Hospital 777 {Wigetta}

Capítulo 4"Malas Noticias".

Narra Samuel:
Ya es tarde, será mejor que me vaya a descansar a casa, tenia planeado quedarme, pues tengo a los pacientes aquí y aparte, me da pendiente que Guillermo se quede sólo en especial, bah, mejor me quedo aquí otra vez y estoy haciendo guarda. Si eso haré.

-Sonido de teléfono- ¿Bueno?

- ¡Hey Bro! ¿Estas en casa? Acabo de aterrizar, voy para allá. -Dijo mi hermano. Su nombre es Luzu, y estaba de vacaciones en Brasil con su novia Lana, y digo "estaba" por que ya me di cuenta que regreso.

- Creí que llegaría pasado mañana, pero ¡qué emoción! -Dije pensando en que ahora debía cancelar el quedarme aquí e iría a casa a recibirlo. - Solo acomodo todo acá, un vistazo rápido y salgo enseguida.

- ¡Si mamón! Lanita viene conmigo así que tendrás visitas jajaja, te dejo. Nos vemos alrato. -Dijo despidiéndose de mi.

- Vale, nos vemos. -Colgué.

Terminé de arreglar las cosas en mi oficina, pues siendo Doctor debo tenerla, así que guarde todo en su lugar y cerré con llave. Camine por el pasillo de habitaciones y me detuve justo en la habitación "7-B" ahí era donde Guillermo estaba. Entré sin hacer ruido, y el ya estaba dormido, me acerque a revisar que todos sus tubos de sangre y la computadora que lo analizaba estuvieran correctos y una vez hecho me acerqué a verlo. Tenia una postura tan tierna, tenía el cuerpo estirado boca arriba, sus manos a un costado quietas, su cabeza enfrente, tal vez no era una postura "tierna" ,pero en el se veía tan bien. Me acerqué aun más y lo miré, escanee cada parte de su rostro, tenia los ojos rasgados, era curioso, jamás había visto unos ojos así, sus pestañas alargadas, sus cejas bien formadas, sus mejillas rosadas,joder, se veía adorable. Pude sentir su respiración una vez que me senté en la silla que había alado y tome su mano, la acaricié, suspire y le susurré "No tengas miedo pequeño, yo me encargaré de que salgas con bien, yo cuidaré de ti pase lo que pase" , sentí la necesidad de darle un beso en la frente, y eso hice, sonreí después de lo sucedido y me retiré, cerré con cuidado y me dirigí al estacionamiento, yo seguía sonriendo como un completo enamorado. Aún pensando en lo que le había dicho tan solo unos momentos atrás, quiero conocerlo, obviamente si el me lo permite. Suspirar y sonreír es lo único que hago ahora, el pelinegro me trae así y es curioso, el es mi paciente.

11 p.m

- ¡Brooo! Hasta al mismo tiempo llegamos -ríe- acercándose a saludarme con un gran abrazo, al cual correspondi.

- ¡Chaval! Pero cuánto tiempo, no sabes como te extrañe hermano.

- ¡Samuel! -Dijo Lana dándome un abrazo de saludo.

- Mira, ¡un conejito! -Le devolví el saludo enseguida Lanita hizo su posición de conejo, ella era muy amable con todos.

Pasamos todos a la casa, les ayude con sus maletas, estas las dejamos alado del sofá, entramos a la cocina y les ofrecí algo de tomar.

- ¿Agua de sabor o natural? -Hice la pregunta en general.