MS - Chapter S I X

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Sentía caricias en mi cabeza...

Me removí un poco incómoda.

-No me lastimen - murmuré, no más ángeles, no más, no pueden contra mi, me volveré a escapar - por favor, fuera-

-Señorita, basta, despierte - abrí los ojos, estaba en la cama con Sebastian a mi lado, moviéndome un poco y sostenía un paño húmedo en la mano, limpió mi cara sentándome, me soltó dando la vuelta rápidamente a la cama y sentándose a mi lado, siguió con ese paño en mi cara - Ya está- susurró - nadie la lastimará, por cierto... Quién es Lía? - sacudí mi cabeza -

-Era... Yo... Era... Qué me ocurrió? -

-en un momento, comenzó a llorar y a gemir como si la estuvieran golpeando, repetía cosas como "Lía no me dejes" o "escapar" o "Foerun" qué es? - apreté los labios -

-Qué hora es - pregunté -

-Las 8 de la mañana, debo despertar a mi Señorito a las 9 -

-Puedo darme una ducha? P-por favor- asintió -

-Pero, luego, usted me dirá quién es Lía y qué es eso de Foerun -

-Lía es mi amiga que escapó conmigo que no sé dónde habrá ido y Foerun es un líquido negro que nos hacían tomar allí arriba, feliz? - dije algo molesta- no quiero más preguntas -

-Qué le hacía eso, por favor - me levanté y me fui de la habitación, caminé escaleras abajo y miré ambos libros encima de la mesa enfrente del sillón en donde el conde se había sentado -

Sentí un abrazo, Sebastian se aferró a mi.

-No se vaya, lo lamento, quédese - me susurró -

-Y-yo... Solo iré a casa a ducharme - le dije de la misma manera, no quería irme, también me había encariñado, por qué me pasa esto a mi... Por qué-

-Puedo acompañarla? -

-Bien, pero trae lo que sea que tenía puesto en mis pies, ya no lo recuerdo y está allá arriba - me los mostró -

-Los traje, pensé que iba a tener que sobornarla - sonrió y dió un beso en mi mejilla -

-Sobornarme? -

-Sí, utilizaré todo lo que esté a mi mano para mantenerla conmigo - decía serio, abrió la puerta pero escuché una voz -

-Hey, más te vale volver para las 9, no tolero el día sin mi té matutino - bostezó y se fue nuevamente para el pasillo, nos mantuvimos en silencio hasta que escuchamos una puerta cerrarse, Ciel parecía algo cansado y, tratando de desperezarse, habrá salido de su habitación por el ruido que hacíamos.  Apreté los labios y miré a Sebastian, esbozando una sonrisa -

-Bien, tenemos hasta las 9 - asentí poniéndome esas zapatillas en mis pies, eran viejas y ya me lastimaban, pero, a mi, no me importaba, era un dolor soportable para no quejarse fuera de mi cabeza, luego salí del lugar con algo de miedo.

Miré hacia ambos lados no percibiendo ningún extraño olor que significase que hubiesen ángeles.

Narra Sebastian

Su casa era limpia y ordenada.

Era pequeña, eso sí, al igual, que hogareña.

Cuando se entraba por la puerta, un ajustado pasillo corto, te llevaba a dos lugares, por la derecha se veía un sofá amarillo para dos personas, tenía una manta azul con flores de estampa encima, luego enfrente había una televisión, parecía nueva, no la debía de usar mucho ya que, justo al lado, había una repisa con muchos libros, algunos viejos y algunos parecía leídos  demasiado, me acerqué y tomé uno al azar, las hojas estaban con algunos agujeros pequeños. 

-Polillas, he hecho de todo, pero no se van, mi ropa está intacta pero la verdad, me importan más aquellos libros - me informó riéndose casi triste-

-Le traeré una maleta y pondrá sus libros allí, y cuando nos vayamos, en la mansión quedarán intactas, podrá leerlas las veces que quiera - la miré acomodando el libro en la repisa -

-V-vale... Sí, voy a ducharme, la puerta de aquí en mi habitación, y luego la única otra puerta es el baño - asentí -

La escuché entrar y al poco rato, como el agua caía.

No era espacioso, pero ella solo era una, me acerqué a la televisión detrás de éste, había una pared, pero eso, no era lo extraño, era lo que parecía que era, porque vi un relieve, con cuidado, despegué una extensa hoja que tapaba algo detrás de sí, era un mapa.

En ciertos lugares había un punto rojo o verde.

Habían, debajo del mapa unas líneas, muchas, eran cuatro líneas parejas y una encima tachandola. Así al menos unas 7 veces. En una punta, había un poco de sangre.

Yo, no me iría de aquí hasta saber que era eso.

Dejé aquel papel como estaba anteriormente.

Me senté en el sillón y esperé.

Esperé hasta que faltaron 5 minutos para las nueve.

Entré a la habitación de la señorita,  había una maleta pequeña encima de la cama, me acerqué, tenía un poco de ropa, unos libros y ya.

Vi a chica salir vestida, con un vestido ligero y unos zapatos, tenía una prenda de ropa en la mano. Doblada.

-Y-yo... Has visto que linda que es mi ropa? Te dije que no se llenaban de polillas - encarné una ceja - oye, Sebastian, tu... Tu amo no está esperándote? Antes de las 9 debes hacerle su té matutino - sonrió -

-Qué hace? - le pregunté cruzandome de brazos -

-Solo... Yo...  Guardo cosas de mi maleta a mi... Closet-

-Hump... Ya veo -

-No me crees, verdad? -

-No - miró hacia otro lugar, de igual manera, puso esa blusa o lo que fuese, dentro de la maleta, la cerró -

-No puedo arriesgarme - comencé a quitarme la corbata - qué haces? -

-me aseguro de que no se vaya - sonreí, ella retrocedió, la tomé de las muñecas juntandolas y se las até poniendola contra mi pecho para ayudarme a inmovilizarla un poco en el transcurso, luego, la até al respaldo de la cama-

-Sueltame! Por favor Sebastian! - jaló, pero lo único que consiguió es hacerse daño, me senté a su lado y tomé su barbilla haciendo que me mire -

-Volveré en menos de 5 minutos -

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El Señorito se había vuelto a dormir, lo desperté, le di su té y me retiré, así, sencillamente, a él no le gusta que le interrumpan y según mi Señor, iba a irse a leer con aquella chica de la anterior vez, dijo que para tener 9 años era interesante e inteligente, a saber que le ocurre.

Al volver...









❤️😊😊😈😈😍 Ahhhhh, este capítulo es tan lendo, LENDO.

Y tan jfbfhdosbzjfb.

La Muñeca De Sebastian ( Sebastian Y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora