▪️20▪️ (Penúltimo)

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¿Cuán difícil es poner una sonrisa en lo que se supone es el día más especial para ti? Esa pregunta se repetía en la cabeza de Héctor.
Ya estaba en el hotel en donde sería su boda, habían quedado en ese lugar para prepararse, Fer estaba en una habitación y Javier estaba en otra.
Fer veía por milésima vez su vestido de novia que estaba frente a ella, faltaba solo una hora para que la boda comenzara y aún no estaba lista. Comenzó con la liga, la tomó y se lo colocó. La puerta de su habitación se abrió mostrando a Héctor con su traje negro. Se notaba en su mirada que habia llorado.

Héctor: Fer, creí que podría hacer esto pero la verdad no. Lo siento Fer. Antes de que pudiera hablar, Héctor habia salido corriendo dejando a Fer con total empane.

Narra Héctor.

Y volvemos a donde todo comenzó, me encontraba en la banca de aquel parque con la vista baja y los ojos llorosos. Hoy era uno de los peores días de mi vida. Fer estaba a solo unos minutos de casarse, la vida no podía ser más difícil.

– ¿Héctor? Fui levantando poco a poco la vista, observaba una cola colgando reluciente, seguida de un velo, seguí subiendo la vista para toparme con hermoso escote, que era bastante pronunciado, mi vista llegó hasta el rostro de la persona que me llamaba.

Héctor ¿Qué haces aquí? –pregunté totalmente desconcertado.

–Vine por el amor de mi vida. –la sonrisa de Fer se me contagió enseguida, sequé mis lágrimas y me puse de pie y la abracé con todas mis fuerzas. –Nadie nos separará.

Héctor: Eso espero mi vida. Fuimos directo a la casa que solíamos compartir. El solo entrar besé de nuevo esos bellos labios que tenía, tras separarnos una sonrisa se formó en nuestros labios.
Héctor: Mija ¿Qué fue lo que paso? ¿Qué paso con Javier?

Fer: Bueno esa es una historia interesante.

Narra Fer.

Flash back.

Héctor se habia ido de mi habitación sin dejarme siquiera pronunciar palabra, podía sentir el nudo en mi garganta y mis ojos comenzaban a arder, pasé mi mano por mi rostro, volví mi vista al espejo para continuar con lo mío, terminé de ponerme el velo y volví verme de arriba abajo.

Fer: Vamos Fer, sonríe, es tu boda.

– ¿Fer?-Me giré para ver a Javier detrás mío debo admitir que se veía hermoso con aquel traje negro. Sonreír para después borrar mi sonrisa.

Fer: ¿Qué haces aquí? Se supone que no debemos vernos.

Javier: Lo sé, es solo que no puedo creer lo que estamos a punto de hacer.

Fer: ¿Hablas de casarnos?

Javier: Si, esto es un error.

Fer: ¿Qué dices? –respondí totalmente confundida.

Javier: Fer, cariño, yo te amo,

Fer: ¿Entonces ¿Cuál es el problema?

Javier: Es justamente ese, yo te amo, pero sé que tú a mí no, quizá llegaste a amarme pero ese amor se convirtió en un cariño. Fer, sé que tus sentimientos cambiaron y que ahora tu corazón le pertenece a Héctor. –me quede callada. ¿Cómo se enteró de esto?

Fer: ¿Cómo sabes eso?

Javier: Fer, no soy tonto, pero sabes ¿Qué? Yo te amo, y el amor es libertad, yo no voy a obligarte a casarte conmigo si en verdad no me amas, quiero lo mejor para ti y si tu felicidad está al lado de Héctor seré feliz también. ¿Recuerdas cuando te pregunté si aun querías casarte conmigo? –solo asentí. –sinceramente creí que negarías y buscarías tu felicidad, cuando decidiste seguir, quise ver hasta dónde eras capaz de llegar, pero no puedo verte hacer esto. Quiero que seas feliz. Asi que... -Vi cómo se acercaba a la puerta y la abria. –ve y busca tu felicidad. Estaba muy sorprendida de aquello que me habia dicho, lo único que hice fue abrazarlo, susurrarle un "gracias por todo" antes de salir del lugar, pensé en donde podía estar Héctor, tras recorrer la ciudad recordé que a él siempre iba a un parque cuando se sentía triste o algo le preocupa. Fui hasta ese lugar, ahí lo vi, con la mirada baja, puede que estuviese llorando. Me acerque a él y entonces hablé.

¿Y ahora qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora