MS - Chapter F O U R T E E N

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Alargué mis uñas lo suficiente para comenzar a romper la soga.

-Un momento - susurré -

-tenemos tiempo, si quieres podemos tomar una taza de té - reí.

Me desaté pero, en ese instante, sentí que había roto otra cosa.

-Upps! La silla - me levanté y visualice donde estaba Lía.

-O un café, lo que desees - corrí hacia ella y destrocé las cuerdas con el simple roce de las uñas - Debería pedirle a Claude que me enseñe eso- asentí y las oculté, ella se paró a arreglarse el vestido - Perfecto, supongo que viste todo -

-Sip, sígueme, hay que encontrar a los chicos, y recuerda, tres, uno, dos, uno - la tomé de la mano y comencé a llevarla hacia la salida - tres derecha...

-adivino... ¡espera! - me jaló, la miré algo sorprendida, puso las manos a la defensiva y la vi destrozar los volados de su vestido, quedó corto, a una mano más arriba de las rodillas- ahora tú, vamos te ayudo - cuando escuche el primer *¡crushsh!*, me alarmé-

-N-no lo entiendo, pero...

-Es por si tenemos que luchar, los chicos buscan jalarnos hacia abajo y podríamos tropezarnos si en algún momento salimos a correr.

-Oh, tuviste que mencionarlo antes-

Al terminar, tratamos de abrir la puerta.

-Rayos - musité - espera, a la cuenta de tres vamos a... - Lía pateó la puerta, y al instante se rompió la cerradura - o hazlo sin mi ayuda - rió, corrimos por los pasillos, por ahora, reconocía los cuadros, así que íbamos en buen camino.

-Hey! - un hombre nos llamó y seguido de un... - ¡están escapando! - corrimos hacia otro pasillo.

Éste era de otro color y los gritos de varias personas se intensificaban a medida que avanzábamos.

-hay que atacarlos, no podemos perdernos más en este maldito laberinto del Toro -

-En realidad, era un minotauro- se detuvo negando -

-Es lo mismo - dijo antes de patear a uno de los hombres en la cara, éste cayó al instante.

-Buen Golpe, preciosa! - escuché, era Claude, quien arremató con un puñetazo a los restantes, Sebastian, avanzaba hacia mí, liberandose de los demás simplemente rompiendo uno que otro brazo o cuello.

Al tomarme de la cintura me besó, reí sentí su necesidad, parecía enojado y asustado, pero al besarme, todo esa idea se esfumó, me apretó contra sí, sus manos se aferraron a mi espalda, atrayendome desesperado.

-Ay, mi pequeña, ¿está bien? Ninguno de esos infelices la ha tocado, verdad - preocupado como estaba, negué, pero suspiró - ¿Cómo eran? Dígame y los haré sufrir de tantas maneras posibles -

-Tranquilo - le susurré - es ese, el que está en el suelo, pero no importa...

Se separó de mí, y se arrodilló al lado del hombre con un brazo roto, gemía de dolor, y cuando Sebastian se acercó, con enojo en su rostro, tomó su cuello y lo fue separando del cuerpo con gritos de agonía, la sangre salía a chorros y se desparramaba por el suelo, hasta que aquello cesó, él se limpió las manos con un pañuelo, cuando terminó, me sonrió.

-Eso no era necesario - lo señalé -

-Para mí lo era, venga - me tomó en brazos y recorrimos el pasillo, Lía y Claude estaban en otro, tratando de decidir por cuál debían de pasar primero, habían tres pasillos largos y no se veía el fondo.

-Sky, tú debes saber esto - Lía fijó su mirada en mí.

-¿Y por qué mi princesa debería de saber tal cosa? - sonreí mirando hacia otro sitio, el que me llamase de aquella manera, me encantaba -

-Porque tuve los ojos abiertos todo el recorrido, es por esta, lo reconozco por los cuadros.

Con mis indicaciones, llegamos al centro del sitio.

-¡Mi Alois está aquí! ¡Tranquilo chiquito! - Lía se acercó a todas las puertas - cuál es? -

-Es... Esta - Toqué la pared - están detrás de esto, pero no sé como abrirla.

-Apartese y se lo demuestro - murmuró Claude.

-No seas idiota - dijo Lía - si lo hacemos, los niños se asustaran, aún no sabemos si los drogaron o...

En ese momento, escuché un disparo.

La Muñeca De Sebastian ( Sebastian Y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora