El Chico Malo {Jon Bon Jovi} [TERMINADA]

Capítulo 8 : Troubles

*El lunes*
Desperté al sentir unos dedos recorrer mis labios.
-¿Qué haces?-sonreí viendo a Jon mirándome.
-Eres demasiado bonita.-me imitó.
-No me pongas esa cara.-acaricié su cabello.
-No lo puedo evitar. Estoy enamorado.-se encogió de hombros de una forma adorable.
-Aw, te amo.-lo abracé.
-Y yo, gatita mía.-me correspondió-Venga, hay que ir a clase.
-Uf, qué alegría...-dije sarcásticamente.
-Vamos, vaguita.
Después de prepararnos, salimos de casa y encontramos a mi hermano de camino a clase con mi primo. Genial...
-¡Diane!-me abrazó el pequeño-Hola, Jon.
-Buenos días, chaval.
-¿Tú quién eres?-preguntó el chico de ojos y cabello oscuro que lo acompañaba.
-Es mi novio, Jon.
-Por fín, estabas muy sola.-rió y yo rodé los ojos-Soy Dave, su primo.
-Adiós, nos vamos al instituto.-tiré de la mano del rubio.
-Vale, hasta luego.
-Sí, sí, claro.
-¿Qué pasa?
-No es que me caiga extremádamente bien este tío. Es un plasta.
-Paciencia.-rió.
Llegamos a clase y nos tocaba física y química a primera hora.
-Dios, odio esta asignatura.
-Vamos.-tiró de mi mano y me llevó al banco en el que había peleado con Axl aquella vez.
-Deberíamos dejar de faltar a clase.-miraba el cielo con la cabeza sobre su regazo.
-Sí, deberíamos.-sonrió.
-¿Otra vez aquí, cariño?
Suspiré.
-Dime que no...-susurré mirando a Jon, quien asintió y me puse de pié.
-No me llames así, Axl.
-¿Prefieres otra cosa?-se acercó y me tomó de la cintura.
-Suéltame.-le dí varios puñetazos en el pecho pero no me hacía caso.
-Déjala.-se acercó el rubio.
-Creo que esta a vez no te voy a escuchar.-me pegó más a él.
-Jon, no lo hagas. Te expulsarán.-le rogué.
-Y ¿qué quieres que haga?
-Me iré con él.-miré al pelirrojo.
-Diane, no...
-Ja, por fín piensas.-me soltó y se inclinó para besarme, le dí un puñetazo en la cara que lo hizo caer al suelo, agarré la mano de Jon y me lo llevé corriendo de allí.
-Me habías asustado.-rió-Chica lista.-me besó apasionadamente.
-No has reaccionado mal.
-No ha sido como lo de ayer.
Reí.
-¿Sabes que te amo?-sonrió.
-¿Sabes que yo a ti más que a nadie?-junté mi frente con la suya.

-Toma.-se separó, se quitó un colgante de los que llevaba y me lo puso. Era una luna plateada-Quiero que lo tengas tú, es muy importante para mí, como la chica que lo lleva.-sonrió.
Lo abracé.
-Te amo, Jon.
-Y yo. Oye, ¿te gustaría venir a vivir conmigo?-me miró.
-Ya te dije que quería pasar tiempo con mi hermano pero podría ir a visitarlo y cada mañana lo encontraré por el camino. A lo mejor no es tan mala idea.-sonreí.
-Tenemos que hablar con tus padres.
-No será fácil pero...se puede intentar.

*Ese día al salir de clases*
-Ahora, voy a hablar con ellos.
-¿Estás seguro?
-Sí, quiero estár contigo lo antes posible. Por favooooor.-arrastró la "o" mirándome con una carita cada vez más kawaii.
-No me mires así.-sonreí.
-Porfiii.
-Vale, está bien.-rodé los ojos-Vamos.
-¡Ja! ¡Lo sabía!
Abrí la puerta y entramos.
-Papá, mamá, quiero que conozcáis a alguien.
-Cuñadoooo.-lo abrazó Michael.
-Hola, chaval. Choca.-chocaron los puños y yo sonreí.
-Diane, ¿quién es ese chico?-dijo mi madre.
-Es Jon, mi novio
-¿Tu novio?-lo miró mi padre de arriba abajo.
-Sí.-sonreí intentando quitarle incomodidad al momento.
-Encantado, señor.-me imitó nervioso.
-¿No te has podido buscar nada mejor?-se dirigió a mí.
-¿Perdón?-alzó una ceja.
-Por favor, Joe.-lo calmó mi madre y le sonrió a Jon-Quédate a comer ¿quieres? Me llamo Blanca.
-Claro, muchas gracias.
La comida fue demasiado incómoda, incluso para mi hermano, ya que mi padre no dejaba de mirar al rubio con desaprobación y hacer comentarios sobre su forma de vestir, su cabello...
-Me gustaría que ella viniese a vivir conmigo.
-¿QUÉ? De ninguna manera, no me gusta que seas su novio, ¿crees que te voy a dejar compartir casa con mi hija?
-Joe, por favor.-suspiró mi madre avergonzada.
-No, es que hay muchísimos chicos decentes en el mundo y tenía que quedarse con este. Mira qué pelos, y qué ropa. Escúchame, no vas a salir con Diane jamás, por encima de mi cadáver. Vete a tu cuarto.-me miró-Y llévate a tu hermano.
-No.
-¿Cómo dices?
-Que no. No tienes derecho a hablarle así.
-Ni tú a desobedecerme. ¡A tu cuarto!
-¡No!-nos levantamos y agarré su mano-Lo siento pero si no eres capaz de ver lo muchísimo que quiero a este chico, es que estás ciego. Siempre has pensado únicamente en lo que tú consideras que está bien o mal y no en la felicidad de los que te rodean. Mamá, Michael: siento haceros esto pero no puedo vivir junto a él. Vamos Jon, ayúdame a hacer las maletas.
-¡No puedes irte, eres menor de edad!
-No por mucho tiempo, te recuerdo que cumplo años el mes que viene y mi novio sí que lo es, por lo tanto estoy con un mayor de edad.
Subimos y me ayudó a meter mis cosas en bolsas y maletas.
-Siento lo que ha pasado ahí abajo, él es así.
-Realmente me dolía lo que decía.-agachó la cabeza.
-No dejes que te afecten sus palabras.-lo abracé-Eres perfecto, no cambiaría absolutamente nada de ti y aunque no le guste, te amo.-besé su mejilla.
-¿Lo dices en serio?-sonrió sonrojado.
-Pues claro.-le imité-No le hagas caso, es idiota.-le dí un beso corto en esos labios tan perfectamente definidos.
Terminamos de recoger, no iba a llevármelo todo hoy pero tenía lo imprescindible.
-¿Te vas a ir?-me miró Michael con ojos tristes.
-Sí, pero te prometo que nos veremos de camino a clase o alguna vez que vengamos de visita ¿vale? No llores y pórtate bien, haz que esté aún más orgullosa de mi hombrecito grande.-le dí un beso en la frente y Jon lo abrazó.
-Sé bueno, chaval. Y ya sabes...
-Malo, cuando convenga serlo.-dijeron al unísono y sonreí.
-Muy bien. Choca.-repitieron su saludo y suspiré.
-Adiós mamá.-la abracé-Suerte con Joe.
-Tranquila, se le pasará. Jon.
-¿Sí, señora?
-Cuídala.
-Eso haré, le prometo que estará a salvo conmigo.
-Confío en ti. Para mí ya eres de la familia, no hagas que me arrepienta.
-Jamás.-sonrió.
-¿No quieres despedirte de tu padre?
-No, mejor que no.
-Bueno...
Salimos y nos dirigimos a mi nuevo hogar.