N/A: Acá volvemos con los capis "largos", así entre comillas.
Hablo desde acá arriba para decir que este capítulo me tiene los pelos en punta, por eso me demoré tanto en subirlo. Ya estaba escrito hace rato, pero la desconfianza por algún error me llevó a preguntarle a todos los conocidos de la patria vecina sobre los temas para no hacer nada mal, o hacerlo lo menos mal.
Me disculpo si quedó horroroso, desde ya. :'v
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Claro que Argentina había empezado a reírse otra vez en medio de las juntas y a ignorar, como bien sabía, a los demás países cuando intentaban hacer de algo serio un tema más bien trivial para los latinoamericanos.
Volvía a hacer bulla y bromas.
Antes de la guerra, tener a la patria celeste y blanca a su lado le era frustrante, provocaba peleas entre ambos, divertidas para el resto y al final también para ellos. Él le hacía bromas y era el primero en tratar de sacarle charla. Ahora, después de muchos años, volvía a querer remontar ese vuelo...
Para Chile, la razón era porque Argentina era así: lo miraba con desconfianza, pero no podía ignorarlo tan fríamente si tenía que tenerlo cerca. Y le dolía al chileno esa misma desconfianza; ser observado de reojo o apartado de los desaires importantes que tenía Argentina cuando, al principio, era el primero en escucharlos, tanto si eran temas triviales o importantes del castaño...
Al que, tal parecía, el repelús no podía abandonarlo del todo cuando se trataba de él. Tenía una mano en la espalda y otra en el pecho cuando se trataba de Chile, solo por las dudas, porque no fuera a ser que cualquier otra cosa pasara.
Eso pensaba el moreno, claro.
Argentina, en realidad, estaba bastante relajado. Sí tenía desconfianza, pero estaba cansado de tenerla y, en esos últimos instantes, se daba cuenta de que ya no tenía ningún tipo de molestia por tenerlo al lado. Lo volvía a ver como alguien reservado, muy reservado y muy callado, demasiado silencioso.
Ese tipo de personas que le llamaban la atención a su malicia y despertaba su lado molestoso.
En unos días, un clic lo despertó del pasado letargo. Extrañaba molestarlo, pellizcarlo, sentir su piel bajo sus manos (¿tan bien se había sentido anteriormente?), hacerlo sonrojar furiosamente, que malinterpretase los asuntos, revolverle el pelo, que escupiera maldiciones en ese dialecto contagioso y divertido.
Extrañaba al chileno. Extrañaba no tener ese revoltijo de ternura cada vez que lo veía.
Y no dejó de sorprenderse un solo instante al descubrir que no había perdido toda la cosecha de sentimientos que tenía desde niños por él. Que el cariño y el amor que sentía se hubiesen resguardado por toda esa exagerada cantidad de tiempo que pasó aislándose.
Se daba cuenta de que no había cambiado en lo absoluto.
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Chile se puso en pie del sofá de su casa, con las ojeras enmarcadas en su cara. La madrugaba se escuchaba tan silenciosa que se notó ciertamente sorprendido y con mal augurio. Cerró el libro que cayó al piso desde su pecho, donde se había quedado cuando se durmió. Eran las 3:30 de la mañana, febrero veintisiete de 2010.
Fue a la cocina, a poner agua para hacerse un té e irse a la cama.
Tuvo un mal presentimiento cuando se dio cuenta de cómo le prestaba atención a la fecha y al silencio denso y amargo de alrededor, como si su respiración fuera la única en todo el mundo; eso solía pasar solo cuando ocurrían cosas importantes, u ocurrirían. Aunque, pensándolo más tranquilo, eso último solo pasaba justo antes de un tema en particular...
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Inercia - [ArgChi]
Fanfiction"[...] Sabía que sus manos, bajo los guantes de un purísimo blanco, estaban cubiertas de sangre, al igual que las heridas en su corazón, que ahora debían de estar más manchadas todavía... Y que Argentina no iba a perdonarlo jamás." Disclaimer: Los p...