Entrada

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Me aproximo a la puerta de entrada dejando a Norma atrás, aunque la veo que me sigue de cerca con cierta indecisión.

Yo llevaba en mis manos el diario de Noelia. Me quedo mirando la majestuosa fachada de la entrada. Busco el timbre pero no logro encontrarlo así que decido golpear la puerta con la mano. Esperé un rato pero nadie venía a abrir. Norma se para detrás de mí y me dice:

--Creo que mejor nos vamos.

--No. Esperaré un rato a ver si alguien viene -dije mientras golpeaba de nuevo la puerta con los nudillos de la mano.

--Esta casa me da miedo, Ev.

--¿Miedo por qué? Tan solo es una casa lujosa. Nada del otro mundo.

Insisití varias veces pero nadie acudía a mi llamado.

Entonces decidí que era mejor regresar otro día.

Caminamos por la orilla de la casa la cual estaba rodeada por una reja alta. Yo llevaba el diario de Noelia en mis manos recordando todo lo que había leído en él. Miraba hacia el interior buscando a la chica que me había atropellado el día anterior pero ahí todo era quietud. A lo lejos se distinguía una enorme mansión, algunos autos, muchas plantas... pero no se veía persona alguna.

Me rehusaba a irme; me detengo y pienso. Frente a esa casa estaba la playa, por lo tanto no había nadie que nos observara.

Noto cierta desesperación en mi hermana, me mira pero no dice nada, tan solo se recarga en la enorme reja y sin darse cuenta se atoró su pantalón y al querer seguir caminando no pudo hacerlo.

--Hey, ayúdame... me atoré en algo -me dice.

--A ver... -Me acerco a ella y veo que su pantalón deshilachado está atorado con un pedazo de reja oxidado. Estiré fuerte para poder liberarla.

--Oh nooooo... mi pantalón. No puede ser. Mira cómo ha quedado. Y todo por tu necedad de buscar a esa chica. Estoy segura que todo es un invento. Será una novela o algo así. Vámonos ya, Diego -se quejaba Norma.

Pero yo estaba agachado mirando la reja. Comencé a empujar el pedazo en el cual ella se había enganchado hasta que se rompió.

--Voalá -dije sonriendo y mirando a Norma.

--Pero qué has hecho. Estás completamente loco. Te meterán preso si se dan cuenta -Norma se agarraba el pelo y caminaba en círculos.

--Si quieres puedes irte, Norma. Yo entraré a la casa.

--Quéeeeeeeee??????? Jamás; no te dejaré que lo hagas. Más te vale que dejes eso. Te estoy hablando..  estás sordo????.... Deja de seguir rompiendo esa reja, por Dios.

No hice caso de las palabras de mi hermana. Seguí en mi tarea hasta que pude romper un buen pedazo de reja oxidada y calcular que podía entrar por ahí.

--Ay, no.... creo que te has vuelto loco -Norma estaba muy asustada y yo estaba ya cruzando la entrada recién labrada por mí mismo.

DIARIO DE UNA EX-PRESIDIARIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora