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Esos tres días fueron como una eternidad para él, no veía la hora de partir para pasar el fin de semana con Bryan, un mes sin verlo era demasiado tiempo para él.

Se encontraba guardando las últimas prendas de ropa y algunos de los muchos regalos que compró para Bryan.

Dio un chasquido con la lengua.

—¿Como puedo olvidar eso? —Toma un suéter— Pff, es lo más importante. —Sale de departamento— Creo que son los nervios.

Salió y se puso en camino a el supermercado, desde que Bryan le dio de probar la leche de fresa empezó a tener una pequeña (grande) adicción por esta.

Tomó dos cajas de esta, sabía que no sería suficiente para dos días pero tenía que empezar a dejar de tomarla en exceso, se dirigió a la caja y pagó todo.

Su teléfono empezó a vibrar y atendió la llamada al instante.

—¿Sí?

—¡Freddy! ¿Dónde estás?

—Hum, estoy saliendo del supermercado, ¿por?

—¿¡Aún no vienes!?

—No, es muy tarde y no creo que sea buena idea ir a estas horas.

—P-pero mis guardaespaldas dijeron que ya venías.

—Nope. Yo sigo aquí, fui a comprar un poco de leche de fresa ya sabes...

—Freddy ve a tu departamento.

—¿Por qué?

—Hazme caso, por favor.

—Bien. Tranquilo, voy en camino.

Freddy caminaba a paso acelerado, sabía que algo malo pasaría si no estaba en su departamento, sentía sus piernas flaquear, sentía como si el corazón se le fuera a salir, intentaba tener "normal" la respiración ya que la tenía algo agitada.

—¿Ya estás cerca?

—Hum... Sí, puedo verlo. —Ríe.

—¡No es momento para reírse!, apresúrate.

—Ya, tranquilo, no seas taaaan dramático.

—Freddy no sabes como son los enemigos. —Suspira— Solo cuídate, no quiero que te pase nada.

—Tú tranquilo juro que...

No pudo terminar la oración ya que alguien le cubrió la boca, en un movimiento desesperado decidió darle un codazo a la persona que le había cubierto la boca.

—¿Qué te pasa? —Dice con un tono de dolor— Soy Jos, idiota.

—Uhh... Bryan, tengo que colgar, me iré cuando llegué a mi departamento, sacaré mis cosas y voy camino haya contigo.

—Bien, adiós, cuídate. —Se escuchó en la otra línea.

Freddy colgó y se agachó para ayudar a su amigo que se encontraba en una posición fetal en el suelo.

—¿Por qué me golpeaste?

—Creí que era un ladrón o algo así.

—¿Quién te manda a andar a estas horas en el supermercado?

—Además, me cubriste la boca, ¿qué querías que pensara?

—No sé, a un amigo siendo dulce contigo.

—¿Qué quieres?

—Alonso se enojó conmigo porque le dije que solo...hum...

—Que solo lo querías para tener sexo.

—¡Pero sabes que no es cierto! Yo lo amo...

—¿Y para qué quieres mi ayuda?

—Hum, me echó de la casa. —Ríe avergonzado— Y me preguntaba si tú...

—Claro, mantelo limpio recuerda que yo no estaré el fin de semana, en serio mantelo limpio no sabes lo mucho que tardó Bryan en limpiarlo.

—¿Bryan limpia tu departamento?

—No, lo hizo solamente una vez y desde ese entonces intento mantenerlo lo más limpio posible.

—Bryan te trae loco.

—Lo sé y por eso tengo que irme ya.

Caminan hasta el departamento de Freddy, este le da las últimas indicaciones a Jos antes de irse y dejarle a cargo su departamento, Jos en un momento de desespero ya que Freddy le decía lo mismo una y otra vez lo sacó.


—¡Cállate ya y vete! —Grita— Tienes que ir con tu princesa, ¡Rápido! —Empieza a sacarlo de ahí— No querrás que se enoje, vete.


A Freddy no le quedó de otra más que tomar sus cosas, esperar el taxi que había pedido, abordar este y ponerse en camino para estar con Bryan.

Sí, el camino sería largo por lo tanto suponía que todo el transcurso sería un completo e incómodo silencio.

Pero en realidad no fue así, el chófer empezó a sacar tema de conversación por lo que Freddy no se negó y le contó la mayor parte de los meses que había pasado con Bryan.

—Y bien. Llegamos.

Freddy observa por la ventanilla y sabía que el lugar no era ese.

—Creo que se ha confundido, este no es el lugar que le dije.

—No, pero el señor Mouque sí.

—¿Habló con él?

—Sí, él me dio órdenes para traerlo sano y a salvo.

—Pero no lo veo aquí.

—Él no pudo venir, pero sus grandulones sí.

—Oh rayos...

Freddy baja del taxi y sacó sus cosas con ayuda del chófer.

—¡Freddo! Bryan espera con ansias verte.

—Sí, como sea, solo llévame con él.

Los grandulones toman el equipaje de Freddy mientras este ingresa a una camioneta, ya conocida para él, y enciende un cigarrillo.

—En serio eres alguien que rompe promesas.

—La promesa era estar juntos, nunca separarnos y así yo dejaba de fumar. No estamos juntos, nos separamos, puedo fumar.

—Como digas.

Sí, Freddy se sentía mal al fumar ya que le había prometido a Bryan no hacerlo pero sinceramente él no podía dejar de hacerlo.

Se pusieron en marcha, estaba nervioso al mil, vería a su chico de nuevo.

Su chico.






No sí la mentirosa :v

Mil disculpas, no tengo wattpad en mi teléfono y alta paja conectarse en la laptop xd.

Espero que es este gustando...

All the love. x

She? »Breddy Meyva«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora