya no recuerdo más.

Pero qué cosas .... Hubiera preferido mil veces soñar con la otra chica... Con la bonita... pero en la mente no se manda.

Me concentro de nuevo en la libreta negra. En la pasta decía "mi diario"

En la primer página leí lo siguiente:

Un diario es día a día; por eso se llama diario. Pero yo no si en este lugar pueda escribir todos los días.

No entendí lo que quería decir con "este lugar" y decidí comenzar a leer cuando oigo a mi madre gritando. Solté la libreta y bajé en busca de mamá.

Ella estaba arriba de una silla gritando.

--Un ratón, un ratón...

Norma bajaba también en ese momento y al ver a mi madre volvió a subir a a la planta alta.
Bruno estaba de lo más divertido esperando que el ratón saliera de su escondite para ver si lo podía atrapar en una lata. ¡vaya familia la mía! Los amo a todos. Mi familia es mi vida.
La luz se restableció y todo a la normalidad en esta casa. 

El ratón nunca salió así que mamá tuvo que bajar de la silla muy a su pesar y con mucho cuidado. 

Después de desayunar le dije a Norma que necesitaba hablar con ella. Y aunque mi madre quiso saber de qué se trataba la convencí de que eran cosas de la universidad. Norma también trabajaba y estudiaba. Era buena chica pero necesitaba que me explicara lo de la prueba de embarazo. Tal vez yo me estaba equivocando. No lo sé.

Ya en la habitación de Norma le pregunté:

--¿Qué es esto? -le muestro la prueba de embarazo a lo que ella pone cara de espanto y salta de la cama queriendo quitarme el artículo.

Mi hermana es una buena chica a pesar de que cuando mamá nos descuidó por culpa de Tony, comenzó a tener relaciones sexuales con la mayoría de los chicos de la secundaria.  Los dos vamos en el mismo grado aunque ella es mayor un año así que yo me enteraba de todo. Tuve que agarrarme a golpes con algunos pero Norma siempre me reclamaba y me decía que era su vida y que no me metiera con ella.  Cuando mamá reaccionó y se convirtió en la misma madre buena y dedicada que era, le fue difícil traer a mi hermana al carril pero con paciencia lo logró.

Ahora cursa el cuarto semestre de Psicología.  Pero eso no la libra de un embarazo así que seguí preguntando.

--No te lo daré hasta que me digas de quién es.

--A ti no puedo mentirte, Ever.  Esa prueba de embarazo es mía -me dijo agachando la cabeza y comenzó a sollozar.

La abracé y le dije que todo iba a estar bien, que mamá y yo la apoyaríamos en todo.  Se alejó de mí y me dijo que ya había sacado una cita en una clínica clandestina para abortarlo.

Yo no podía creer lo que Norma me estaba diciendo; me sentía decepcionado y no por el hecho de que estuviera embarazada sino por querer deshacerse de el bebé.

--No lo voy a permitir -le dije- se lo diré ahora mismo a mamá.

--No lo hagas, por favor. Yo soy mayor de edad y ya lo tengo decidido.

De nuevo la abracé acariciándole el largo cabello rizado y le dije que por lo menos esperara pues la cita la tenía al siguiente día.  Después de varios ruegos de mi parte aceptó y dijo que cancelaría esa cita. 

Me voy a mi habitación porque aún me queda por hacer tarea y lo primero que veo es la libreta negra de Noelia.  La tomo en mis manos y de nuevo leo en la pasta:

"Mi diario"

DIARIO DE UNA EX-PRESIDIARIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora