Inocencia

| Capítulo Extra |

Advertencia.
→Violacion.
[Se recomienda tener pañuelos y cloro a mano]

«Inocencia robada»
|Parte V|

Habían pasado algunas semanas desde aquella masacre que el mismo habia causado, no por decisión propia claro. Orochimaru y Danzō entaban tan felices de que su arma demostrara tal poder a tan corta edad, la serpiente no podia evitar relamerse los labios ante la visión de ver a Naruto un poco más grande y con sus habilidades mucho mas desarrolladas.

Unos dias después por fin pudo comunicarse con Kurama pero se sentia tan avergonzado por lo que habia hecho...

Tan sucio...

No tenia valor para ver a su papi a los ojos. Cuando el zorro se entero de todo lo que habia pasado se dedicó a mimar y reconfortar a su pequeño, estaba enojado ¡furioso! Queria ver a aquellos bastardos que le hicieron daño a su cachorro y despedazarlos con sus propias garras, torturarlos hasta morir.

—No te preocupes cachorro, algún dia saldremos de aqui— repetía una y otra vez, aquellas palabras se habían convertido en el mantra de ambos prisioneros. Sin cansancio, día y noche, las repetían con la esperanza de que de una vez por todas se volvieran realidad.

Kurama no queria que aquellos dos hombres volvieran a dañar a su cachorro por lo tanto se prometió a si mismo no volver a dejar que Naruto saliera al exterior y lo mantendría siempre a salvo en su espacio mental, junto a él.

Pero no todas las promesas se cumplen.

Un dia Orochimaru habia llegado de improvisto a la celda de Naruto y antes de que este pudiese reaccionar le inyectó un somnífero en el cuello e hizo el mismo sello para mantenerlo incomunicado con el kyūbi. Sonrio satisfecho y tomo al muchacho inconsciente para trasladarlo a su guarida.

—Hmp, nos divertiremos mucho pequeño Naruto— se relamio los labios con su bípeda lengua de serpiente —Luego le agradeceré a Danzō por esto.

...

Cuando Naruto despertó estaba en un lugar desconocido, desnudo e inmovil. Completamente indefenso.

—¿Papi?— se asusto cuando no recibió respuesta —¿Papi, Kuwa? ¡Papi!— comenzó a sollozar, tenia miedo.

La unica puerta que habia en aquel lugar se abrio mostrando al Sannin de las serpientes quien entraba con una sonrisa que no auguraba nada bueno para el pequeño niño.

—Pequeño Naruto, me alegra que allas despertado— se acercó al menudo cuerpo del infante paseando sus manos por el bajo vientre del rubio. —Tu piel es tan suave.

Naruto se estremeció ante el contacto.

No.

No.

No.

No.

¡No! Por favor...