-Concéntrate Sky, no me pierdas de vista, sólo mírame de reojo y no reacciones - asentí nerviosa, miré a Lía.
-Bien, Lía, cuando me lleven, mírame de reojo, no actúes al momento porque generarás escándalo, oíste?- ella asintió, no sé cómo lo soporta - bien, andando -
Nosotros tres pasamos por una puerta diferente al de ellos.
Sebastian me tomaba de la cintura y yo tomaba a Ciel de la mano, parecía nervioso, me la apretaba. Debíamos sonreír, sin embargo, el niño de 13 años, no parecía querer cooperar.
Cuando pasamos, por aquellas grandes puertas de metal rodeada por hombres armados, los cuales no pararon de mirarnos hasta que al fin entramos, Ciel fue al instante con Alois, el cual trataba de hablar con otros chicos, los padres parecían platicar entre ellos al igual que las mujeres con su mismo sexo. Así, toda la fiesta se veía dividida en múltiples grupos.
-Damas y Caballeros, les daremos una gran bienvenida a todos aquellos que se dieron el tiempo para venir a disfrutar esta gran velada con nuestro donador aquí presente: Brunei Kluivert - todos, incluidos Claude y Lía, los cuales no nos miraban, se abrieron paso hacia aquel sujeto, el ajetreo lo miraba expectante mientras aquel sujeto hacia reír a su audiencia por sobre qué había sido ésta velada, lo que lo había impulsado, metiendo a su "familia" de por medio, los cuales sonreían muy falsamente incluyendo a su muy hermosa esposa de al menos 20 años menor y a su hijo de casi la edad de su "madre", ambos estaban involucrados en esto, así que supuse que debía hacer lo mismo, prestar atención al gran estafador, lentamente, hice que uno de mis pendientes cayera.
-Ups - musité y al bajar para alcanzarlo, giré un poco mi mirada, a los niños los estaban llevando a un sitio detrás de la cuarta puerta que estaba allí. Era casi invisible, ya que lo cubría un buen empapelado. Volví a mi postura normal-
-¿Todo bien, Cariño? - Sebastian me miró, le sonreí -
-Claro que sí, amor - sonrió, la pareja de atrás rió disimulada -
Unos minutos después, escuché un grito.
-¡Ayuda! Mi hijo no está! -
- ¡Frédéric! ¡Robert donde estás! -
-¿Ciel? - me tomé del brazo de Sebastian - ¡Ciel! ¡Cariño dónde estás! - comencé a correr por todos los sitios, con un Sebastian "muy preocupado".
Las personas se empujaban y exigían entrar en las puertas que eran visibles.
Me abracé a Sebastian llorando.
-¡Dónde está mi Bebé! - grité y lo atraje más - es la puerta cubierta con empapelado, la única que tiene la planta de jazmines -
-Correcto - se dió vuelta - ¡No pueden estar lejos! ¡Están detrás de una de estas puertas! - gruñó -
-¡Dónde está Kluivert! ¡Ha sido él!-
Cuando aquello salió de la boca de una persona, algunas velas se apagaron un poco y todos fueron directamente hacia unas luces más en el centro. Los seguimos.
Un gas comenzó a emerger y fue ahí cuando Sebastian me besó.
-Caiga - me susurró y luego simplemente cayó teatralmente.
Lía y Claude se encontraban en el suelo, algunas personas se cubrían la nariz tratando de buscar alguna salida, observando que lo único que podía hacer era "desmayarme" lo hice.
Unos minutos habían pasado, y el gas se fue.
Nadie se movía, no sentía movimiento, hasta ese momento me di cuenta que algunas personas comenzaron a llevar a las mujeres.
-Oye, esta chica tiene los ojos abiertos -
-Sí, es común, hace rato llevé a una-
-Pues, llévala tú, a mí me asusta -
-Está linda, ¿no quieres jugar después? - el otro imbécil rió -
-Claro que sí, ésta tiene hermosas curvas - mientras me llevaban, observé cada cuadro, era un maldito laberinto - era izquierda...
-Derecha, tres derechas, una izquierda, dos derechas, una izquierda, tres, uno, dos, uno -
-Gracias por la obviedad -
-Para qué preguntas-
Entramos a una habitación finalmente, estaba algo oscuro, me sentaron en una silla, toqueteandome al mismo tiempo que me ataban a la misma.
Luego de unas 6 chicas más, cerraron la puerta.
Unos minutos pasaron.
-¿Sky? - levanté la mirada - Sky, sabes desatar sogas, ¿verdad? -
-Claro- respondí - dame un... - Sebastian me había enseñado un truco, los demonios pueden hacer sus uñas más largas y fuertes mediante la corporeus finus, que es lo que nos ayuda a transformarnos en otra persona si se hace falta, pero al hacer la acción que haré, no me gastará tanta energía como lo hace tal acción.
Me desaté pero, en ese instante...
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La Muñeca De Sebastian ( Sebastian Y Tú)
Fanfiction3 años más tarde. Ciel y Sebastian se van para un sitio, curioso, qué, según el niño, aquellos extensos perímetros de tierra, son perfectos para construir y para agrandar sus fábricas, con el sol a favor, aquellos dos van a pedir comprar esos terre...