Eres...

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Los meses pasaron rápidamente, una habitación ya estaba preparada, aquel color tan brillante lleno de muebles, peluches, todo lo necesario para aquel bebe que venia en camino, cuando les dije a mis amigos sobre el sexo unos se ilusionaron y otros no tanto... Pero siempre había una sonrisa, siembre había alegría en la casa.

—Asa—. Hablo ____ desde la puerta de la habitación del bebé —¿Estas seguro de eso?—. Su voz sonaba tan pasifica a pesar de lo que estábamos a punto de enfrentar.

La gran maleta a su lado, una maleta de color azul con ropa tan cómoda y una que otra sorpresa dentro ¿Como le haríamos? Nos preguntábamos con forme arrancaba el auto para ir de camino al hospital.

Mamá y papá se habían ido de Inglaterra por un par de días junto a mis princesas pues una tía se había enfermado. Pero a pesar de que nosotros queríamos ir no podíamos, teníamos que permanecer aquí para este día.

El clima era cálido, el aire que golpeaba el rostro de ____ era tan fresco que no querías detener el auto solo para sentirlo golpear tu rostro, la primavera ya estaba aquí. Uno de los pocos meses en los que el frío no nos golpeaba y nos permitía usar ropa mas cómoda, colores por todos lados, aves, todo lo que la primavera traía consigo parecía florecer con forme ____ dejaba rastro.

Sus manos jugaban, sus dedos tamborileaban, estaba nerviosa, mucho más que otros días, incluso yo estaba nervioso y no precisamente por lo que se veía a la vuelta de la esquina, si no porque teníamos miedo, miedo de que algo pasara.

Una cuadra antes de llegar ella me miro suplicante, con voz quebrada, nerviosa —No me vayas a dejar—. Suplico tomando mi mano que se encontraba en el frenó.

—¿Como podéis dejarte?—. Conteste con una sonrisa tan amplia y alegre que esperaba cambiar su nerviosismo con eso.

(...)

—Señorita Butterfield —. Habló la enfermera a un lado de la cama de ella sosteniendo un porta papeles y una sonrisa — cuando las contracciones sean mayores no dude en hablarnos.

Eso fue todo lo que dijo antes de retirarse ya llevábamos esperando dos horas, la fuente ya se había roto... Pero las contracciónes eran mínimas.

Poco a poco fueron aumentando hasta hacerte cada vez más frecuentes y el dolor insoportable, de una manera que ella no podía describir.

Ella ingresó a la sala de partí a las tres cuarenta cinco de la madrugada, cada momento que ella pasaba, cada grito cada suspiro, cada apretón a mi mano valía la pena, no podía mentir, me perturbaba ver como ocurría todo pero me distraía en su rostro, dándole mi apoyo, mostrándole que estaba con ella y que no la dejaría de lado.

Había momentos en los que sentía que me desmayaría pero tenia que ser fuerte.

Todo se detuvo, el medico se retiró, no se oía nada ¿que estaba pasando? Estaba nerviosos, tenía miedo
—¿Respira?—. Escuche preguntar a una enfermera, el médico no hablaba, solo nos daba la espalda, ambos guardamos silenció consumido por la angustia y desesperación hasta escuchar un golpe seguido de un llanto a todo pulmón.

Era mi bebé, estaba bien, lleno de sangre, placenta, una enfermera se llevó a la criatura para limpiar mientras a ____ la alistaban para llevarla de nuevo a su habitación donde esperábamos ansiosos.

—Ya esta aquí —. Dijo ella feliz la alegría no se podía contener.

Paso una hora, una larga hora sin saber nada hasta que una enfermera apareció con el bebé en brazos.

—Esta sano ¿Como lo llamaran?—. Preguntó pisándolo en los brazos de ___, tenia mis ojos y su rostro.

—Angel—. Hable yo mirándola con una sonrisa

—Angel... Lindo nombre aunque es mas masculino— dijo como ultimo

Finalmente tenia a mi pequeña en brazos y mi hermosa Angel.

I LOVE YOU (asa butterfield y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora