25 MAYO 2014

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Soy Verónica, ahora compañera de celda de esta pobre niña.  Siento mucho haber leído esta libreta aunque también me ha servido para saber que se está cometiendo una injusticia con ella.  Según dice aquí la acusan de matar a su madre pero ella no lo hizo. Y aparte de todo eso ella no debería estar aquí pues es menor de edad.

Desde la última nota que ella puso ya no pudo escribir más porque según leo le empezaron a dar un medicamento y seguramente se lo siguieron dando.   A los pocos días de la primera medicación se la llevaron y la trajeron 2 semanas después.  

 Estaba desnuda y toda sucia.  Tenía sangre entre sus piernas; la cara hinchada y amoratada.  Un ojo completamente cerrado por la hinchazón.  También le salía sangre de la boca.  El cabello le empezaba a crecer.  Pobrecita, me daba tanta lástima verla desde mi celda.  Yo le hablaba pero parecía que no me escuchaba. 

Una vez al día venía una enfermera y le inyectaba algo.  Nunca supe qué era aunque le pregunté no me dirigía la palabra esa mujer.

Poco a poco Noelia fue reaccionando.  Le traían comida aunque casi no comía nada. Se la pasaba sentada en un rincón de su celda al lado del pozo que sirve de sanitario.  Acurrucada y con los brazos rodeando sus piernas.  No se bañaba.  

En las noches lloraba mucho y la podía oír diciendo entre sueños que ya pararan, que le dolía mucho.

En este lugar cuando llega una nueva, la violan las celadoras.  Se la van pasando una por una hasta saciarse.  

Pero cuando la nueva es tan jovencita como Noelia, y sobre todo si es virgen como supongo que ella era, se la llevan al director y después él se las da a las celadoras para que hagan con ella lo que quieran.

Ayer me ordenaron cambiarme a esta celda y que cuide de esta niña. Tengo qué encargarme de que coma.  Yo creo que algo se traen en la dirección con ella. 

Me da tanta lástima.  La voy a ayudar.


Soy Verónica.

DIARIO DE UNA EX-PRESIDIARIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora