MS - Chapter T R E E

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Caminábamos por un camino con los maizales a los lados, ella había hecho una parada a su casa para dejar sus moras y su dinero ganado por el día.

-Y... De qué quieres hablar, porque te recuerdo que tú fuiste el que me dijo - catarreó su garganta - yo solo quiero caminar - dijo poniendo una voz grave-

-Pues, Señorita, me dejaría preguntar algo? -

-Claro -

- Su amiga, la vi que la golpeó en el brazo - se detuvo un poco -

-S-si... Lo hace a menudo, es como... Como si una persona tuviera un tic, es... Involuntario, lo hace como una costumbre -

-Eso debe dolerle -

-Con el tiempo te acostumbras - suspiró - sabes que... El dueño de todas estas tierras dice que las va a vender... No sé por qué, dijo que necesitaba pagar unas deudas de 5 años y que no tenía opción, por lo menos eso se murmura, no creo que la vaya a vender la verdad -

-Porque lo dice?-

-Espero que solo sea una broma, no sé a donde me iría, pero dijo que lo que sobrase nos lo repartiría ya que... Es... Un buen hombre, eso te lo digo yo, es un gran hombre -

Caminamos por unos 5 minutos, la vi en un momento, sus ojos de pusieron rojos, los apretó con fuerza, me detuve al ver que también lo hacía, se cubrió la cara con las manos.

-Señorita? -

-Ammm... No me dijiste tu nombre - decía mientras miraba hacia abajo y pestañeaba -

-Sebastian... Sebastian Michaelis -

Si resultaba que era un demonio, no era una cualquiera.

Debía ser una de aquellas muñecas.

Pensé que era una historia que crearon los shinigamis.
Bueno... Hace unos años, Undertaker se encontró a una Shinigami mujer. Se llamaba como la Reina si no mal recuerdo.
No se que ocurrió con ellos.

Se las llama Muñecas por el simple hecho de que todos juegan con ella.

Principalmente los ángeles.

Pasan una y otra vez por las garras de los ángeles ya que quieren transformarla en una de esas cosas con alas blancas y mente corrompida.

Pero no pueden, las muñecas son y fueron muy astutas en su vida y la eternidad como ángeles simplemente no les gusta y enfrentan a todo allí arriba, se escapan y vuelven a ser un demonio en la tierra ya que se les prohíbe bajar por el simple hecho de haber sido o de haber sido tratada de corromperse por el cielo.

Son simplemente seres fascinantes, siempre quise conocer una.

Otra cosa que también decían era que, sus ojos cambiaban cuando se ponían asustados, eso es principalmente por todos los castigos sufridos allá arriba tratando de cambiar su personalidad pero al no lograrlo simplemente le cortan los huesos y la carne.

Se recomponen y vuelven ha hacerlo.

-Le duele algo? - negó y miró hacia todos lados - aún tiene los ojos rojos - murmuré, ella me escuchó, me miró algo asustada y retrocedió un paso, trató de correr pero la tomé por los brazos -

-¡No volveré para allá! - me gritó - ¡no lo haré! -

-Calma por favor - decía pero mientras yo trataba de que no se vaya ella quería patearme, una que otra lágrima le salía, estaba asustada y yo podía comprender aquello - yo soy como usted! - le grité, ella se detuvo -

-Sueltame - susurró - no volveré, no lo haré -

-Shhhh - la tranquilicé y la acerqué

Narra Sky

- soy un demonio - me aclaró - no voy a lastimarte - me dijo tranquilo, fue acercándome lentamente, pero jalé de mis manos - Shhhh - negó y me mostró sus ojos, eran rojos, no podía ver sus uñas, no podía estar segura y yo no volvería para allá arriba -

-Sueltame, por favor, hazlo-

-Confias más en humanos que en alguien que es como tú - asentí -

-Son inofensivos -

-De verdad? Muéstreme su brazo izquierdo -

-Ella estaba sola -

-Cómo lo está ahora usted, Señorita, déjeme serle de ayuda - negué -

-No confío en ti, y si eres un aliado? -

-eso es un insulto para mi, si desea saber, que un demonio haga tal cosa es como tirar la dignidad porque sí y asegurarse que no se la podría recuperar en la eternidad - dejé de hacer resistencia -

-tus ojos - los puso de color rojo nuevamente y los conservó así hasta que terminó de acercarme, me tomó de la cintura -

-Cuántas veces la llevaron hacia arriba? -

-No te responderé eso - me tomó de la mano y me jaló un poco para comenzar a caminar de nuevo -

- ¿cuántas cifras? -

-dos... Solo dos cifras - suspiró -

-Muy bien, a chicas como a usted la llaman Muñecas Diabólicas - lo miré -

-Que soy qué? - rió por lo bajo -

-es principalmente por tantas veces que fue... - un silencio un poco largo pasó para cuando reanudó su conversación - utilizada y jugada... Perdón por las palabras- asentí - por esas cosas -

-Entonces soy...

-Usted es algo que ya ni existe - me miró serio - a usted se la conoce con una palabra, la cual es, Muñeca -

-No lo entiendo, podrías soltarme? -

-No soy eso -

-Debes entender que luego de todo eso... Pues... Tengo miedo - se detuvo y me acercó, me abrazó fuertemente-

-Si se queda conmigo no la van a tocar de nuevo -

-Cómo lo sabes? Cómo puedes estar tan seguro? -

-A un demonio no se lo puede sacar de la tierra mientras está ligado, yo estoy ligado a mi Señorito y usted puede ligarse a mí mediante un contrato de sangre, de esa manera, no podrán llevarla de nuevo - si esto es verdad...

-Qué tengo que hacer -

La Muñeca De Sebastian ( Sebastian Y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora