18

91 14 1
                                    

Freddy y Bryan habían pasado un gran día, el mejor de todos. La luz del sol entrando por la ventana les avisaba que era hora de despedirse.

Ambos se encontraban recostados en la cama, dándose calor el uno al otro.

—No quiero que te vayas. —Dijo con su voz quebrada y lágrimas amenazando con salir.

—No me quiero ir, pero tengo qué.

—No Freddy, no. —Lo abraza más fuerte y hunde su rostro en el pecho del mayor empezando a soltar sollozos.

Bryan había pedido permiso a su padre para que lo dejara ir con Freddy, suplicó pero este se negaba todas las veces, no le quedaba de otra más que aceptar con cierto enojo.

Freddy lo acerca más a él y besa su coronilla.

Estaremos bien.

—No lo estaremos, te necesito junto a mí, Freddy, no te vayas.

—Tengo que hacerlo, no puedo faltar a esto último, estoy demasiado cerca Bryan.

—P-pero... —Solloza— estarás m-muy lejos d-de estar c-conmigo.

—Haré lo posible para venir cuando acabe todo, ¿sí?

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Bryan junta sus labios con los de Freddy en un cálido beso.

—Te extrañaré.

—Te extrañaré aún más.

Alguien dio dos leves golpes a la puerta haciéndolos separarse.

—Adelante.

—Hem, ¿Bryan? El coche para que el señor Freddy se vaya está listo.

—Gracias, en un momento bajará.

Y la habitación quedó en un total silencio, hasta que Freddy habló.

—Bien, creo que tengo que irme.

—Supongo que sí.

Freddy suspiró pesadamente y tomó sus maletas.

—Bryan.

—¿Mhm?

—Te amo.

Y Bryan estaba llorando de nuevo.

—Freddo, no. —Solloza— N-no me di-gas eso, me harás e-extrañarte más.

Freddy se acerca a él lentamente y deposita un corto beso es sus labios.

—Hey. —Lo sostiene del mentón haciendo que lo vea a los ojos— No llores bebé, tienes varias cosas para recordarme este tiempo que me vaya.

—¿A sí? ¿C-cuáles? —Dice mientras limpia sus lágrimas.

—Recuerda que te compré un suéter, panties, esmaltes y muchas cosas más.

—E-eso no es m-mucho para r-recordarte.

—Bryan, aunque no esté físicamente contigo tienes que pensar que sí lo estoy, ¿sí? Volveré.

—Freddy, es un mes, no podré mucho.

—Yo sé que puedes, confío en ti.

—No, Freck, por favor.

—Te amo mucho Bryan. —Dijo para después depositar un beso en los labios del castaño y salir de ahí.

Bryan se quedó ahí sentado, pensando en todo.

—¿Qué pasaría si...? ¿Qué sucedería si...? ¿Qué? ¿¡Que!? —Pensó en voz alta.

She? »Breddy Meyva«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora